Realizaron conversatorio virtual sobre “Las mujeres mayores en la sociedad uruguaya”

Un conversatorio que sumó diversidad a la reflexión sobre la situación de las mujeres mayores en nuestro país.
En el marco de Marzo Mes de las Mujeres, el pasado lunes 23 de marzo tuvo lugar el conversatorio virtual “Las mujeres mayores en la sociedad uruguaya”. Organizada por la Red de organizaciones de Personas Mayores y el Municipio B, esta actividad logró convocar a decenas de personas que se sumaron a un espacio abierto de reflexión e intercambio.

En palabras de la alcaldesa, Silvana Pissano este tipo de iniciativas dan cuenta del compromiso del Municipio B de “ensanchar la democracia, encontrarnos, dialogar y que sea una participación real. Siempre nos van a encontrar tratando de acercar y acortar esas distancias que son tan perjudiciales para el desarrollo de nuestra cotidianidad de la vida y para nuestra subjetividad que hoy estamos viviendo”.

El conversatorio, que contó con interprete de Lenguas de Señas Uruguayas (LSU), se inició con una breve presentación a cargo Área Social del Municipio y de la Red de Organizaciones de Personas Mayores del Municipio B.  Luego, Elena Fonseca (Cotidiano Mujer), Chabela Ramirez (Casa de la Cultura Afrouruguaya) y Adriana Paciel Navarro (en representación de personas en situación de discapacidad) expusieron sobre la diversidad de realidades que viven las mujeres mayores en el Uruguay. 

Elena Fonseca, las viejas y el feminismo

Elena Fonseca se define como feminista. Es una de las fundadoras de Cotidiano Mujer, comunicadora y especialista en derechos humanos. Fonseca contó que ella comenzó a luchar por el feminismo en la década de 1980 porque lo que la sociedad le ofrecía en ese momento no le servía.

“Hasta no hace mucho en nuestra sociedad los femicidios se catalogaban como crímenes pasionales, la maternidad era un deber y la sexualidad se hablaba en el espacio público desde la mirada heterosexual” afirmó. Y subrayó que poco a poco, a impulso del feminismo, está quedando atrás el Uruguay que carecía de leyes que protegieran los derechos de las mujeres. Señaló algunos cambios legislativos significantivos como las leyes de violencia integral de género, Interrupción Voluntaria del Embarazo, matrimonio igualitario, entre otras.

Para Fonseca, la vejez está regida por una sociedad llena de tabúes, estereotipos y prejuicios. “La sociedad que no ve a la población mayor, para los medios somos invisibles o nos ven de forma negativa”, puntualizó y remarcó que las personas mayores son diversas, que no son todos y todas iguales. 

“¿Cuándo una mujer se debe preparar para afrontar la vejez? ¿Qué visión tenemos de nosotras mismas? ¿Dónde nos reflejamos nosotras? Tenemos que crear cambios colectivos, juntas”, enfatizó.

Fonseca hizo referencia al término “ageism” que fue acuñado por la antropóloga norteamericana Barbara Myerhoff y que ha sido traducido como “vejez o edadismo”. Esta dimensión permite analizar los estereotipos negativos que impactan sobre las personas adultas mayores. Fonseca comparó el ejercicio de poder que ejercen las personas jóvenes sobre la gente mayor con el racismo, el colonialismo o el machismo. “Ejercen una supremacía hacia nosotras”. Parafraseando a la filósofa inglesa Jean Franco, Fonseca afirmó “el problema no es la vejez, es la sociedad que tiene el problema con nosotros”. 

Concluyó su presentación invitando a las mujeres mayores a “suprimir los miedos y culpas, el miedo a la muerte, miedo de ser una carga para las familias, dejar de culparse por ser madres y abuelas perfectas, para pensar en nosotras mismas y lo que hicimos bien a lo largo de nuestras vidas”.

Isabel “Chabela” Ramírez y su reivindicación de las mamas viejas   

Isabel “Chabela” Ramírez es una reconocida música y activista afrouruguaya, figura del candombe y el carnaval uruguayo. Hoy es la presidenta de la Casa de la Cultura Afrouruguaya y fue la responsable de traer la mirada étnico-racial al conversatorio.

“En las mujeres afro cuando sos joven y activa se dice que sos la ‘vedette’, pero cuando sos negra, gorda y vieja pasas a ser la ‘mama vieja’, cosa que reivindicamos totalmente.  En las familias negras tenemos costumbres distintas. Cuando la mujer hegemónica, blanca clase media alta con un buen nivel educativo alta llega a los 40, en general se siente triste o deprimida, nosotras ni nos enteramos ya que seguimos trabajando, seguimos siendo jefas de familias”, puntualizó Ramírez.  

La activista señaló que muchas veces las mujeres afro cumplen ese rol ya que los hombres afro mueren más jóvenes por enfermedades o por adicciones. “Es parte de nuestra historia hacer frente a esas situaciones, y nos da la posibilidad de enseñar y transmitir que se puede vivir de otra manera, y que no se pierde la dignidad por ser madres solteras”, enfatizó. 

“Pero también hay otro tipo de adicciones; la adicción a los afectos, a los sentimientos. Con la pandemia esta adicción se incrementó. Muchas abuelas que han criado a sus nietos hoy sufren porque no pueden verlos y han quedado aisladas, sin timón, sin saber su motivo de vida”. La gran mayoría de la comunidad afro tienen familias amplias que reciben el afecto de otros. Es por eso que se quiere transmitir que la edad no es lo más importante, lo que sí es importante es que a pesar de los años las mujeres sean autónomas, creativas y productivas para sí mismas”, reflexionó.

Adriana Paciel Navarro y las mujeres en situación de discapacidad

Adriana Paciel Navarro es abogada y activista de los derechos de las personas con discapacidad. En su presentación compartió sus reflexiones sobre la situación de las mujeres en situación de discapacidad. Analizó la doble discriminación que sufren: por ser mujeres y por discapacidad. “Hay barreras y limitaciones que se viven por prejuicios y estereotipos presentes en la sociedad. Lamentablemente eso muchas veces se internaliza y llegamos a creer que todo lo que se dice es cierto”, mencionó. 

Navarro agregó que muchas veces las mujeres con discapacidad deben hacerse cargo de sus familiares, tanto de padres, abuelos, hermanos: “Es algo que está asignado, si llegamos a la adultez y no pudimos tener nuestra familia, lo más seguro que tengamos que hacernos cargos de ellos, lo que hace que no podamos desarrollarnos en otros ámbitos”.

Para Navarro, a pesar de que desde hace años se viene hablando y poniendo estos temas sobre la mesa para lograr concientizar a la población, sigue siendo muy difícil, sigue habiendo muchas barreras para que las mujeres con discapacidad puedan desarrollarse tanto en lo educativo como en lo laboral. “Y esto las lleva inevitablemente a una situación de pobreza”, argumentó.

También hizo referencia al marco normativo. En este sentido, afirmó que cuentan con el respaldo tanto a nivel nacional como internacional, pero que aún la realidad no les permite el ejercicio pleno de sus derechos. “Nosotras mismas debemos descartar esos perjuicios, seguir luchando para que la sociedad entienda que tenemos los mismos derechos que los demás. Tenemos que trabajar en colectivo, porque es así como se logran las mejores cosas”, concluyó.

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