Honoris Causa a Joan Manuel Serrat: «Que los poetas no dejen de levantar la voz»

 El miércoles 23 de noviembre en el Paraninfo, el artista español recibió el título de doctor Honoris Causa de la Universidad de la República (Udelar). En el evento se destacó su calidad como artista «profundo, solidario, comprometido, querido, admirado y entrañable».

La iniciativa para realizar este homenaje, presentada por el decano de la Facultad de Agronomía, Ariel Castro, y un conjunto de figuras nacionales de la cultura y la política, fue aprobada por el Consejo Directivo Central el 20 de setiembre de 2022. En la Udelar esta distinción se otorga «a quienes hayan prestado una contribución notable al progreso de la ciencia, la cultura o el bienestar general», de acuerdo con la Ordenanza de títulos docentes honoríficos.

Por todo lo que nos une

El rector Rodrigo Arim destacó que pocos de sus compromisos como rector «son tan gratificantes como representar a la Universidad de la República en este acto, que implica otorgar la máxima distinción honorífica que entrega nuestra casa de estudios a uno de los exponentes más relevantes del arte y la cultura de Iberoamérica». 

Asimismo, pidió tomarse algunas libertades para decir unas palabras. Se refirió a su pertenencia a una generación que: «vivió parte de su desarrollo bajo el autoritarismo y la dictadura y que amaneció a la esperanza de libertad en la apertura democrática que fue ávida de cultura marcada por esa necesidad de libertad». Señaló que Serrat fue siempre una presencia constante en estos años y afirmó que para los uruguayos el cantautor catalán también es parte de nuestra cultura porque «hace décadas que nos hace sentir a este país de apenas tres millones y medio de habitantes que con modestia, podemos sentirlo parte de nuestro acervo cultural autóctono». Destacó al Serrat artista, profundo y abarcativo pero también al Serrat solidario, comprometido, querido, admirado y entrañable. En referencia a esas características, el rector entiende que este reconocimiento también es «una invitación a seguir siendo parte de nuestra sociedad, de nuestra esencia a través de la incorporación al selecto grupo de personas a las que hemos reconocido con el título doctor Honoris Causa». Finalmente, le agradeció por estar en la Universidad de la República y por aceptar este reconocimiento. 

Luego el maestro de ceremonia, Jorge Salgueiro leyó unas palabras por parte de la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU) quienes describieron a Serrat como «poeta y cantor de los sentimientos más profundos del espíritu humano» y le agradecieron por «haber acompañado a una generación entera en los tiempos más oscuros de nuestra historia reciente, lo cual le valió el exilio de su tierra natal y la censura en la nuestra». Describieron a sus canciones como «emblema de resistencia en toda América Latina». Por último, celebraron el reconocimiento que le otorga «nuestra Universidad de la República como un capítulo más en la final histórica entre este artista y nuestro sufrido continente». 

Enseñanza a varias generaciones

Claudio Rinaldi, músico, egresado de la Facultad de Agronomía y principal impulsor de la iniciativa para la entrega de este título, expresó que Serrat «pertenece a una generación que a través de la canción ha hecho pensar, emocionar y decidir a millones de personas», en una época «en que la solidaridad aun no estaba tan devaluada». Agregó que «la tarea del artista, emocionar mientras pinta su aldea, se transforma en un compromiso cuando lo que ve y transmite pasa por captar vivencias, alegrías, tristezas, amores y desamores, pero también injusticias o desigualdades, intentando ser la voz de esos que son la mayoría en el mundo, “los nadie”, según expresa Eduardo Galeano», agregó.

En Uruguay la población originaria fue casi exterminada y por eso nuestra música popular se fue gestando a partir de elementos provenientes de otros lugares, explicó Rinaldi. «En este momento queremos agradecerle», le dijo a Serrat, «sepa que su canto, su música es parte de la matriz de los uruguayos y está ya en la genética de este canto popular que se sigue gestando día a día». Este título Honoris Causa va dar señales en este mundo tan globalizado, individualista y masificado «de que las cosas que se hacen bien son premiadas y honradas», concluyó. 

El decano de la Facultad de Artes, Fernando Miranda, señaló que Serrat ha sido un verdadero divulgador de las letras iberoamericanas, difundiendo las creaciones de Mario Benedetti, Eduardo Gaeano, Antonio Machado, Miguel Hernández y Federico García Lorca. Ha sido «un pasador de cultura, nos ha hecho la vida más entera», afirmó.

