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MSP diseña estrategia para mejorar detección precoz de cardiopatías congénitas sin elevar costos.

Para avanzar en el diseño de un programa nacional de abordaje de la cardiopatía congénita infantil, el Ministerio de Salud Pública convocó a una instancia de consulta e intercambio con especialistas en neonatología, cardiología, gineco-obstetricia e imagenología. El fin es mejorar la estrategia de detección precoz con una revisión profunda en lo cardíaco de la ecografía estructural y afinando pesquisas en etapa de gestación.


Claudia Romero, asesora responsable del Área Programática Niñez del Ministerio de Salud Pública (MSP), presentó datos respecto al diagnóstico y tratamiento de las cardiopatías congénitas en niños en Uruguay y las acciones que esa cartera, como organismo rector, procura para coordinar con otras entidades a fin de disminuir el número de personas afectadas y los fallecimientos ocasionados por esta patología.

Este es un tema incluido con prioridad dentro de los Objetivos Sanitarios del período 2015-2020 del ministerio.

En Uruguay la tasa de mortalidad infantil hace años que muestra una tendencia decreciente, en 2015 en particular, alcanzó el indicador más bajo desde que hay registros: 7,42 por cada 1.000 bebés nacidos vivos.

En el análisis de la mortalidad infantil en 2014, las malformaciones congénitas y anomalías cromosómicas, junto con afecciones ocurridas en el período neonatal, constituyeron las causas más frecuentes de mortalidad infantil.

Dentro de las malformaciones congénitas, las causas más frecuentes fueron las cardiopatías congénitas que representaron entre 25 % y 50 % de los casos, pero en general se mantienen en la mitad.

Esas malformaciones pueden venir aisladas, como ocurre en la mayoría de las veces, o ser parte de un síndrome. Las cardiopatías congénitas son las que revisten mayor gravedad, junto con los defectos del tubo neural, mirado por tasas.

Si se analiza por valores absolutos, la malformación congénita con mayor mortalidad son las cardiopatías.

Romero señaló: “Si queremos bajar aún más la mortalidad infantil, sobre todo en el componente neonatal, hay que poner la mirada en disminuir los casos asociados a esta patología”.
Según el Registro Nacional de Defectos Congénitos, en 2014 se conocieron 120 casos de cardiopatías congénitas, que representan 50 % de las malformaciones congénitas ocurridas.

En cuanto al diagnóstico precoz, Romero recordó que un decreto del año pasado indica como prestación obligatoria y gratuita la realización de una ecografía estructural fetal para todas las embarazadas.

Ahora el Ministerio de Salud Pública promueve que los técnicos que realizan ese estudio se detengan a mirar el corazón del feto, pues de ese modo se puede detectar hasta en 90 % de los casos las posibles cardiopatías.

La tasa de diagnósticos prenatal de cardiopatías congénitas es de 7,4 % en Uruguay si se toman los casos graves o críticos en los que el Fondo Nacional de Recursos debió intervenir, pero en total baja a solo 4,7 %. “El diagnostico prenatal, ese screening y ese tamizaje bien hecho nos podría mejorar la morbimortalidad respecto de esa patología”, aseguró Romero.

“Lo que estamos proponiendo es que, sin más costo porque lo podemos hacer con los equipos que existen, en esa ecografía estructural de la madre se mire el corazón con detenimiento y se practiquen los cinco cortes básicos, lo cual permite aumentar notoriamente el diagnóstico neonatal”, insistió la especialista.

Romero indicó que, cuando se analiza la relación costo beneficio, es favorable porque relación con la capacitación de todos los que practican la imagenología en embarazadas.

Asimismo, para aumentar el diagnóstico precoz se puede hacer una pesquisa en el recién nacido que es la saturación pre y postductal, una técnica de bajo costo.

“Algunos prestadores de salud, como el Hospital Pereira Rossell, ya lo están haciendo, pero desde el Área Programática Niñez promovemos que se haga este procedimiento sencillo como pesquisa neonatal”, dijo.

