Alcaldesa del Municipio B participó de encuentro de Celac

 La alcaldesa del Municipio B, Silvana Pissano, participó del encuentro “Vivienda y reactivación económica: inclusiva, equitativa y sostenible”

En el marco de la Presidencia Pro Témpore (PPT) de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), ostentada por México y en conjunto con la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) y el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit), se celebró de manera virtual el encuentro CELAC “Vivienda y reactivación económica: inclusiva, equitativa y sostenible”.

El objetivo de este encuentro fue que los países expusieran e intercambiaran experiencias que ayudarán a la elaboración de políticas públicas para impulsar en cada uno la recuperación económica, con un sentido social y bajo una visión de superación de las desigualdades regionales y de enfrentamiento a los desafíos generados por el cambio climático.

La reunión contó con la conferencia magistral a cargo de Ana Falú, Profesora Emérita de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina y Directora de la Red Mujer y Hábitat de Latinoamérica.

La apertura corrió por cuenta de las autoridades mexicanas:  Román Meyer Falcón, Secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, de México, Martha Delgado Peralta, Subsecretaria de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de México y presidenta de la Asamblea de ONU-Hábitat, Carlos Martínez Velázquez, Director General de Infonavit y Efraín Guadarrama, Coordinador Nacional de México ante la CELAC.

El primer panel, se desarrolló bajo el título “Situación actual de la crisis por COVID en América Latina y el Caribe: evidencias e impactos en materia de vivienda” y fue moderadora por Verónica Ruiz, Especialista en Desarrollo Humano e Infraestructura Social del Banco Centroamericano de Integración Económica. Las ponencias estuvieron a cargo de Diego Aulestia, Jefe de la Unidad de Asentamientos Humanos, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL); Irene Campos Gómez, Ministra de Vivienda y Asentamientos Humanos de Costa Rica, MIVAH  y Juan Pablo Duhalde, Director de Relaciones Institucionales e Impacto, TECHO

El segundo panel – “Reflexión sobre las políticas públicas de respuesta y su articulación con el sector privado y social Moderadora” fue moderado por Tatiana Gallego, jefa de la División de Vivienda y Desarrollo Urbano del Sector de Cambio Climático y Desarrollo Sostenible, BID. Participaron en calidad de ponentes: Jonathan Malagón, Presidente de Foro de Ministros y Autoridades máximas de la vivienda y el urbanismo de América Latina y el Caribe (MINURVI), Anita Zetina, Secretaria General de la Secretaría de Integración Social Centro Americana (SISCA) y Cynthia Goytia, Directora de la Maestría en Economía Urbana Directora del Centro de Investigaciones de Políticas Urbanas y de Vivienda (CIPUV).

El tercer panel “Perspectivas de largo plazo en términos de política de vivienda y desarrollo urbano, ¿cómo lograr una recuperación económica equitativa, incluyente y sustentable?” fue moderado por Elkin Velásquez, Representante Regional Onu-Habitat para América Latina y el Caribe. Las ponencias estuvieron a cargo de: Margarita Greene, Investigadora Principal, Pontifica Universidad de Chile, Pablo López, Coordinador de la iniciativa Ciudad con Futuro, CAF (Banco de Desarrollo de América Latina) y Sebastián Bares, Director Nacional de Programas de Hábitat, Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat (MDTyH).

Al cierre, se realizó un panel de “Conclusiones y visión a futuro” que fue moderado por Anaclaudia Rossbach, Gerente Regional para América Latina, Cities Alliance. Participó Silvana Pissano, Alcaldesa del Municipio B de Montevideo junto a  Sameh Wahba, Director General para temas Urbanos, Gestión de Riesgos y Desastres, Resiliencia y Territorio, Banco Mundial y Oscar Vela Treviño, Subdirector General de Planeación Financiera y Fiscalización, Infonavit.

Palabras de la alcaldesa Silvana Pissano
Lo primero que quiero decir, para no dejar por fuera, de esta visión de futuro sobre las políticas de vivienda, territorio y hábitat es que aún estamos en pandemia. Pensar y resolver la emergencia sigue siendo absolutamente relevante. Hay que incluirlo. Tenemos que asegurarnos, además, la participación de la población. 

Tiene que estar presente. Por lo tanto, el futuro se construye asegurando la máxima participación. Tenemos que esperar al tiempo adecuado, aún tenemos en toda nuestra región un escenario de incertidumbre. Lo central sigue siendo resolver el presente. La atención a la emergencia debe seguir desplegando medidas para los sectores de mayor vulnerabilidad. Hay que actuar con rapidez desde los distintos niveles de gobierno, con medidas efectivas. Porque la pandemia ha acentuado un problema estructural que es el acceso a la vivienda. 

Pero no podemos dejar de poner nuestros lentes en este punto que es la permanencia en la vivienda, que se ha agravado: se ha empeorado drásticamente las condiciones económicas de las personas. 

Estamos hablando del aumento significativo de las personas en situación de calle y, también, que muchas familias en situación de vulnerabilidad son encabezadas por mujeres. Y están siendo desplazadas de los barrios, de las áreas centrales hacia la periferia. Esto pone en el centro los temas que hacen a la vida, a resolver la cotidianeidad de la vida como son los cuidados. 

