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Investigadores detectan origen de primeros casos de coronavirus en Uruguay

El miércoles, en conferencia de prensa, investigadores de la Facultad de Ciencias, el Instituto Pasteur y el Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable anunciaron los resultados de su investigación sobre la dinámica evolutiva del genoma del virus SARS Cov 2 en nuestro país.
Además, el rector de la Udelar, Rodrigo Arim; el ministro de Salud Pública (MSP), Daniel Salinas; Carlos Batthyány, director ejecutivo del Instituto Pasteur (IP) de Montevideo; Pablo Zunino, presidente del Consejo Directivo del Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable (IIBCE); Miguel Sierra, presidente del Consejo Nacional de Innovación, Ciencia y Tecnología; y José Paruelo, gerente de Investigación del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), anunciaron la creación de una plataforma de colaboración entre todas las instituciones, en el área de la genómica. Las autoridades, los investigadores y los periodistas participaron a través de salas de videoconferencia.

El rector anunció la conformación de un grupo de trabajo integrado por las instituciones presentes en la conferencia, todas relacionadas con la producción científica, provenientes del sector público y «sostenidas por políticas públicas de larga data». El objetivo de este grupo es «desarrollar un trabajo colaborativo», vinculado con redes internacionales, que permita dar respuestas rápidamente a la problemática de la epidemia de COVID-19, y conectar el conocimiento científico con las políticas públicas, expresó. Arim destacó la presencia del ministro Salinas acompañando el evento.     

Zunino y Paruelo explicaron que la cooperación entre las instituciones se da en tres áreas: se comparte el uso de equipamiento de primera generación, de insumos de laboratorio, y también se potencia la colaboración entre los investigadores, compartiendo su conocimiento y trabajo en los laboratorios. Además, se colabora con otros laboratorios públicos y privados, tanto con insumos y como con recursos humanos. 

Paruelo destacó que en el INIA se habla de «una sola salud», porque la salud humana está cada vez más vinculada con la ambiental y animal. Expresó que es necesario generar ciencia y tecnología nacional de calidad sobre esta y otras temáticas, porque está claro que no podemos «copiar recetas el ni fórmulas porque no son las adecuadas a las condiciones de Uruguay». Esto es notorio en el desarrollo del diagnóstico y las vacunas para cepas del virus SARS Cov 2 que circulan en el país. Esta plataforma de colaboración interinstitucional e interdisciplinaria deberá continuar en el futuro para abordar otros «desafíos país», expresó.  

Introducción del virus en Uruguay

Los primeros resultados de esa colaboración, una investigación enfocada en la dinámica evolutiva del genoma del virus SARS Cov 2, fueron comunicados por los investigadores Gregorio Iraola, responsable del Laboratorio de Genómica Microbiana del IP; Gonzalo Moratorio, profesor adjunto del Laboratorio de Virología Molecular de la Facultad de Ciencias (Udelar) y responsable del Laboratorio de Evolución Experimental del virus (IP); y Pilar Moreno, también profesora adjunta del Laboratorio de Virología Molecular.

Iraola explicó que el grupo de investigadores completó la secuencia genómica de los primeros diez pacientes diagnosticados con COVID-19, de la fase temprana de la enfermedad en nuestro país. Puede haber nuevos resultados que modifiquen la información que surgió de esta investigación, aclaró, por lo tanto es «imprescindible» continuar investigando. Los resultados indican que hubo al menos tres introducciones del virus desde tres continentes distintos: una introducción proviene de Europa, específicamente de España; otra de América del Norte, Canadá -se trata de una variante que no circula en Asia-; y la tercera desde Australia. Respecto a cuándo ingresaron a Uruguay, hay un 95% de probabilidad de que los rangos de fechas fueron desde el 20 de febrero a la primera semana de marzo.

Otro resultado que encontraron los investigadores es que algunas de estas variaciones del virus han adquirido cambios genéticos o mutaciones particulares de Uruguay. Hasta el momento se desconoce su impacto en el desarrollo y sintomatología de la enfermedad a nivel internacional, pero es importante conocerlas para cuando la comunidad científica internacional logre identificar la implicancia que tienen y así poder actuar en consecuencia. 

