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Pese a una importante disminución en el número de llegadas de migrantes y refugiados a las costas europeas, el año pasado murieron 2275 personas en la travesía. España encabeza el número de entradas al continente por esta vía por primera vez en los últimos años.
ACNUR/Hereward Holland | Una mujer llorando tras ser salvada por el barco de búsqueda y rescate Sea Watch, en Libia.
El informe de la Agencia de la ONU para los Refugiados “Travesías Desesperadas” analiza la evolución de los desplazamientos de migrantes y refugiados que intentaron llegar a Europa a través del Mediterráneo durante los últimos doce meses y destaca que la disminución de operaciones de rescate ha consolidado a esta ruta marítima como la más mortífera del mundo.
Del mismo modo, señala que los cambios en las políticas de inmigración de algunos países europeos han provocado que un elevado número de personas quedaran atoradas en alta mar durante prolongados espacios de tiempo a la espera de conseguir autorización para desembarcar.
El estudio también destaca una disminución de llegadas a las costas europeas en relación con el año 2017 y un incremento de un 131% en la ruta occidental que incluye a España.
Cambios en las rutas
Por primera vez en los últimos años, España lidera la entrada de migrantes y refugiados a Europa con 8000 llegadas a las ciudades de Ceuta y Melilla y unas 54.800 a través de la peligrosa ruta del Mediterráneo occidental, donde casi se cuadriplicaron los fallecimientos al pasar de 202 en 2017 a 777 en 2018.
Estas cifras contrastan con las 23.400 llegadas que experimentó Italia donde disminuyeron los arribos de migrantes y refugiados.
El número de llegadas vía marítima en Grecia durante los últimos doce meses ascendió solo en 2500 personas, pero casi se triplicó a través de su frontera terrestre con Turquía.
En otros puntos de Europa, Bosnia y Herzegovina contabilizó unas 24.000 llegadas de personas en tránsito procedentes de los Balcanes occidentales, Chipre acogió a varios barcos con refugiados sirios procedentes del Líbano y a finales de año hubo varios intentos de cruzar de Francia a Inglaterra por mar.
Sugerencias a Europa
Entre las recomendaciones a los Estados europeos, ACNUR pide:
- el establecimiento de “un mecanismo regional coordinado” para reforzar el salvamento en el mar, especialmente de las embarcaciones procedentes de Libia;
- mejorar las tareas de socorro en el Mediterráneo central que incluya la eliminación de las restricciones que sufren las ONG;
- instar a las autoridades libias a acabar con la detención arbitraria de refugiados y migrantes interceptados o rescatados en el mar.
- aumentar la identificación de personas que precisan protección internacional en las fronteras proporcionándoles un rápido acceso a los tramites de asilo.
- acabar con la detención de menores por motivos de inmigración y garantizar la identificación temprana de éstos cuando no estén acompañados o lleguen separados de sus familias y sean solicitantes de asilo o pidan formar parte de los sistemas nacionales de protección.
Tendencias para 2019
Tras el gran número de llegadas por mar en la parte final de 2018, ACNUR indica que España probablemente continuará siendo el principal punto de entrada a Europa durante 2019.
Esta situación conllevará una mayor solidaridad y esfuerzos “para mejorar las condiciones de acogida, así como garantizar unos procedimientos de asilo justos y eficientes para quienes soliciten protección internacional”.
La inestabilidad en Siria y en otras partes del Oriente Medio apuntan a que un número similar de personas tratarán de entrar en Grecia a través de Turquía y que algunas de las personas atoradas en Libia, algunas por un período superior a los doce meses, continuarán tratando de abandonar el país.
En relación al país africano, ACNUR recordó que las personas rescatadas o interceptadas en el mar son trasladadas posteriormente a centros de detención que poseen unas condiciones “terribles”, y resaltó la apertura en Trípoli del Centro de Encuentro y Salida para refugiados y solicitantes de asilo vulnerables, gestionado conjuntamente con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Este establecimiento busca proporcionar un entorno seguro a los refugiados y solicitantes de asilo vulnerables mientras se intentan solucionar sus casos de reasentamiento, reagrupación familiar, retorno a un país de admisión previa o la evacuación a centros de emergencia.
Tragedia en el mar Rojo
Por su parte, la OIM en Djibouti informó este miércoles que consiguió rescatar a 16 personas que sobrevivieron a un naufragio de dos embarcaciones sucedido el día anterior en la localidad de Godoria, en la región de Obock situada al noreste del país.
El personal de la Organización, junto a las autoridades de Djibouti, intervino en las tareas de rescate y hasta el momento ha conseguido recuperar los cadáveres de 43 de las 128 personas que se estima murieron este martes.
El Proyecto Migrantes Desaparecidos de la OIM, con sede en Berlín, confirmó hoy que desde el año 2014 se han ahogado al menos 199 personas frente a las costas de Obock.
©ONU.
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