ANEP reafirmó compromiso de contribuir a erradicar el maltrato y abuso sexual infantil

 La Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) reafirmó su compromiso y la responsabilidad de trabajar con el Sistema Integral de Protección a la Infancia y Adolescencia contra la Violencia (SIPIAV), en la construcción de una política pública sostenida en el tiempo para erradicar el maltrato y el abuso sexual.


El organismo está trabajando en la capacitación de las comunidades educativas para fortalecer la detección precoz de las situaciones de vulneración de derechos que sufren niños, niñas y adolescentes.

El SIPIAV está integrado por la ANEP, el Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU) que lo preside, el Ministerio de Desarrollo Social (MIDES), el Ministerio del Interior (MI), el Ministerio de Salud Pública (MSP) y la Fiscalía General de la Nación (FGN).

En el marco de la  presentación del Informe de Gestión 2020 del SIPIAV, la directora de la Dirección de Derechos Humanos (DDHH) del Consejo Directivo Central (CODICEN), Gloria Canclini, dijo que "para quienes hemos estado en la docencia directa en Primaria o estamos en la docencia universitaria, sabemos muy bien el compromiso que representa detectar las eventuales situaciones de maltrato y abuso sexual. La educación es un soporte protector y un canal de acceso al ejercicio de los derechos".

Canclini explicó que la educación pública es un actor clave para la detección de situaciones de vulneración de derechos. "Desde la ANEP estamos haciendo un esfuerzo grande para apoyar a los equipos docentes, a los equipos multidisciplinarios, y capacitar a los funcionarios de gestión en la detección temprana de situaciones de violencia y reparación del daño", precisó.  

En ese sentido, anunció que se está trabajando en la actualización de los protocolos y mapas de ruta de Educación Inicial y Primaria y de Educación Media, en materia de prevención y abordaje de situaciones de violencia y maltrato.

La funcionaria está coordinando con la Facultad de Psicología capacitaciones dirigidas a docentes, que buscan profundizar en el conocimiento de cómo la virtualidad y el avance tecnológico expone a nuestros niños, niñas y adolescentes a otras formas de violencia que se manifiestan desde la virtualidad.

Concluyó que "una sociedad democrática que no es capaz de proteger y garantizar los derechos de sus niños, niñas y adolescentes está condenada al fracaso".

Informe de Gestión 2020

El SIPIAV registró e intervino en 4.911 situaciones de violencia hacia niñas, niños y adolescentes. Se trata de 137 situaciones más que las registradas en el informe anterior.

El 56% de las situaciones atendidas durante 2020 correspondió al sexo femenino y 46% al masculino. Respecto a los tramos etarios, el 55% de las situaciones atendidas correspondió a niñas, niños y adolescentes menores de 12 años.

Si vemos el número más detalladamente nos encontramos que de las 4.911 situaciones de violencia registradas e intervenidas, el 38% correspondió a niños, niñas y adolescentes de entre 6 y 12 años, el 35% entre 13 y 17, el 9% a 18 años y más, 9% a 0 a 3 años, y 8% a niños y niñas de entre 4 y 5 años.

Si observamos por tipo de violencia, la mayoría correspondió a situaciones de maltrato emocional (34%) seguido de negligencia (26%), maltrato físico (19%), abuso sexual (19%) y explotación sexual (2%).

Si vemos el tipo de violencia registrada por sexo, nos encontramos que la mayor parte de víctimas de explotación sexual corresponden a niños y adolescentes de sexo femenino, el 92% y 8% masculino); mientras que en el abuso sexual las situaciones registradas corresponden a 74% sexo femenino y 26% masculino.

El 76% de las situaciones de violencia en los que se intervino se trataba de situaciones recurrentes, mientras que el 25% se trató de un episodio único. Las situaciones detectadas e intervenidas continúan siendo crónicas y recurrentes, con una baja visualización de niños, niñas y adolescentes como víctimas de violencia. Solo 1 de cada 3 logra visualizar la situación de violencia, y en general corresponden a aquellas que tienen un mayor correlato físico (abuso sexual y maltrato físico).

El 90% de los agresores corresponden a familiares directos o integrantes del núcleo de convivencia de niñas, niños y adolescentes, identificándose al padre (38% de los casos), seguido de la madre (24%), pareja de la madre (15%), otro familiar (13%), entre los principales agresores de las situaciones registradas.

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