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Miles de uruguayos viajan por año a Argentina para consultas médicas

Acceder a un diagnóstico rápido y certero, al tratamiento adecuado y a un trato digno son las principales razones por las que miles de uruguayos viajan y se asisten en Argentina. Solo el sanatorio Puiggari atendió a 9.013 uruguayos en el último año.
Para quienes viven en departamentos fronterizos decidir ir al médico en las ciudades argentinas vecinas no es una novedad. Lo que sí cambió es el volumen del fenómeno, según consultas realizadas por El País en Uruguay y Argentina. Además, residentes en Montevideo y otros departamentos no fronterizos también acuden cada vez más al vecino país por cuestiones vinculadas a su salud.
En Salto y Paysandú consultar sobre este tema tiene una respuesta excluyente: viajar al Sanatorio Adventista del Plata, conocido como Puiggari, la localidad donde está ubicado, cercana a Paraná. En ambas capitales departamentales hay empresas que se dedican a transportar personas hacia allí.
Con un promedio de tres frecuencias semanales y aproximadamente un centenar de personas por mes, Transturpay Viajes es la firma sanducera que más pasajeros transporta hasta Puiggari, situado a 270 kilómetros de Paysandú. Los viajeros provienen de todo el país.
Además del viaje, la empresa coordina la consulta y muchas veces también lleva o trae documentación, resultados de análisis o medicación, explicó a El País Juan José Ferreira, uno de sus responsables.
Los pacientes que trasladan suelen dar dos motivos para decidir viajar: lograr una consulta médica en corto plazo (apenas días) y la posibilidad de realizarse un chequeo completo en el día, incluyendo consulta con especialista, análisis clínicos y estudios de imagenología.
Lo que también repiten es que esa institución es "una garantía". "Uno siente que estuvo en el lugar adecuado para quedarse tranquilo", comentó un hombre que tras una intervención quirúrgica coronaria en el país, decidió consultar allí.
Otros aducen la "dedicación y disponibilidad" de los médicos, como una diferencia con "los de acá". "Nunca están apurados. La primera vez que fui no sabía qué decir, porque el doctor me decía `pregunte` y se quedaba mirándome", relató una mujer, que aunque sus cuatro hijos están afiliados a la mutualista local, acostumbra pedir la "segunda opinión" en el sanatorio argentino.
Los resultados para ella han sido satisfactorios: los médicos coincidieron en la opinión acerca de la necesidad de intervenir a su hijo mayor de los oídos, pero disintieron en el tratamiento para el asma de una de sus hijas. "Después de años de tratarla acá y sin mejorar nada, allá le cambiaron el medicamento; no puedo decir que se curó del asma, pero está controlada y ya casi no se ataca, como antes", dijo.
Para esta mujer, que prefiere no identificarse, hay otra diferencia importante entre la medicina uruguaya y la ejercida en el lugar. "Acá parecería que empiezan y van probando hasta que algún tratamiento de resultado y allá primero hacen un diagnóstico para saber cuál es la medicación o el tratamiento indicado, antes de eso no dan nada", opinó. Agregó que "descubrió" otra diferencia el día que le preguntó al médico en Paysandú por el medicamento que le habían indicado y brindado en Puiggari. "Me dijo que `eso` todavía no estaba disponible, como un imposible, pero resulta que estaba ahí, no en Europa ni Estados Unidos, estaba del otro lado del charco", añadió.
En Salto, Alberto Galbarini, quien traslada en su vehículo a pacientes a territorio argentino y coordina los días y horarios para la atención en el Sanatorio Adventista, señaló que las personas buscan allí "un diagnóstico rápido y que lo curen o le digan la verdad sobre su enfermedad". "La mayoría de los que asisten se vienen en pocas horas con todos los resultados y en aquellos casos en los que los estudios demandan mayor tiempo, el médico se contacta telefónicamente y le informa sobre su situación, sin necesidad de que tenga que retornar a una nueva consulta", dijo.
Galbarini consideró que la demanda en encontrar una mejor atención para la salud en Entre Ríos coincide con las dificultades que encuentran los pacientes tanto en la órbita privada como en la salud pública, que lleva a que pasen meses para que se determine un diagnóstico, y están cansados de concurrir a las emergencias y salir con un blíster de analgésico. "Tengo gente de Bella Unión, Artigas, Paysandú, Tacuarembó y Montevideo. Se cansan de esperar y están sufriendo", señaló.
El traslado al sanatorio Puiggari, a 300 kilómetros de Salto, tiene un costo de $ 1.400. "Lo que la gente reconoce no es solo la rapidez con que retorna con sus diagnósticos, sino el trato que se le dispensa y el tiempo que le dedica el médico en la consulta, que es lo que hemos perdido en la salud los uruguayos", concluyó.