Miranda recordó argumentos expresados por el ex intendente Mariano Arana cuando Serrat fue distinguido como ciudadano ilustre de Montevideo, en 2003, que coinciden con los fundamentos para entregarle hoy el título honorífico por parte de la Udelar. Entre otras razones, destacó que a Serrat se le reconoce «por su ética, por haber combinado el rigor profesional, su autenticidad como artista, y el compromiso con la gente y con las cosas de la vida; por su capacidad para defender y proyectar su identidad de profundo cuño catalán al tiempo que promover y respetar la diversidad cultural; por haber recogido las experiencias y los textos de toda Iberoamérica, permitiéndonos conocer y reconocernos en nuestros pueblos».

En su tarea de describir, denunciar, rescatar, restaurar, manifestar y proponer a través de la poesía y la música, «Serrat ha hecho una excelente y fructífera labor de enseñanza a varias generaciones de investigación en sus creaciones y sin dudas, de extensión y divulgación, lo que lo hace merecedor de la más alta distinción universitaria. Las formas de la creación humana son múltiples y la Universidad las debe incorporar en su diversidad», planteó, en este caso, «cada poema, cada canción, debe ser considerada verdadera creación de conocimiento e interpretación del mundo y la vida a través del arte».

Posteriormente, el rector Arim hizo entrega del título Doctor Honoris Causa a Joan Manuel Serrat y un presente una obra de arte realizada por Javier Alonso, actual prorrector de Extensión.

«Cantando compartimos lo que amamos»

Finalmente, Joan Manuel Serrat hizo uso de la palabra y expresó su emoción por «los elogios llenos de cariño». Señaló su orgullo de que una casa de estudios como la Universidad de la República lo premie con «un doctorado» que han compartido grandes artistas y grandes amigos suyos. Entiende que cuando la Universidad decidió este reconocimiento, «lo hizo con la intención de reconocer los méritos de una persona, pero deben saber que al hacerlo están haciendo también un reconocimiento a un colectivo de mujeres y de hombres que han construido su vida a partir del oficio de cantar y de escribir canciones», y con todos ellos comparte este reconocimiento, apuntó.

Observó que es muy curioso que la propuesta para la entrega de este título haya venido del decanato de la Facultad de Agronomía y bromeó al señalar que si bien es ingeniero agrícola, «en la vida jamás me habían reconocido los esfuerzos que hice para obtener el título. Afortunadamente para la agricultura no tuve que ejercer y pude dedicarme a otros menesteres que le han dado un gran sentido a mi vida como cantar». 

Agregó que se trata de «un oficio que aprendí de otros, esos otros que aprendieron de otros y me hace feliz pensar que tal vez con mi trabajo pueda colaborar al aprendizaje de los que siguen. Soy un hombre profundamente privilegiado, he vivido de lo que me gusta». Se siente querido y respetado, afirmó, «con canciones me expreso y me comunico con los demás, escribo viendo alrededor y también mirando hacia adentro». Expresó su amor por «este oficio tan artesanal», que se realiza «con porfía e insistencia en tejer y deshacer urdimbres»  y donde es posible «usar lo que pasa dentro de mí y volcarlo para afuera».

«Cantando conjuramos los demonios y convertimos nuestros sueños en modestas realidades, cantando compartimos lo que amamos y enfrentamos aquello que nos incomoda», expresó. «Las canciones viven en la memoria de la gente, viajan y nos transportan a tiempos y lugares que un día nos hicieron algo más felices. Algunas de estas canciones son absolutamente personales e intransferibles y otras aglutinan un sentimiento común, y si el autor tiene suerte acaban convirtiéndose en himnos. Todo momento tiene su banda sonora y todos tenemos nuestra canción, esa que uno acaba amando como se ama a sí mismo», afirmó. 

Serrat agregó que es fruto de un tiempo «de confusión y de angustia, de soledad y de falta de referentes», por una parte, de progreso tecnológico y científico, y por otra, de pérdida de valores morales, de daños severos a la naturaleza, de corrupción en el poder. «Sorprende el conformismo con el que parte de la sociedad lo contempla», reflexionó, «es necesario recuperar los valores democráticos y morales que han sido sustituidos por la vileza y por la avidez del mercado donde todo tiene un precio, todo se compra y todo se vende». Mientras tanto, «que los músicos no paren de hacer sonar sus instrumentos y que los poetas no dejen de levantar la voz, que los gritos de angustia no nos vuelvan sordos y que lo cotidiano no se convierta en normalidad capaz de volver de piedra nuestros corazones», concluyó. 

Fotos: Richard Paiva y Nairí Aharonián – Unidad de Comunicación de la Udelar
© Unidad de Comunicación de la Universidad de la República

Comentarios