Gobierno elaboró estrategia intersectorial para prevenir embarazo adolescente no intencional.

El 16,4 % de los nacimientos en Uruguay provienen de madres con edades de entre 10 y 19 años, indicador que se mantiene desde 1996. Un estudio realizado en los barrios Casavalle y Jardines del Hipódromo, de Montevideo, indica que una de cada cinco de estas adolescentes tiene más de un hijo y que 75 % de ellas hubieran preferido postergar la maternidad. El Gobierno diseñó una estrategia para abordar esta temática.


Los últimos datos relevados en todo el país corresponden a 2014 e indican que 16,4 % de los nacimientos provenían de mujeres de entre 10 y 19 años, indicador que se mantiene desde 1996. Los departamentos con tasas más altas de fecundidad adolescente son Río Negro, Durazno, Artigas, Salto y Cerro Largo, con promedios de 70 a 86 por cada 1.000 nacidos vivos. 

Una de cada cinco madres adolescentes proviene de hogares con dos o más necesidades básicas insatisfechas, lo que representa 22,4 %. El embarazo en niñas de entre 10 y 14 años se considera maternidad infantil forzada (abuso o explotación sexual) y 84 % de esas niñas no lo planificó. En 2014, se registraron 169 de estos casos, los estudios indican que este tipo de embarazos aumenta la probabilidad de partos prematuros y de mortalidad infantil.

Según indica un análisis territorial elaborado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) de la Universidad de la República (UdelaR), que tomó a la población adolescente residente en los barrios Casavalle y Jardines del Hipódromo, de la periferia crítica de Montevideo, una de cada cinco adolescentes madres tiene más de un hijo. Ante la consulta, 75 % de las jóvenes dijo haber preferido postergar la maternidad. 

El 95 % de las adolescentes que son madres no estudia, en tanto, de las adolescentes que no tienen hijos, solo un 17 % dejó los estudios. Un 80 % no tiene empleo ni lo está buscando y seis de cada 10 ni estudia ni trabaja (57,7 %).

En cuanto al efecto del embarazo en su vida diaria, el informe evidencia una doble reclusión de la adolescente que es madre, ya que se recluye en el domicilio y en el barrio, muchas no manejan redes sociales y un 35 % no convive en unión de pareja. 

Respecto a los lugares donde se registraron los casos de embarazo adolescente no intencional, en Casavalle la población de madres adolescentes alcanza a 17 %, en Jardines del Hipódromo 9 %  y en todo Montevideo 8 %. En Carrasco la cifra es de 0 % y en Pocitos 0,5 %. De las madres adolescentes consultadas en este análisis, 56 % experimentó su primera relación sexual con menos de 15 años. 

El estudio realizado sobre la población de estos barrios se concretó en base a entrevistas tanto con mujeres como con hombres, dado que se procuró profundizar la participación y se consideró que el padre, no siempre es adolescente. 

Estos embarazos no intencionales son uno de los 15 problemas identificados por el Ministerio de Salud Pública (MSP), que diseñó una estrategia intersectorial para prevenirlos y que trabaja junto a la cartera de Educación y Cultura, la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, la Administración Nacional de Educación Pública y al Instituto del Niño y el Adolescente del Uruguay, con el apoyo del Unfpa. 

La estrategia, que se presenta el martes 20, se basa en investigación y evidencia científica con un enfoque de derechos, de género y generaciones. Allí se visualiza al embarazo en la etapa de la adolescencia como un problema por el momento de la vida en que se produce, por la real elección de la maternidad y la falta de oportunidades para las adolescentes en algunos casos, lo que les impide tomar una decisión con todas las opciones a la vista. 

Según el informe, el embarazo muchas veces sitúa a estas niñas y jóvenes en un mundo adulto de mayor certidumbre, es decir que la “salida rápida” de la adolescencia reduce justamente los riesgos que le implica ser adolescente en estas comunidades. 

A partir de esa situación, el ministerio enfatiza la prevención y el acompañamiento. Según los autores de la publicación, quienes además trabajan con adolescentes, el acompañamiento es sustancial cuando transcurre el embarazo o cuando son madres, sobre todo porque se sienten escuchadas.

Asimismo, es fundamental la prevención, tanto para quienes aún no son madres como para quienes ya tienen un hijo, pero pueden no querer un segundo embarazo. En este caso, se apela en gran medida a los implantes subdérmicos, método anticonceptivo reversible y efectivo. 

Un estudio realizado revela que de 2.000 mujeres que se colocaron los implantes, solo una quedó embarazada, mientras que, de las que utilizaron pastillas anticonceptivas, 180 cursaron un embarazo.   

Otro aspecto por abordar en esta estrategia es el vinculado a la “herencia”. Algunas jóvenes consideran que el embarazo en la etapa de la adolescencia es algo hereditario, porque su madre y su abuela también se iniciaron en la maternidad a los 13 o 14 años. En este tema, las creencias culturales juegan un papel decisivo.

Los expertos aseguran que muchas adolescentes de estratos socioeconómicos bajos ven la maternidad como el ideal de consagración de las mujeres, en un repertorio de posibilidades acotadas.

La maternidad es valorada desde un lugar de reconocimiento social, que genera por consiguiente el rechazo al aborto. 

Esta estrategia procuradesnaturalizar algunas visiones que parecen inamovibles respecto al tema. 

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