129 maestros se recibieron este año.

En un Teatro Solís colmado de maestras y maestros vestidos con sus túnicas blancas, acompañados por familiares, amigos y profesores, ciento veintinueve egresados de los Institutos Normales “María Stagnero de Munar y Joaquín R. Sánchez” (II.NN.) de Montevideo, recibieron sus títulos habilitantes, que les permitirá dictar clases en centros educativos de todo el país.





En el marco del acto de colación de grado, la Directora de los Institutos Normales, Maestra Cristina Hernández, destacó que tras muchos años de docencia y ya cercana al retiro profesional, existen múltiples razones por las que volvería a elegir esta profesión, “por ejemplo, por trabajar en contextos donde la diversidad, la fragmentación social y los problemas son cada vez más adversos a la proyección de valores. Los maestros hacemos la opción de guiar hacia esos valores, para que los niños puedan encontrarse con el milagro de la existencia”.

Hernández expresó a los educadores que “al principio de nuestra vida profesional es más lo que se siente que lo que se sabe y nos afecta mucho el dolor del otro”.

“Elegimos acompañar en este proceso de aprendizaje a los seres más vulnerables. No permitiremos que la ignorancia siga generando víctimas y victimarios, como vimos en estos días”, afirmó.

La educadora citó a José Martí, quien dijo: “Nunca son inútiles la verdad y la ternura”. También recordó las palabras del insigne maestro Miguel Soler, que afirmaba: “No puedes apurar el paso, pero la marcha nunca se detiene”.

Por último, reflexionó que el magisterio es una profesión difícil, que no acaba en el horario de la escuela y tampoco los fines de semana, por lo que las familias deben ser muy comprensivas.

Por su parte, el Consejero del Consejo de Formación en Educación (CFE), Maestro Edison Torres, celebró la titulación de los educadores, afirmando que “hoy es un momento muy significativo porque quienes están aquí ya no serán más practicantes, sino egresados y maestros. En poco tiempo, oirán unas vocecitas que les dirán ‘maestra’, o ‘maestro’.

Torres destacó el momento actual que vive la formación docente en nuestro país, augurando que la Universidad de la Educación se materialice pronto. En este sentido, hizo alusión a la importancia de las comisiones de carrera, que permiten que todos los órdenes puedan opinar y definir el diseño curricular de las carreras de formación docente.

“Estas comisiones aportan la posibilidad de crear espacios pedagógicos de participación, que permiten hacer frente a la creciente complejidad de la sociedad actual. Este desafío implica pensar con mucha más fuerza una Universidad de la Educación. Es un tema en el que venimos trabajando desde hace mucho tiempo, ahondando en algo tan complejo como es el abordaje de la formación del educador”.

NUEVA GENERACIÓN

La Maestra Débora Akerman recibió el Premio Nilda Castelucci de Barbagelata, por ser la egresada con mejores calificaciones de su generación. Esta distinción es entregada tradicionalmente por la Asociación de Amigos de los Institutos Normales.

En esta oportunidad, Akerman destacó que le produjo un gran honor hablar en nombre de todos los compañeros de su generación. “Somos un colectivo plural, diverso y muy valioso en sí mismo, que ha aprendido de excelentes docentes y también de las malas experiencias”, señaló.

“Lo humano nunca cambia. Por ello, debemos aferrarnos a las personas. Las aulas son lugares donde se proyectan las utopías”, reflexionó.

Además, destacó la relevancia de la entrega de títulos, pero manifestó que este no será el día más importante de la carrera de todos los maestros, ya que “lo más importante no es lo que pasa una vez, sino lo que hacemos siempre”.

Los maestros recibieron sus títulos y anillos que representan a una abeja obrera, símbolo de la profesión magisterial y que les recordarán por siempre la apuesta y el compromiso depositado para llegar a ejercer la tarea docente con vocación y valentía.

El espectáculo artístico estuvo a cargo de 60 jóvenes de entre 10 y 17 años, integrantes de la Orquesta Juvenil de Ciudad Vieja, que forma parte del Sistema de 
Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles del Uruguay. El repertorio incluyó piezas de música clásica, tango y de la serie de televisión Game of Thrones.

En la actualidad, existen 18 núcleos orquestales en 8 departamentos del país, en los que los niños y jóvenes tienen la posibilidad de aprender a interpretar un instrumento o formar parte de un coro. El sistema está integrado por más de 2.700 niños y niñas.

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