Quiero poner en valor el rol de los gobiernos locales, de los gobiernos subnacionales, porque tenemos la capacidad - desde abajo - de poder convocar localmente a acuerdos importantes entre distintos actores y actoras que están formando parte de la política habitacional. 

Hay que redoblar los esfuerzos para que las personas se mantengan donde están. Entonces, los subsidios y las garantías de alquiler tienen que estar en estas baterías de instrumentos para salir de la crisis.  No podemos dejar de poner en el centro de las respuestas la pregunta sobre qué tipo de Estado queremos. Queremos un Estado presente, no ausente, para salir y poder reactivar, que es lo que hoy nos une.  No son momentos de hablar a nivel gubernamental de déficit cero.  

En este escenario de visión de futuro, quiero justamente resaltar algo que se ha colocado: no existen soluciones únicas ni globales al problema de la vivienda. A viejos problemas complejos, justamente, necesitamos soluciones diversas. Paquetes de medidas, baterías de instrumentos que reconozcan las diferencias territoriales. Hemos puesto acá la importancia de las ciudades, de los centros consolidados, pero también tenemos que estar cuidando en esa ciudad que se expande, no sólamente de llevar las infraestructuras sino también actuar tomando en cuenta los riesgos ambientales que se profundizan en esas expansiones. 

Tenemos que poder dar respuestas y medidas que tomen en cuenta las diferencias sociales y de género. Esto tenemos que rescatarlo. No es lo mismo una familia nuclear que una mujer afrodescendiente con hijos o las personas adultas mayores. Tenemos que asegurar la permanencia, porque eso hace a la sostenibilidad de las medidas que se tomen. 

Necesitamos gobiernos locales comprometidos. Y aquí quiero subrayar que sin una política de acceso al suelo urbano no hay posibilidad de una política habitacional sostenible y de futuro. Las modificaciones normativas que apunten a la redensificación del suelo van en el camino correcto, pero son insuficientes sino actuamos desde los gobiernos en el mercado del suelo. El desarrollo urbano con equidad, supone la regulación del suelo y el suelo habitacional no puede ir en detrimento tampoco del suelo rural, del suelo productivo. Porque eso también hace a la sostenibilidad. 

Rescato y pongo el acento en que vienen tiempos de reformular las ideas con nuevas bases. Tenemos que innovar en mecanismos que vinculen el papel de los distintos niveles de gobierno, con el sector privado, con la sociedad civil y aquí quiero también nombrar a los sindicatos, al movimiento social organizado alrededor del derecho a la vivienda y a la ciudad, y por supuesto a la academia, que por supuesto tiene que formar parte de nuevas respuestas en este circuito de planificación, producción, gestión y financiamiento de la vivienda. 

Al circuito clásico, que todos conocemos, de gobierno nacional como productor de la política de vivienda - generando nuevas unidades - a la banca pública e incluso a la banca privada mediante financiamiento de las hipotecas de 25 a 30 años. El sector privado identificado con los desarrolladores y con la construcción mediante empresas y aquellas figuras de familias recibiendo llave en mano. Tenemos que incorporar nuevos actores a este sistema clásico, pero también subvertir el lugar de esos actores clásicos para dar nuevas respuestas. 

Por supuesto, y lo vuelvo a recalcar, la población involucrada tiene que formar parte de las soluciones. Tienen que estar las articulaciones multinivel y ahí la importancia del papel activo, de todos los gobiernos, es vital para asegurar esa participación. Pero también hay que trabajar para asegurar nuevas formas de financiamiento. Hay que incorporar a la batería de instrumentos a la banca ética y solidaria para desarrollar nuevos modelos financieros que se enmarquen en el campo de las finanzas sostenibles y que respondan a este binomio entre la vivienda y la ciudad. 

Esas nuevas bases deben fundarse en el paradigma de las personas en el centro, el reconocimiento de la eco-dependencia y la interdependencia social, en el financiamiento sostenible y en la solidaridad de la sociedad a partir de una gestión democrática que asegure la participación organizada. 

Necesitamos que el sector privado - para el financiamiento y la producción - no se base únicamente en propuestas de exoneraciones fiscales, desregulación, mega-emprendimientos, porque esto acentúa la segregación socio-territorial en muchas ciudades nuestras de sur a norte. Ese es un camino que destruye ecosistemas con la consiguiente pérdida de la biodiversidad ambiental. 

Solamente con nuevas bases vinculadas al paradigma de la justicia ambiental, social y de género es que podremos dar sentido al horizonte de una política de vivienda inclusiva, sostenible y con equidad.

Sobre CELAC

Cabe recordar, que la CELAC es un mecanismo intergubernamental de diálogo y concertación política. Su membresía incluye a los 33 países de América Latina y el Caribe, y surgió con el compromiso de avanzar en el proceso gradual de integración de la región, haciendo un equilibrio entre la unidad y las diversidades política, económica, social y cultural de los 600 millones de habitantes de América Latina y el Caribe. México ostentó la PPT del mecanismo durante el año 2020 y se prorrogó para 2021.

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