Gobierno diseña política que revierta malos hábitos y prevenga patologías cardiovasculares

El ministro de Salud Pública, Jorge Basso, reiteró la preocupación del Gobierno por los malos hábitos de muchos uruguayos respecto de su alimentación y falta de actividad física, entre otras situaciones. Informó que los datos de la “Segunda Encuesta Nacional de Factores de Riesgo de Enfermedades Crónicas No Trasmisibles”, que presentó, suman al trabajo que la cartera realiza en diseño de políticas de prevención.
El Ministerio de Salud Pública presentó la 2° Encuesta Nacional de Factores de Riesgo de Enfermedades Crónicas No Trasmisibles enmarcada en un proyecto que esa secretaría de Estado impulsa desde hace ocho años para la prevención de este tipo de patologías.

“Este es el principal desafío que en materia sanitaria tenemos como país”, dijo el ministro de Salud Pública, Jorge Basso, al participar del cierre de la jornada de presentación de resultados.

Basso explicó que Uruguay es un país envejecido donde la carga de enfermedades está vinculada a algunas patologías, “en las que tiene mucho que ver cómo vivimos, cómo nos alimentamos, cómo nos movemos y cómo encaramos los riesgos de la vida diaria”.

La encuesta, realizada con apoyo del Banco Mundial, da cuenta que hay por delante un desafío importante vinculado a transformar buena parte de la cotidianeidad de los uruguayos.

“Nos movemos poco, no nos alimentamos bien, aún tenemos un número importante de fumadores, tenemos problemas con algunas drogas, particularmente con el alcohol”, ejemplificó el ministro, quien explicó que el sistema sanitario viene trabajando en estos aspectos.  

En ese sentido, anunció que en los próximos días su ministerio dará a conocer los objetivos sanitarios que se propone para el quinquenio que tendrán que ver con la transformación de los hábitos, con cómo revertir esa cultura de alimentarse rápido y mal.

“Relacionamos la alimentación con sacarnos el apetito, pero es algo bastante más complejo”, advirtió.

“Hay que tomarse su tiempo, hay que planificarlo, hay que elegir nuestra alimentación y la de nuestros familiares, sobre todo la de nuestros niños y adolescentes, porque es justamente a partir de la familia cuando se empiezan a generar buenos hábitos y costumbres. Tenemos que tratar de movernos más con una actividad física más permanente, aprovechar la oportunidad de caminar, subir escaleras”, apuntó.

“Esto implica no necesariamente pagar un club. Hay muchas formas de mantenernos activos. Eso tiene ventajas, no solamente biológicas sino también psicológicas, que pasado el tiempo se expresan en afecciones que son prevenibles”, añadió.

Basso insistió en que se está trabajando en la generación y definición de políticas orientadas a la prevención de enfermedades no transmisibles, no infecciosas, vinculadas a hábitos y costumbres que se resuelven teniendo una vida más saludable.

Explicó que, a partir del lanzamiento de los objetivos sanitarios del ministerio, se dará a conocer un plan nacional basado en el territorio, en las instituciones, en los usuarios y en los sistemas de salud.

“El personal de salud y de educación juega un papel muy importante. Procuramos que estos personales sean modélicos, transmitan sus convicciones y no solo su discurso, a los efectos de iniciar un proceso que vaya revirtiendo algo que es un fenómeno planetario: el aumento de la obesidad, el sobrepeso, el incremento de patologías que se pueden prevenir. Seguimos reivindicando el valor de hablar con los pacientes”, indicó.

Para Basso, “toda oportunidad que tengamos de trabajar sobre la comunicación, es sustantiva”.

Entiende que con buenos consejos y recomendaciones se puede atender muchas de las consultas de los usuarios.

“Tenemos que generar una contracultura del ‘todo tiene que ser rápido y ya’. Es un desafío para cualquier sociedad”, insistió.

“Existen movimientos muy fuertes en el mundo tendentes a que todos nos tomemos nuestro tiempo para alimentarnos y evitar la comida rápida, y es importante incorporar el concepto de llevarse ‘la vianda’ al trabajo”, abundó.

“Parece algo antiguo, pero tiene enormes ventajas y se está volviendo a eso en todo el mundo”, dijo Basso, quien recordó que “tal como nos alimentamos es seguramente como nos enfermemos”.

Esta encuesta permite medirnos comparativamente en el tiempo como país, y ver cómo nos va en este desafío que no se reduce a hacer diagnósticos y a dar medicamentos sino que se amplía a una visión de prevención y de promoción de salud.

“Los indicadores muestran que estamos logrando reducir el número de fumadores en las generaciones más jóvenes. En cuanto a la actividad física se percibe una estratificación social, donde los colectivos más informados que tienen un nivel educativo mayor en general conocen más estas cosas. Hay que llegar a toda la sociedad. Estamos trabajando  muy bien con el sistema educativo y aspiramos a que en estos cinco años ese mecanismo funcione bien”, sostuvo.

Basso precisó que se trabaja en el tema del alcohol desde la escuela y en otros temas de alimentación y actividad física en conjunto con las intendencias en todo el territorio, lo que incluye la instalación de equipamiento para realizar ejercicio.

“Esto da señales de que estamos abriendo los ojos a una realidad en la que todos tenemos algo para hacer”, concluyó.  

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