Cursos de educación para adultos recibieron más de 8900 personas en 2011


Según datos de la Dirección Sectorial de Educación de Adultos del CODICEN, el año pasado 2.417 mujeres y 2.428 hombres terminaron educación primaria. El 45% de esa población es de Montevideo y el 55% del interior del país. Desde el 2007 el Programa Puente se dedica especialmente a niños y adolescentes de 13 a 17 años que se desvincularon en forma reciente del sistema educativo formal.

La Dirección Sectorial de Educación de Adultos del CODICEN (DSEA) brinda servicios en los 19 departamentos, en 175 espacios y en 52 localidades del país e implica trabajo para 400 docentes. La Dirección atendió en 2011 a 8.937 personas, de los cuales 2.352 son hombres y 3.132 son mujeres que viven en Montevideo, mientras 1.480 son hombres y 1.973 mujeres del interior.

En Uruguay hay 340.000 personas mayores de 15 años que no culminaron primaria. De ellos, 49.384 son jóvenes de entre 15 y 24 años y 14.832 son adolescentes de entre 13 y 15 años. Son 96.904 las personas que participaron en el Plan de Atención Nacional a la Emergencia Sociohabitacional (PANES), mayores de 15 años que no completaron primaria.

“La educación de jóvenes y adultos a sido históricamente invisibilizada muchas veces o asociada a la escuela nocturna. La educación de adultos es transversal porque ocurre en todos lados, como por ejemplo, cuando el Ministerio de Ganadería hace una capacitación para los productores rurales”, asegura el director de la DSEA, Felipe Machín.

“Antes de 2005 la división atendía a 2.000 personas en seis departamentos. A partir de 2005 se generó una cobertura a nivel de todo el país”, aseguró el entrevistado a la Secretaria de Comunicación.

Programa Puente
“Tenemos un 1,7% de analfabetismo y dentro de la región somos líderes en alfabetización, sin embargo, aún hay 313.064 uruguayos, según la Encuesta de Hogares 2010 que no han terminado primaria”. De ese núcleo preocupan especialmente a la DSEA los jóvenes que tienen entre 13 y 17 años que abandonaron educación primaria en forma reciente, sostiene Machín.

El programa Puente es producto de un convenio entre la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), el Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) e Infamilia, además de organizaciones de la sociedad civil. La DSEA se encarga de implementar un dispositivo integrado por un maestro y un profesor coordinador de taller, además realiza el seguimiento y la coordinación del proyecto.

De la retórica a la acción
Participan 100 muchachos por año, en grupos de un máximo de doce personas. Esa situación permite a los alumnos comunicarse mejor con los docentes, generar empatía y tratar todo tipo de temáticas. También se acompaña pedagógicamente a los estudiantes cuando empiezan a concurrir a la enseñanza formal, tanto en Educación Secundaria o en la Universidad del Trabajo del Uruguay (UTU).

En lo que respecta a los contenidos educativos en el área salud trabajan en higiene, prevención de enfermedades, carné de salud adolescente, tabaquismo, consumo problemático de sustancias, salud sexual y alimentación. También se analiza el área de participación ciudadana; el área de género y vida cotidiana; el área de juego y recreación;  el empleo y la elaboración de currículum. De esta forma, el proyecto logró que el 65% de los jóvenes que por él transitaron en 2009 culminaran primaria.

En Montevideo, el programa Puente funciona en la zona de Conciliación (SOCAT); Gurises Unidos en la zona de Manga, la Asociación de Maristas, ubicada en el kilómetro 16 de Camino Maldonado y el Centro de Participación Popular en Casavalle; también hay servicios en Canelones, gestionados por la Fundación Centro de Educación Popular (FCEP) en Las Piedras, y esta semana comenzó a funcionar el kolping de Rivera.

Generar un proyecto de vida
La educación de adultos tiene por meta concretar la generación de ciudadanía y supera la acreditación. El objetivo es que la persona elabore un proyecto de vida a corto o largo plazo y que asuma sus propias elecciones, sostiene Machín.

La metodología se basa en un fuerte componente de participación de los adolescentes y en un uso de los tiempos pedagógicos que habilita el despliegue de los procesos de enseñanza-aprendizaje de los jóvenes. “Se intenta no caer en la apresurada lectura de los resultados en cantidad de acreditaciones”.

La orientadora pedagógica inspectora Julia Cerrevello expresa que la acreditación es una excusa para mantener a los chicos en la educación formal. “La idea es generar una transformación del chico en forma académica e integral”. Ambos jerarcas sostienen que "el cuello de botella está en la escuela y no en la enseñanza media porque los chicos necesitan un espacio que los continente entre iguales".




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