En el último año el Sanatorio Adventista del Plata recibió 9.013 pacientes uruguayos, informaron en el Departamento de Relaciones Públicas. "El número de pacientes uruguayos viene incrementándose notoriamente cada año. Como ejemplo, en el 2006 vinieron 4.070 y en el último año 9.013", señalaron. Más del 50% de ellos provienen de Salto y Paysandú y localidades cercanas. Desde Montevideo y su zona de influencia recibieron a 500 personas en el último año.
Las especialidades más demandadas son Clínica, Cardiología, Ginecología, Alergología y Endocrinología. Los costos de las consultas varían según la especialidad pero van desde 60 a 110 pesos argentinos -equivalentes a entre 240 y 440 pesos uruguayos-. A su vez, muchos optan por realizarse un chequeo médico que la institución ofrece en el día, con un costo de 700 pesos argentinos (2.800 uruguayos). Después de la primera consulta, las demás son bonificadas.
Más allá del Puiggari, Oftalmología, Traumatología y Dermatología son tres de las especialidades más consultadas por los uruguayos en Argentina.
Oftalmólogos reconocidos reciben usualmente en Buenos Aires a pacientes uruguayos, en especial de Montevideo. Los sanduceros y salteños también consultan en Argentina por tratamientos e intervenciones oftalmológicas. En general, los pacientes que viajan desde Paysandú aducen que no hay tecnología moderna disponible que resuelva ciertas patologías.
En Concordia, el doctor en Osteopatía y Quiropraxia y licenciado en Kinesiología y Fisioterapia, Sergio Javier Bastian, atiende en los últimos cuatro años cada vez a más uruguayos. Actualmente, 35% de sus pacientes son de este país. Para acceder a una consulta la espera no sobrepasa los cuatro días.
"Uno de los motivos por el que la gente acude para ser atendida en nuestros consultorios es que en Uruguay los turnos y las derivaciones son muy largas y la espera del paciente hace que tenga que aguardar por una respuesta, y muchas veces por el problema del dolor no está dispuesto a seguir esperando. No le veo otro sentido de por qué concurre la gente de Uruguay", dijo Bastian a El País.
Verónica Pasquali se atiende con él. Hace unos años sufrió una rectificación cervical y en Salto, su ciudad natal, le recomendaron que viera a Bastian. La consulta derivó en que no sólo atendiera allí su problema de columna sino también su psoriasis, enfermedad inflamatoria de la piel que produce lesiones escamosas.
En su caso no sólo recibió un tratamiento que le dio más resultado (a través de homeopatía) sino también una mejor atención. La psoriasis no es contagiosa, sin embargo su médico la atendía con distancia. "Para ver la pierna levantaba el pantalón con la lapicera, tampoco estás sarnoso", comentó.
NO ES PARA TODOS. No sólo a las ciudades limítrofes llegan pacientes de Uruguay. En Buenos Aires, la Fundación de Ayuda al Paciente Psoriásico (FAPP) recibe tres uruguayos por semana. "Es re común, hace muchos años que vienen", comentaron en la administración de la fundación. Estiman que solo en 2011 se han registrado 100 consultas de uruguayos.
Conocida como Clínica Ruggero, en referencia a Bruno Ruggero, paciente psoriásico que la fundó, en FAPP se ofrece asistencia con dermatólogos especializados y medicamentos que en Uruguay no suelen recetarse. Eso fue lo que estimuló a Luis Alonzo a cruzar el charco.
"Todo es muy lento acá. No me daban una atención acorde a las necesidades que yo tenía", recordó. La mayoría de los medicamentos contra la psoriasis tienen corticoides y Alonzo no puede tomarlos por problemas cardíacos. Le mandaban pomadas pero, según contó, no le hacían nada.
Fue a la Clínica Ruggero y obtuvo buenos resultados, pero era caro. Solo los gastos de consultas durante los tres meses que dura el tratamiento, implican unos 2.500 pesos uruguayos. A lo que hay que sumarle los medicamentos, el pasaje, y, si es necesario, la estadía.
Luis Tagle vivió la misma limitación. Tiene psoriasis hace cuatro años y los tratamientos que ha recibido no le dan resultado. Averiguó en Buenos Aires pero tampoco puede pagarlo. "Hay gente que tiene la opción de ir", pero no es para todos, lamentó.
En su mutualista pidió cita con la dirección médica y preguntó por qué no le recetaban medicamentos que sabía prescribían en otros países y le respondieron que "no era obligatorio". "Me dijeron que hay un vademécum con medicamentos que el Ministerio de Salud Pública fija como obligatorios. Que esos sí me los tenían que dar, pero los otros como eran caros no los daban", dijo.
Su dermatóloga le habló de tratamientos más efectivos disponibles en Uruguay a nivel privado, pero tenían un costo de entre ocho y diez mil pesos. No puede pagarlos y aún no ha dado con una respuesta efectiva que pueda costear.
Tanto Tagle como Alonzo y Pasquali forman parte de los 90 uruguayos que desde 2003 se contactaron con la Asociación Civil para el Enfermo de Psoriasis (Aepso), organización sin fines de lucro que ofrece contención y orientación a pacientes y familiares. Silvia Fernández Barrio, presidenta de Aepso, manifestó a El País sentirse preocupada porque los pacientes en Uruguay no tengan la orientación que necesitan.

