Mevir entregó 45 viviendas en San José por un valor de 2,5 millones de dólares.

En la localidad de kiyú, en San José, Mevir entregó 45 viviendas de entre dos y cuatro dormitorios y un salón comunal por un valor de 2,5 millones de dólares. Con la culminación de este proyecto la institución llegó a las 28.646 unidades entregadas en el territorio nacional. Los terrenos donde se realizó la edificación fueron cedidos por el Instituto Nacional de Colonización.


El Movimiento de Erradicación de la Vivienda Insalubre Rural (Mevir) inauguró este martes 16, en el kilómetro 67 de la Ruta 1, el primer plan nucleado de vivienda de la localidad de Kiyú, San José, compuesto por 45 casas y un salón comunal.

El complejo habitacional está compuesto por 21 viviendas de dos dormitorios, 2 viviendas de dos dormitorios con uno ampliado, 19 viviendas de tres dormitorios, una vivienda de tres dormitorios con uno ampliado, una vivienda de cuatro dormitorios y una vivienda de  cuatro dormitorios con uno ampliado. La presidenta de Mevir, Cecilia Bianco, destacó que Mevir construye las viviendas de acuerdo al número de integrantes del núcleo familiar.

También dijo que 45 familias ejercen desde esta jornada el derecho a la vivienda digna en una comunidad vinculada al sector agropecuario de la zona. “El Fondo Nacional de Vivienda es el que dispone de recursos económicos para que estos proyectos se hagan realidad, y que en este caso fueron dos millones y medio de dólares”, afirmó.

La funcionaria enfatizó que con la culminación de este proyecto la organización alcanza al programa 934 y a las 28.646 unidades entregadas en el territorio nacional.

Subrayó la calidad de las viviendas que son de doble pared, con aislamiento térmico, con cámara en el medio, y cielo raso, lo que les da confort y calidad para su habitabilidad. Bianco recordó la evolución que registró la vivienda de Mevir, que fue mejorando a en tipología y estructura, con la incorporación de planes de eficiencia energética. 

Bianco dijo que los vecinos que recibieron las llaves de las casas, a partir de esta jornada adquieren derechos y obligaciones como darle el uso a la vivienda para el que fue construida; así como el pago de cuotas estipuladas de acuerdo al ingreso del grupo familiar, acción que incluye un subsidio, que les permite que no paguen todo el costo de la vivienda.

La edificación es el resultado de un intenso trabajo que llevaron adelante vecinos de la zona que participaron del proyecto de construcción a través del sistema de ayuda mutua.

"Estos proyectos se hacen realidad porque las instituciones que hacen las políticas para la ciudadanía tienen objetivos comunes y los articulan para construir día a día", aseguró Bianco.

La inversión en el proyecto de construcción de las 45 viviendas, más un salón comunal, fue de 2,5 millones de dólares, sin contar la tierra que fue aportada por el Instituto Nacional de Colonización en el año 2008, tras un acuerdo de cooperación con Mevir, trabajo que se sigue realizando con mucho éxito en los últimos años, según detalló Jacqueline Gómez.

La presidenta del Instituto Nacional de Colonización dijo que las tierras eran del Banco Central del Uruguay (BCU) y Mevir tenía demanda en esa área. “Ambas instituciones tienen una demanda bastante articulada y si Colonización tiene tierras disponibles, donde se pueda construir, se dará respuesta a la necesidad de la gente a partir del territorio, más allá de los roles institucionales de cada organismo”, especificó.

Agregó que las obras de Mevir dan un cambio cualitativo a cualquier territorio, cambio fundamental para cualquier familia, con unidades productivas y casas para las familias, lo que constituye una alianza fundamental para el Instituto de Colonización, según explicó aseguró Gómez.

En la jornada los vecinos que recibieron las llaves de sus viviendas recordaron las extensas jornadas  de trabajo, que se extendieron por  16 meses, y que muchas veces se efectivizaron bajo la lluvia,  en el barro o con un sol intenso. Para acceder a sus viviendas los participantes debieron  cumplir con 96 horas semanales de trabajo. A partir de ahora esperan consolidar lo logrado con normas de convivencia entre las familias y con el medio ambiente que les rodea, meta que los afianza como pobladores de esta zona rural.

En el evento estuvieron presentes alumnos de las escuelas 65 y 77, que además de entonar canciones, bailaron folclore.

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