Bayardi: “La búsqueda debe continuar y hay que dar respuestas al conjunto de la sociedad y a sus familiares en particular”

“Se llegó a la identificación genética de los restos encontrados a fines de agosto en el Batallón 13 y corresponden al compañero Eduardo Bleier”, informó el ministro de Defensa, José Bayardi. Los cinco cuerpos de detenidos desaparecidos encontrados desde 2005 en predios militares “son la confirmación de que la búsqueda debe continuar y hay que dar respuestas al conjunto de la sociedad y a sus familiares en particular”, añadió.
“Cuando uno encuentra restos tiene cierta conmoción para aquellos que han estado comprometidos con la causa de los derechos humanos, y particularmente los familiares”, dijo Bayardi. “Cuando a ello se incorpora un nombre e identificación, vuelve una vez más a sentirse conmocionado”, enfatizó.

“En este caso en particular, me comprende la general de la ley, porque tengo una relación de amistad muy importante con Gerardo (uno de sus hijos), sé todo lo que ha pasado su familia en estos largos 44 años desde la desaparición de Bleier”, reflexionó el ministro de Defensa Nacional.

Bleier, detenido el 29 de octubre de 1975, cuando tenía 47 años de edad, nació en Batlle y Ordoñez en el seno de una familia judía, era odontólogo de profesión y tenía cuatro hijos.

Integró el Comité Central del Partido Comunista del Uruguay y fue secretario departamental de esa colectividad política. Estuvo recluido en dos centros clandestinos de detención de la dictadura (1973-1985) en Montevideo, según la investigación oficial de la Secretaría de Derechos Humanos para el Pasado Reciente, actualizada a enero pasado.

Tras años de no conocerse nada de su paradero, finalmente se supo que Bleier murió en el centro clandestino identificado por los represores como “300 Carlos” y por los detenidos como “Infierno grande”, ubicado en Montevideo, a causa de las torturas a que fue sometido entre el 1.º y el 5 de julio de 1976, según confirmó la Comisión para la Paz en su documento de 2003 y lo expresado en el informe de las Fuerzas Armadas al Presidente de la República de 2005.

“Tuvo un fuerte compromiso por la militancia política y social, con responsabilidades en el Partido Comunista”, recordó Bayardi. Cuando vino la represión, que se llamó “Operación Morgan”, en 1975, tenía responsabilidades en el ejecutivo de la época del Partido, agregó.

“Fue sometido a un alto grado de ensañamiento, tanto que la duda es si fue sometido a tortura cinco u ocho meses, lo que demuestra la catadura moral de quienes llevaron adelante esto”, apuntó Bayardi. “Todos los relatos demuestran la saña militar que se centró en la agresión incalificable que terminó con la vida de Bleier”, complementó.

“Dentro de esa conmoción hay una cuota que tiene que ver con la satisfacción de dar respuesta a una familia y la ratificación de varios hechos”, indicó. “En primer lugar, que hubo mentiras en el pasado respecto de lo sucedido con los compatriotas detenidos desaparecidos y, en segundo lugar, la confirmación de que la búsqueda debe continuar, que hay que dar respuestas al conjunto de la sociedad y a los familiares en particular”, reflexionó.

“Hay un compromiso, más allá de todo lo que he escuchado, importante en la búsqueda de detenidos desaparecidos”, sostuvo Bayardi. “En todos estos años se han excavado 125.000 metros cuadrados de terreno, pero si agregamos la profundidad y lo transformamos en metros cúbicos, la remoción llega a una cifra muy importante, que continúa”, insistió.

Detalló que la comunicación a la familia de Bleier correspondió al Grupo Verdad y Justicia, dirigido por Felipe Michelini, luego se informó a la organización Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos y finalmente al Gobierno nacional.

Bayardi precisó que todos los cuerpos de detenidos desaparecidos fueron encontrados a partir de que el Frente Amplio llegó al Gobierno en 2005. El primero de ellos fue Ubagésner Chaves Sosa, encontrado en 2005 en la chacra de Pando, luego le siguieron Fernando Miranda, también en 2005, pero en el Batallón 13, y Julio Castro, en 2011, y Ricardo Blanco Valiente, en 2012, ambos en el Batallón 14.

“La valoración política es que hay una actitud muy crítica sobre las autoridades militares de la época, que no asumieron nunca la responsabilidad de lo que se había hecho, trataron de ocultar los crímenes y, en ese contexto, quedó al descubierto la saña con la que actuaron”, puntualizó Bayardi.

“Esa tarea de búsqueda es permanente y es una respuesta a la sociedad y en especial a los familiares de las víctimas”, reafirmó. “El compromiso en la construcción de una sociedad democrática es satisfacer las respuestas que cada uno de sus ciudadanos tengan y hay que hacer honor a la memoria de los detenidos desaparecidos” por la última dictadura, subrayó.
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