"Debemos tomarlo como válido"

Para Julio Trostchansky, expresidente del Sindicato Médico del Uruguay, es entendible que haya pacientes que decidan atenderse en el exterior, sobre todo si sufren patologías en las que Uruguay tiene un nivel "aceptable", pero no "excelente".
"No debe ser motivo de sorpresa ni generar recelos en la comunidad médica. Debemos tomarlo como válido, como entendible", consideró al ser consultado por El País.
"La forma organizativa actual y la brecha tecnológica con los países de la región ha generado que el sistema actual no pueda brindar niveles de excelencia en el proceso asistencial", agregó Trostchansky.
En cuanto a "la forma organizativa", el médico dijo que si en enfermedades complejas como el cáncer de páncreas o algunas patologías cardíacas, cada centro de salud atiende únicamente a sus pacientes, nunca se logrará la experiencia necesaria para obtener resultados óptimos. Y en materia costo-beneficio, no resulta redituable apostar por mejoras tecnológicas.
En Argentina o Brasil, comentó Trostchansky, existen centros de referencia que concentran la atención y el tratamiento de determinadas enfermedades y por eso pueden ofrecer mejores resultados. Además, en los últimos años, ambos países han mejorado su infraestructura sanitaria y hoy logran niveles similares a los de Estados Unidos o Europa, agregó.
Para Trostchansky, en cada especialidad hay alguna enfermedad en la que los pacientes consideran atenderse en otro país.
Primero buscan una segunda consulta y si no coincide con lo que les dijo su médico o les resulta más acertada, siguen atendiéndose. Pero "la persona no sale por salir, hay patologías que ameritan que busquen una segunda opinión", agregó.

Seguros notan la tendencia

El interés de los uruguayos en atenderse en el exterior es percibido por las empresas que ofrecen seguros de salud. Francisco Viviella, adscripto a la gerencia técnica de Mapfre, dijo que "hay una mayor tendencia a contratar seguros que cubran los viajes al exterior para consultar un especialista o hacerse una intervención quirúrgica. Además, dijo, se comienza a optar por Buenos Aires porque es más económico que ir a Estados Unidos, y está más cerca si surge algún imprevisto. Mapfre trabaja en convenios con mutualistas para ofrecer seguros a sus afiliados.

Un país que promueve esos viajes

TURISMO DE SALUD Es un mercado que genera a nivel mundial unos 60.000 millones de dólares al año y se espera que en 2012 mueva unos 100.000 millones, según estimaciones de Deloitte.
INICIATIVA En 2008 hospitales y clínicas privadas de Argentina acordaron un plan con el Instituto Nacional de Promoción Turística (Inprotur) para salir a promover a ese país como un destino de turismo de salud en el exterior.
MOTIVOS Leonardo Boto, responsable del Inprotur, señaló que los atractivos turísticos suman a un cóctel de factores que hace que los extranjeros se definan por Argentina a la hora de hacerse un tratamiento médico o estético: "Los profesionales son muy prestigiosos, hay inversión en innovación tecnológica, las clínicas brindan confort y atención personalizada, y las prácticas son mucho más económicas acá que en Europa o Estados Unidos", dijo un año después de iniciado el plan al diario "Clarín".
BALANCE La cantidad de pacientes que viaja a Argentina por razones médicas sube 10% por un año. En 2009 dejaban en ese país US$ 80 millones.

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