Capacitación y regularización en la Ciudad Vieja de Montevideo.

Comenzamos a trabajar en la Ciudad Vieja para regular el ingreso de clasificadores, al tiempo que avanzamos en nuestro segundo ciclo de capacitaciones para promover la reconversión laboral de personas dedicadas a esta tarea.


En la Ciudad Vieja, durante esta semana, se está entregando a quienes realizan tareas de clasificación de residuos en cualquier tipo de carro (con caballo o birodado) información para recordarles que tienen prohibido el ingreso a la zona.

Esta es una primera etapa que apunta a la concientización. Pasado un período de tiempo, en los casos en que los clasificadores incumplan la normativa, se podrán requisar los carros o radicar denuncias para que se aplique la Ley de Faltas.

Esta medida forma parte de un trabajo integral que llevamos adelante para controlar la manipulación de los residuos en la ciudad, aspecto clave para alcanzar un Montevideo limpio. En ese sentido, estamos aplicando fuertes controles a los comercios e instituciones que deben tener una declaración jurada de residuos y contratar un servicio para su traslado.

También integramos cámaras para el control de infracciones en basurales endémicos, donde se constata la presencia de ciudadanas y ciudadanos que tiran residuos en grandes cantidades de manera ilegal.

SEGUNDO CICLO DE CAPACITACIÓN PARA EX CLASIFICADORES


Continuando con la línea de trabajo integral en torno al tratamiento de residuos en la ciudad, llevamos adelante una segunda instancia de capacitación para ex clasificadores reconvertidos en Transportistas de Residuos No Domiciliarios.

La misma consiste en brindar herramientas que permitan organizar y administrar a los recolectores formales sus propios emprendimientos, potenciando los recursos humanos y materiales, generando espacios de encuentro y búsqueda colectiva de alternativas.

Aproximadamente 40 ex clasificadores hombres y mujeres -muchos de los cuales trabajaron durante años en el negocio de los residuos de manera informal- se están formalizando como empresas, habilitadas por la Intendencia, para realizar el transporte de residuos mediante vehículos autorizados para dicho fin.

La capacitación forma parte de un largo proceso en el que trabajaron transversalmente los departamentos de Desarrollo Social, Desarrollo Ambiental y Desarrollo Económico (mediante su Unidad Mypes y el Centro de Desarrollo Local Casavalle), y Secretaría General a través de su servicio de Inspección General.

Julio Calzada, director de la división Políticas Sociales, explicó que con dicha capacitación se busca “transmitir a los recolectores habilidades y competencias psicosociales generales y específicas de la tarea, que sean útiles para su trabajo”.

La capacitación tiene una duración de tres meses e incluye módulos sobre atención al cliente; marketing; comunicación; trabajo de marca; venta personal; atención telefónica; contratos; cálculos de costos e investigación de mercado; además del análisis de la normativa vigente nacional y departamental sobre gestiónintegral de residuos.

En 2015, este programa permitió que 30 familias dedicadas a la clasificación pudieran establecer su empresa formal y abandonaran el trabajo en la calle.

Al respecto, Calzada destacó que “ésto genera un salto cualitativo muy importante en la calidad de vida del trabajo y de las personas, ya que pasan a ser de recolectores informales a prestar un servicio de recolección formalizado, en donde el empresario del comercio debe facilitar los residuos para que el recolector los retire”.

El programa permite, a su vez, crear un nuevo nicho de mercado -el de los transportistas de residuos no domiciliarios y comerciales- que es clave para el funcionamiento del sistema de recolección de residuos de la ciudad.

En la actualidad la normativa obliga a las empresas, instituciones y comercios a contratar un servicio para la correcta disposición de sus residuos. El aumento de esta cantidad de empresas también contribuye a poder dar respuesta a esa demanda.

En ese sentido, Calzada aclaró que estas acciones permitieron alcanzar dos niveles de formalización: “Por un lado, está la formalización de los generadores de residuos que tienen que formalizar la disposición de sus desechos; y por otro, la formalización de las personas que antes eran recolectores informales; pasan a formalizarse y realizar una tarea -desde el punto de vista de sus derechos- mucho más relevante, porque tienen un reconomiento de su calidad de vida”.

Finalmente, destacó la figura de la Intendencia como “articuladora y reguladora entre los productores de residuos y los recolectores formales de éstos”.

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