Recordó que estas cepas secuenciadas no están epidemiológicamente relacionadas con cepas de países de la región, y planteó que a partir de estos resultados el equipo podrá seguir investigando otras interrogantes, por ejemplo, cómo se ha movido el virus internamente en Uruguay.

Moratorio señaló que el trabajo previo en colaboración entre la Udelar y el IP, que logró el desarrollo de un test diagnóstico para este virus, permitió «abrir la cancha» para dar lugar a nuevas iniciativas de trabajos investigación conjuntos. Destacó que el equipo está trabajando en el diagnóstico y en la variabilidad genética del virus al mismo tiempo, lo cual será una fortaleza para el país, si los cambios rápidos que tiene el virus llegan a afectar su diagnóstico. Por su parte, Moreno aclaró que las mutaciones en el virus eran esperables por sus características, y además esto coincide con investigaciones realizadas en otros países. 

Asimismo, Iraola indicó que los tapabocas generan que los aerosoles disminuyan en su alcance y también que la persona se toque menos la cara al tenerlo puesto. «Está en nosotros no repetir equivocaciones de otros países donde el virus llegó antes. El uso del tapabocas es fundamental» enfatizó el investigador.

Por su parte, Salinas remarcó la importancia del uso del tapabocas de tela lavable, como recomienda la Organización Mundial de la Salud. «Hay que tener más de uno», aconsejó, «a quienes concurran a las mutualistas o viajen en transporte público les recomendamos un determinado uso del tapabocas casero, resistente, de tela y lavable, ya que los tapabocas quirúrgicos son reservados para pacientes y personal médico», además de las medidas de higiene ya recomendadas y el distanciamiento social. Estas «no son medidas que se tomen simplemente por imitación, sino basadas en evidencia científica». Felicitó y alentó a los investigadores a desplegar «todas sus potencialidades» en beneficio del avance científico y de la salud de la población, y afirmó que el ministerio seguirá apoyando su trabajo.

Mutaciones y vacunas

Al ser consultado sobre la cantidad de cepas que circulan en Uruguay, y en qué medida hubo influencia de Italia, Iraola indicó que no se tiene información de cepas provenientes directamente de Italia, pero «no quiere decir que no haya». Explicó que si se considera una cepa como variante genética del virus, se puede decir que en Uruguay existen tres, «pero todavía no se sabe cuál es el impacto de esas variantes en la enfermedad y su tratamiento». 

Con respecto al tipo de cepas y a la velocidad con la que está cambiando el virus, el investigador explicó que a nivel mundial hay una clasificación de tres grupos, pero en el transcurso de una semana, la comunidad científica adoptó otro sistema o nomenclatura. Esto «resalta que estamos viendo en tiempo real y tenemos que adaptarnos a los cambios». En Uruguay, hay virus que se encuentran dentro de los grupos A y B, de acuerdo a la clasificación internacional, y dentro del B, tiene la subclasificación B1, indicó. Aclaró que esto «todavía no quiere decir nada, es un sistema de clasificación que nos ayuda a comparar las características». 

Sobre la utilidad de esta investigación para generar una cura o vacuna para el COVID-19, Iraola señaló que Uruguay está entre los siete países latinoamericanos que estudian el virus, lo cual es fundamental para hacer estudios comparativos. Moratorio destacó también la necesidad impetuosa de conocer el genoma de un virus para el diseño de la vacuna. Es fundamental, primero, tener el virus en un laboratorio para modificarlo genéticamente y estudiar cuáles de esas modificaciones hacen que pierda capacidad de replicación, de ingreso a las células, y por tanto poder atenuarlo. Asimismo, es fundamental trabajar con genes o componentes a nivel proteico del virus para inactivarlos y poder despertar el sistema inmune, generar las defensas necesarias. Según Moratorio todos los estudios que existen actualmente, realizados en miles de genomas, son fundamentales en el desarrollo de vacunas. «Hay una vacuna china que entró en la siguiente fase, y existen otros candidatos vacunales, lo cual es muy esperanzador», concluyó.
©Udelar

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