Uruguay lidera índices de formalidad laboral en América Latina.

OIT exhortó a países del continente a incrementar políticas de combate a la informalidad


La necesidad del desarrollo de políticas para la transición de la economía informal a la formal en las Américas es uno de los puntos prioritarios incluidos en la Declaración de Panamá, documento final de la 19ª Reunión Regional Americana de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Del encuentro, que convoca cada cuatro a representantes de gobiernos, trabajadores y empleadores y que tuvo lugar entre el 2 y 5 de octubre en la ciudad de Panamá, contó la participación del subsecretario de Trabajo y Seguridad Social, Nelson Loustaunau; la embajadora de Uruguay en Panamá, Ana María Bombau Zappettini; el consejero técnico de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios, Juan Mailhos; el presidente de la comisión socio-laboral de la Cámara de Industrias del Uruguay, Andrés Fostik; y del secretario de Relaciones Internacionales del PIT-CNT, Fernando Gambera.

La llamada "Declaración de Panamá para el Centenario de la OIT: por el futuro del trabajo en las Américas" emitida tras las tres jornadas de intercambio, sostiene que el trabajo conjunto y la gobernanza democrática –actualmente en riesgo en varios países del hemisferio– son esenciales para avanzar hacia un futuro con trabajo decente y justicia social en la región.

Según el documento, la experiencia de los últimos años demuestra que, en ausencia de crecimiento sostenido, los avances en materia social pueden estancarse e incluso revertirse.

En este sentido, el documento establece una serie de prioridades para la OIT y los países americanos para los próximos años, entre ellas: el desarrollo productivo, el desarrollo de las empresas sostenibles, el respeto y la implementación de los derechos fundamentales en el trabajo, el empleo juvenil, la migración laboral y la igualdad de género.

Los altos niveles de informalidad en América Latina, que en algunos países llega al 70 %, es otro de los puntos que destaca la Declaración de Panamá y por lo que se enfatiza en la necesidad del desarrollo de políticas para promover la transición de la economía informal a la formal.

"Contrariamente a algunas expresiones que se han escuchado en estos tiempos desde algunos sectores que estamos peor que en años anteriores, los datos demuestran otra realidad" sostuvo el subsecretario de Trabajo y Seguridad Social, Nelson Loustaunau.

"Mientras que en la reunión regional países como Paraguay confirmaron tasas de informalidad cercanas a un 70 %, en Uruguay las últimas mediciones que tenemos hablan de un 24%", agregó.



"Por ejemplo, en 2006 había un grado de informalidad entre los hombres del 34,5 % y hoy está en el entorno del 26,1 %. En las mujeres, en el mismo año, era del 35,7 % y hoy es a penas del 23 %" sostuvo Loustaunau.

"En Montevideo, en 2006 la informalidad trepaba al 30 % y hoy se ubica en el entorno del 16,9 %. Y en el interior era del 39,6 % y hoy es de un 29,8 %", sostuvo.

El subsecretario de Trabajo subrayó que los avances alcanzados por Uruguay en materia de formalización laboral no solo responden a la actuación que realiza la Inspección General de Trabajo, sino también, al esfuerzo realizado a través de un conjunto de políticas.

"Es producto también de una política salarial que ha promovido el diálogo social a través de los Consejos de Salarios. Entonces, allí se producen dos fenómenos: que la administración salga a controlar pero que los propios interlocutores sociales se controlen".

Loustaunau agregó que la política tributaria implementada por el Gobierno también tuvo su impacto positivo en el combate a la informalidad a través de estímulos como lo son la devolución de aportes excedentes al Fondo Nacional de Salud (FONASA), devolución de IRPF, etc.

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