Universidades: en las 10 top del mundo hay 15 uruguayos


Al menos 15 uruguayos estudiaban en cinco de las diez universidades más prestigiosas del mundo hasta fines de julio. La opción, que puede costar más de 100.000 dólares, no es suficientemente valorada en Uruguay, según exalumnos.



En el año lectivo boreal 2011/12, había tres uruguayos estudiando en Harvard, dos de ellos en la Escuela de Artes y Ciencias y uno en la Escuela de Diseño. Según el Academic Ranking of World Universities 2012, recientemente divulgado, Harvard es la universidad número uno del mundo. En el Massachussetts Institute of Technology (MIT), que ocupa el tercer lugar, había siete uruguayos; en Cambridge, ubicada en el quinto puesto, había dos, y en Oxford, en el décimo lugar, había tres uruguayos realizando posgrados, según datos que proporcionaron las universidades a El País.

Estudiar en los centros más prestigiosos del mundo abre puertas en el exterior, según Leonardo Costa, el exalumno de Harvard y exprosecretario de la Presidencia durante el gobierno de Jorge Batlle, y proporciona una amplia red de contactos y amistades en todo el mundo.

Según Francisco Ravecca, exalumno de Harvard y director ejecutivo de Aguada Park, "el mayor activo" de esa experiencia "es la red de contactos que uno establece". De hecho, todos los emprendimientos que Ravecca inició en Uruguay desde que regresó de Harvard en 1997 (deRemate.com, Endeavor, Ficus Capital y Aguada Park) fueron en asociación con sus contactos de Harvard.


De todas formas, en los últimos años la cantidad de uruguayos estudiando en universidades de Estados Unidos (donde están las mejores del mundo), ha disminuido. De un pico de 532 alumnos en el año lectivo 2003/04, la cantidad de uruguayos bajó a 389 en el año académico que terminó en julio (ver gráfico).

Carolina Rocha, una uruguaya de 26 años que acaba de ingresar en la Harvard Business School (HBS) para realizar un Master in Business Administration (MBA), contó a El País que el proceso de aplicación y selección, que requiere realizar dos exámenes, varios ensayos y tener una entrevista con el comité de admisiones, puede llevar más de un año. Según comentó, en 2011 la HBS recibió 9.331 aplicaciones de ingreso y aceptó solamente al 12%.

El costo de la matrícula es de US$ 53.500 por año, para un posgrado de dos años, pero según estimaciones de la HBS, el costo total por año, incluyendo la vida en Boston, la cobertura de salud y los materiales de estudio, es de unos US$ 87.200 anuales.

Según Rocha, de acuerdo a la situación financiera de cada alumno la universidad financia parte de los estudios, y a la vez ofrece convenios con bancos para acceder a préstamos para pagar el resto de la cuota.

Cuando regrese a Uruguay, a Rocha le gustaría "promover la calidad en la educación y la necesidad de abrirse al mundo cultural e intelectualmente", según contó. "Creo que en Uruguay hay mucho por hacer y me encantaría participar de ese cambio. La juventud debería ser mucho más proactiva y participar en lograr que el país sea el mejor país que podemos tener", agregó.

Pero volver a Uruguay después de realizar estudios en universidades de prestigio tiene un precio. "Tenés que estar dispuesto a entregar una cosa por otra", comentó Ravecca. "Lo que extrañás cuando estás afuera: el asadito con la familia y los amigos, ir al estadio y todo eso, tiene su costo. Porque el nivel de sueldos acá no es ni cerca el que podés tener en otro lugar. La prueba está en que cuando quise volver acá no encontré trabajo. Estaba en Buenos Aires en el Banco de Boston y acá no había un trabajo que me pagara lo que me pagaban allá. Entonces me fui armando distintos emprendimientos", comentó.

Costa y Ravecca coincidieron en que los posgrados se valoran poco en Uruguay. Según Costa, "hasta hace poco, en la Universidad de la República valía lo mismo para acceder a un grado de docente un máster que un curso corto". Según Costa esto contrasta con la realidad en el exterior. "Cuando estuve en el gobierno y viajaba al exterior, si decía que había estudiado en Harvard se me abrían puertas que quizás no se hubieran abierto", indicó.

Ravecca comentó que a su padre, que es economista por la universidad de Stanford (actualmente en el segundo lugar en el ranking) y con un MBA en la New York University, "le dicen señor". "Y yo solo por ser abogado por la Universidad de la República soy el doctor Ravecca", comentó. "Por eso para mí la combinación ideal es recibirse en Uruguay, que hay muy buenas universidades y después hacer un posgrado afuera".

Actualmente participan en este gobierno algunas personas con estudios en universidades de prestigio en el mundo, como el economista Pedro Buonomo, asesor del presidente José Mujica y exsubsecretario de Economía, quien estudió en Harvard, y el director de Cultura del Ministerio de Educación y Cultura, Hugo Achugar, que estudió en Stanford. Además, en el período pasado el economista Alberto Barreix, doctorado en Harvard, fue uno de los asesores del gobierno en la reforma tributaria de 2007.

DOS CASOS
Francisco Ravecca
EX ALUMNO DE HARVARD

Fue al exterior por "tradición familiar" (su abuelo, tía y padre estudiaron en Estados Unidos), y destaca la red de contactos que estableció.

Leonardo Costa
EXALUMNO DE HARVARD

Para el tributarista, el mayor beneficio de estudiar afuera es "tomar distancia de lo cotidiano" y "valorar ciertas cosas".

PILAR BESADA|El País Digital

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