La factura de las importaciones alimentarias podría disminuir ante la abundancia de la oferta

En el informe de Perspectivas Alimentarias de la FAO se analizan las nuevas tendencias del comercio, las enfermedades animales y la producción agrícola a nivel mundial

Los problemas con la carne de cerdo en China pueden ser una bendición para los productores de aves de corral.

Es probable que la factura mundial de importación de alimentos disminuya en 2019, aunque los países más pobres y vulnerables no serán los principales beneficiarios de esta tendencia, según un nuevo informe de Naciones Unidas.

La última edición de las Perspectivas Alimentarias de la FAO pronostica que, a nivel global, las importaciones de alimentos caerán un 2,5% en 2019, hasta los 1,472 billones de dólares estadounidenses. 

Quienes más disfrutarían esa bajada de los costes serían los países desarrollados, mientras que se espera que la factura de importaciones alimentarias crezca, por ejemplo, en África subsahariana. Y, aunque el menor coste unitario de las importaciones alimentarias sugiere que con la misma cantidad de dinero se podría comprar más comida, esa ventaja queda anulada en casi todos los países de Bajos Ingresos y con Déficit de Alimentos, cuyas divisas se debilitan frente al dólar estadounidense, la unidad principal en las transacciones comerciales internacionales.

El café, el té, el cacao y las especias suponen más de la mitad de la disminución prevista en esa factura global, mientras que los costes de importación de azúcar y cereales permanecerían básicamente sin cambios pese al declive de los precios internacionales de estos últimos. La buena noticia para los países vulnerables es la bajada prevista del coste de importación de aceites vegetales, que suelen ser una parte importante de sus importaciones.

Las Perspectivas Alimentarias de la FAO, que se publican semestralmente, evalúan las tendencias de producción y de mercados de un abanico de alimentos que incluye cereales, pescado, azúcar, aceites, leche y carne. Esta edición contiene además informes específicos sobre el impacto que tendrá la expansión de la Peste Porcina Africana (PPA) y sobre las perspectivas de exportación de bananos, aguacates y otras frutas tropicales desde la región de América Latina y el Caribe. 

Quién gana y quién pierde con la peste porcina

La llegada a China de la PPA y su rápida expansión por el país que acoge a la mitad de los cerdos del mundo tendrá un notable impacto en los mercados mundiales de carne y de piensos para animales.

Aunque los efectos concretos están aún por determinar, esta enfermedad animal podría provocar una caída de cerca del 20 por ciento en el número de cerdos de China. Esta acusada disminución se apoya en datos indirectos que muestran una amplia reducción de la industria de procesamiento de productos porcinos a nivel local, así como en la producción y venta de alimento para cerdos.

Las consecuencias globales de esta situación se prevén complejas. Por un lado, se estima que las importaciones de carne de cerdo crecerán hasta un 26 por ciento, y que también aumentarán las de otro tipo de carnes, como la de vacuno o la de aves de corral. Pero por otro, la reducción del número de cabezas de ganado porcino en China debería traducirse en una menor demanda de cereales y semillas para piensos alimentarios, y en particular de soja. China importa actualmente cerca de dos tercios de toda la soja objeto de comercio internacional, y cerca de la mitad de esa cantidad se destina a alimentar a los cerdos locales. Las compras de soja ya se habían ralentizado a causa de las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos, y ahora esa tendencia se refuerza con la decisión del país asiático de reducir las exigencias de proteínas en la alimentación de los cerdos.

A la vez, es poco probable que el consumo de carnes en China siga creciendo a un ritmo tan rápido como lo ha venido haciendo en el pasado, hasta alcanzar los 95 kilos por persona y año de carnes, huevos y peces criados por medio de la acuicultura. Por si esto fuera poco, la revisión realizada en los últimos censos agrícolas chinos revela que el país almacena más de 180 millones de toneladas de maíz, lo que se suma a la amplia oferta de granos para piensos y parece estar rebajando la demanda de importaciones de cebada y sorgo.

Aunque gran parte de lo que suceda depende de los esfuerzos por contener la expansión de la PPA – que se ha detectado recientemente también en Viet Nam, uno de los principales productores de carnes porcinas, y otros países vecinos – la tendencia apunta a una crecida de los precios de la carne porcina y una bajada de los del pienso. Esta “rara combinación de eventos” conlleva una ventaja para el sector agrícola de Europa, que se beneficiará de esa caída de los precios de los piensos, así como para los productores de porcino en Estados Unidos, donde existe capacidad exportadora para aumentar el suministro de estos productos rápidamente.

Del mismo modo, la crisis de la PPA supone un impulso para los productores de pollo y otras aves de corral, en especial para los principales exportadores como Brasil. Se espera que la producción de aves de corral en China crezca un 7% este año, reflejando así tanto las consecuencias de la PPA como el éxito del país en la contención de otra enfermedad animal que se propaga con rapidez como es la Gripe Aviar Altamente Patógena.

Principales tendencias de las materias primas alimentarias

Aunque el informe apunta que la velocidad con la que cambia el entorno comercial global y la rápida expansión de la PPA constituyen importantes incertidumbres, el panorama general muestra que los mercados mundiales de muchas materias primas alimentarias cuentan con una oferta fuerte y es probable que contribuyan a rebajar la factura de importaciones de alimentos.

El nuevo informe de Perspectivas Alimentarias ofrece los primeros pronósticos de la FAO para la oferta y demanda de alimentos en 2019-2020, con evaluaciones al detalle de las perspectivas de los mercados del trigo, el maíz, el arroz, el pescado, las carnes, los productos lácteos, el azúcar y varios tipos de aceites vegetales. 

También ofrece información actualizada sobre los incipientes cambios que está experimentando el mapa global de la producción y el comercio de alimentos. Algunos aspectos destacados son que India y la Federación Rusa consolidan su reciente ascenso a la categoría de mayor productor mundial de azúcar y mayor exportador mundial de trigo, respectivamente, sobrepasando a Brasil y Estados Unidos. También se analiza el rápido ascenso de Brasil hasta convertirse en el segundo mayor exportador de maíz del mundo: su cuota global de mercado ha pasado del 1 por ciento de hace solo una década hasta el 25 por ciento actual.

Pese a que el consumo per cápita de azúcar crece, parece estar estabilizándose en los países desarrollados, a consecuencia de una mayor atención por parte de los reguladores – lo que incluye la tasación de bebidas azucaradas– y los cambios en las preferencias de los consumidores. Esta situación genera dudas sobre un sector en el que los precios internacionales son inferiores a los costes de producción en casi todas partes. Se espera que Brasil utilice casi dos tercios de su producción de caña de azúcar para producir etanol, frente al 53 por ciento del año pasado.

El informe también pronostica una caída del 3,4% en la producción a partir de capturas de pescado en 2019, una tendencia relacionada con la menor abundancia de las capturas de anchoveta y especies pelágicas menores como el verdel, así como de bacalao salvaje o abadejo. Por el contrario, se espera que la acuicultura avance en 2019, lo que mantendrá estable el consumo de pescado, aunque las dinámicas dentro del sector de la cría de pescado sean diversas: hay mercados con apreturas como el del salmón y los bivalvos y otros con abundante oferta como los de los camarones, la lubina o la dorada.  
©FAO

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