El 65% de mujeres trabajadoras padeció violencia y/o acoso físico, psicológico o verbal

 Según los datos preliminares sobre la encuesta para mujeres «Violencia y Desigualdad de Género en el Trabajo», una aproximación a la desigualdad de género en el sector industrial, el  65% de mujeres trabajadoras ha padecido violencia y/o acoso físico, psicológico o verbal.


Los datos preliminares fueron presentados en el encuentro «Las mujeres como protagonistas de los cambios, una mirada al mundo del trabajo», desarrollado este jueves 4 en la Plaza de Las Pioneras y que contó con la disertación de Daniela Durán (Mujeres Integradas), Julieta Ávalos (Industriall), Mag. Magdalena Furtado (ONU Mujeres) y Virginia Staricco (Empresaria).

Tatiana Antúnez, una de las referentes del Proyecto Industria Integrada del INEFOP y el Instituto Cuesta Duarte del PIT-CNT, remarcó que la encuesta para mujeres «Violencia y Desigualdad de Género en el Trabajo», supone «el esfuerzo de aproximarnos a conocer, comprender y darle voz a las miles de trabajadoras de la industria uruguaya que viven situaciones de discriminación y violencia y de esta forma, sentar las bases para la elaboración de herramientas para que los sindicatos incorporen de manera real e integral, perspectiva de género en sus estrategias».  

En el encuentro desarrollado en la Plaza de las Pioneras, la representante de ONU Mujeres, Magdalena Furtado, dijo que las desigualdades de género en el Uruguay «ocurren en todos los ámbitos y tienen un carácter estructural».

La actividad se enmarcó en la conmemoración de un nuevo 8M Día Internacional de la Mujer Trabajadora y en este sentido, Furtado destacó que «las mujeres hemos sido protagonistas de cambios muy importantes en pos de la igualdad» como por ejemplo la «revolución silenciosa» que se dio durante el siglo XX «y que no tiene vuelta atrás» y que se tradujo en el ingreso de las mujeres al mercado de trabajo. También mencionó la conquista de derechos sexuales y reproductivos, en particular el acceso a métodos anticonceptivos para evitar el embarazo no deseado. En clave de perspectiva, valoró que en el Uruguay se haya instalado en la agenda país el derecho a los cuidados y en este sentido, elogió el rol que desempeñaron las organizaciones de la sociedad civil y el movimiento sindical, «que tuvieron un rol fundamental en esta lucha», remarcó. En este plano, Furtado recordó entre la cuarta y la séptima ronda de los Consejos de Salario, se aprobaron 351 cláusulas de corresponsabilidad en los cuidados.

En relación a inequidades, dijo que «solo el 15% de las mujeres están empleadas en estratos de productividad alta y media-alta» y que «la brecha salarial en Uruguay es del orden del 20% al 25%».

La representante de ONU Mujeres habló también con perspectiva de futuro y abogó porque se construya un nuevo acuerdo social que mitigue las inequidades. «Hay que avanzar hacia una sociedad donde los ámbitos de decisión sean paritarios, es lo natural en una democracia» y también puso énfasis en que el futuro del trabajo «no puede pensarse sin el cierre impostergable de la brecha digital que hay entre mujeres y hombres» y «el rumbo que tomen las políticas públicas en los próximos meses es clave, y uno de los aspectos importantes va por el lado de una transformación digital inclusiva».

Cinco siglos igual

Para la integrante de la Confederación de Sindicatos Industriales y militante de la UNTMRA, Daniela Durán, hay prejuicios y estigmas arraigados en la sociedad y también dentro del movimiento sindical. «El patriarcado es anterior al capitalismo, está en todos y todas. Yo integro hace 17 años la dirección del sindicato metalúrgico y cuando ingresé mis amigas y mi familia me preguntaban para qué perdía tanto tiempo en el sindicato. Ese era el pensamiento de la gente. Ibas al sindicato a defender tus derechos, porque te explotaban pero había gente que te preguntaba qué intereses tenías (ocultos) allí». Durán contó una experiencia personal reciente cuando algunas compañeras le dijeron que creían que ella por su militancia sindical «cobraba otro sueldo» y militaba «porque me pagaban».

Según Durán, «esos cuestionamientos no se le hacen a los hombres porque estamos educados en la lógica que la vida pública es para los hombres y el lugar de la mujer es en la casa». En este sentido, preguntó sobre las decisiones de las propias militantes a la hora de elegir sus representantes. «¿Por qué las mujeres votamos hombres en los sindicatos? ¿Por qué en fábricas donde el 90% son mujeres, esas mujeres votan hombres para que las dirijan?» interpeló. «Porque nos atraviesa el patriarcado, consideramos que un hombre nos va a decir cuál es el camino correcto, porque así nos han educado durante siglos», subrayó.

Tejer alianzas

Julieta Ávalos, representante de Industriall, también se refirió a las inequidades, a las desigualdades del sistema capitalista y a la necesidad de pensar cambios culturales sin excluir a nadie. «¿Cómo vamos a generar esos cambios? ¿A quiénes nos estamos enfrentando? Los datos son importantes, pero no reflejan las vivencias, el dolor y la violencia», sostuvo.

Ávalos habló de ciertos prejuicios históricos y en este sentido dijo que cuando una mujer llega a ocupar un cargo de liderazgo hay quienes cuestionan «cómo habrá llegado ella a su silla». Remarcó que desde su óptica, «para generar un cambio de conducta es importante no excluir a nadie» y que no alcanza con tener un diagnostico de la situación sino que además se requiere planificación y organización.

En otro punto, sostuvo que las mujeres tienen que tener alianzas «y poder planificar nuestra agenda». Además, dijo que «el sistema, con la pandemia y con la pospandemia, nos va a tratar de acorralar y por tanto, es imperioso que tengamos sindicatos más fuertes».

Por último, la representante de Industriall dijo en el encuentro de la Plaza de Las Pioneras que se debe ahondar en las conclusiones y resultados obtenidos en la encuesta «Violencia y Desigualdad de Género en el Trabajo». Al respecto, reclamó «que no quede en el papel, que no quede en la encuesta, organicémonos, entendamos que la violencia está y no hay que naturalizarla, ni responder con mas violencia. El sistema es el problema, el sistema nos forma, así como aprendimos y claramente, tenemos que desaprender, ir a nuestro ritmo, ver dónde está el enemigo -que es el sistema- porque en definitiva, al explotador no le va a importar si tenés o no vagina, te va a explotar». En el cierre de su exposición, Ávalos invitó a las mujeres a caminar juntas, «dejemos los egos de lado; el camino es largo, queda mucho por hacer, hemos avanzado y esto no es de ahora; hay miles que han luchado a lo largo de la historia y tenemos que continuar la lucha», sentenció.
Portal PITCNT.UY

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