Asistencia post diagnóstico.

“Conocemos la incidencia de las cardiopatías congénitas, se define bien, tiene un alto índice de morbimortalidad y hay cosas para ofrecer una vez diagnosticada”, explicó Romero, quien habló de la asistencia como necesariamente “oportuna y de calidad”.

“Hacer un diagnóstico prenatal nos mejoraría mucho la morbimortalidad del recién nacido afectado”, insistió. “Si tengo el diagnóstico hecho y el tipo de cardiopatía congénita que presenta, puedo establecer si lo debo trasladar o no, a dónde hacerlo y así optimizar ese pase”. “En esos niños afectados es mucho mejor el traslado intraútero que luego de nacidos”, relató.

Romero hizo énfasis en la importancia de definir protocolos asistenciales con un enfoque interdisciplinario, que incluya la mirada de quienes tienen la especificidad de esos niños, sobre todo en lo inmediato, pero además la apertura y el trabajo integrado del pediatra que los controla, del cardiólogo con el cual se ha visto.

“Es una mirada que nos puede ofrecer y optimizar otros beneficios que tienen esos niños respecto a lo nutricional y a las vacunas”, puntualizó.

Todo eso lo relacionó con el seguimiento de estos niños ya que, a su entender, a veces se capta a estos pacientes y se llega en forma oportuna con un tratamiento, pero luego se los pierde y cuando vuelven lo hacen con repercusiones que, en caso de haber contado con un seguimiento adecuado, no debían tener.

“La asistencia oportuna y de calidad no sería completa si uno pensara que lo único que tiene que tratar y acompañar es al niño”, sostuvo.

"Esta es una patología muy movilizadora para la familia. El diagnóstico prenatal permitió que las familias que saben de antemano que ese recién nacido presenta una cardiopatía, se adhiera mejor al tratamiento”, indicó Romero, quien agregó que esos padres acompañan mejor los procesos, pese a todo lo que implica dar la noticia y anteponer a la familia a vivir el embarazo con el conocimiento de que su hijo tiene una patología que a veces puede ser de extrema gravedad.

Para la atención de estos niños también se cuenta con cuidados paliativos. El MSP trabaja para reforzar estos cuidados, sobre todo a nivel pediátrico, así como el asesoramiento para otros integrantes de la familia.

Intercambio para avanzar.

“La salud infantil y de las mujeres, particularmente en lo obstétrico, es una prioridad para todo el Gobierno”, aseguró por su parte la subsecretaria del MSP, Cristina Lustemberg, durante el encuentro denominado “Cardiopatías congénitas”, del que participaron diversos actores de la salud vinculados a la atención infantil.

“Identificamos las causas que tienen que ver con la morbimortalidad infantil y procuramos detectar cuáles son los problemas a abordar en lo que tiene que ver con las condiciones sociales en las que viven y se crían nuestros niños, en un país que ha mejorado sus indicadores de pobreza infantil, pese a que aún es ocho veces mayor que la de los adultos”, dijo

El objetivo de la reunión, realizada el viernes 22 en la sede del MSP, fue intercambiar opiniones sobre atención, seguimiento y prevención de niños con cardiopatías congénitas entre integrantes de la Facultad de Medicina, de las cátedras y clínicas que tienen que ver con la gineco-obstétrica, pediátrica, neonatal y de imagenología, e integrantes de los dos equipos de los institutos de medicina altamente especializada (IMAE) cardiológicos y médicos de diversas disciplinas.

Lustemberg explicó que esta instancia es imprescindible para definir una serie de aspectos que mejoren la situación en torno a un tema considerado un problema sanitario importante que debe colocarse en la agenda pública. “Es una discusión preliminar”, añadió.

"Tenemos la responsabilidad rectora, pero el tema no se puede abordar sin ‘el saber’ de cada uno de ustedes”, dijo la jerarca, en alusión a los participantes. Estos insumos serán útiles para elaborar un programa nacional de abordaje de cardiopatías congénitas.

Presidencia.

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