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Trescientos setenta jóvenes y adultos de Montevideo, Canelones, Tacuarembó, Artigas y Treinta y Tres recibieron sus certificados de capacitación expedidos por el Consejo de Educación Técnico Profesional-UTU, que acreditan su capacitación en construcción, albañilería, sanitaria, pintura de obra, electricidad y lectura de planos, en el marco del programa Talleres de Construcción y Hábitat, otra propuesta educativa de fuerte talante inclusivo.
Este proyecto, que es cogestionado por la UTU y el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (MVOTMA), nació en 2009 como una alternativa de formación en oficios de personas de contextos sociales complejos y de alta vulnerabilidad.
Desde su inauguración hace ya seis años, esta propuesta capacitó ya a más de 800 personas, incluyendo a jóvenes, estudiantes, obreros, amas de casa y ciudadanos que apuntan a insertarse en el mercado laboral en especialidades de alta demanda.
En el marco del convenio rubricado entre ambas instituciones, que será renovado por cinco años más, la UTU proporciona los docentes y el MVOTMA los materiales y las herramientas para el desarrollo de los aprendizajes y los trabajos.
El emprendimiento cuenta también con la activa cooperación de los municipios A, B, G, E, D y F de Montevideo, así como también con el apoyo del Ministerio de Desarrollo Social (MIDES), el Programa Jóvenes en Red, la Administración Nacional de Combustibles, Alcohol y Pórtland (ANCAP) y el Instituto de la Niñez y Adolescencia del Uruguay (INAU).
TRABAJO Y COMPROMISO
También participan organizaciones sociales y comisiones barriales, cuyo aporte fundamental es acercar a los ciudadanos a las propuestas que ofrece esta experiencia socio-educativa y, en muchos casos, también ayudar con la donación de materiales.
El objetivo primordial de los talleres es contribuir a incrementar los niveles de cohesión social y el desarrollo territorial sustentable en los espacios locales de mayor vulnerabilidad.
En ese contexto, se apunta a generar herramientas cognitivas que puedan ser funcionales al mejoramiento de la calidad de vida de los beneficiarios y sus vecinos y el conocimiento de técnicas de autoconstrucción.
También se propone, a través de la capacitación certificada por la UTU, la mejora de las perspectivas de ingreso al mercado de trabajo, así como también la prosecución del vínculo con el aula y el taller y la continuidad educativa.
Una de las claves de esta iniciativa es el fomento de compromiso ciudadano, a través de las actividades de acento solidario y la participación en obras que benefician a toda la comunidad.
El año pasado, funcionaron 29 talleres con un nivel de egresos de 371 personas, quienes, en lo sucesivo, estarán capacitados para afrontar nuevos desafíos en la vida junto a sus familias.
Los cursos, que son naturalmente impartidos por docentes de la UTU, se dictan en centros sociales y culturales, teatros barriales y sedes de organizaciones no gubernamentales.
APRENDIZAJE Y SOLIDARIDAD
La coordinadora del proyecto, Profesora Mariana Amaro, de la División de Capacitación y Acreditación de Saberes de la UTU, explicó que esta experiencia formativa “tiene como objetivo capacitar para trabajar en la vivienda propia y la autoconstrucción y, por supuesto, mejorar la calidad de vida de los beneficiarios y sus posibilidades de inserción laboral”.
En ese marco, destacó también la importancia de la recuperación del vínculo con la educación formal, más allá que los postulantes a participar en los cursos no deben necesariamente tener conocimientos previos.
Al respecto, la docente valoró que existe una gran coincidencia de objetivos con el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, que a su vez proporciona los materiales y las herramientas para el desarrollo de las experiencias de aprendizaje.
Otro aspecto positivo es la formación ciudadana con un acento fuertemente solidario y el desarrollo de un fuerte sentido de pertenencia, ya que es habitual que las personas cobijadas por este programa construyan sus propias viviendas o que aporten a obras socialmente sensibles para las comunidades de referencia.
La población beneficiaria está integrada por jóvenes de más de 15 años de edad, estudiantes y trabajadores en muchos casos de larga data. También hay una fuerte participación de cooperativistas, particularmente miembros de la Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua (FUCVAM), que se forman en el oficio de la autoconstrucción para volcar esos conocimientos en sus propios proyectos y los replican a sus pares.
Mariana Amaro resaltó particularmente la colaboración de los municipios y las organizaciones barriales, que ceden sus locales para el desarrollo los cursos. Por razones locativas y por tratarse de talleres eminentemente prácticos, cada grupo no excede los veinte alumnos.
También ponderó el fuerte compromiso de las personas que asisten a las clases sin faltar ni un solo día, quienes, en muchos casos, tienen más de sesenta años de edad.
CAMINOS DE SALIDA
El Consejero de la UTU, Maestro Técnico Miguel Venturiello, elogió enfáticamente el trabajo del organismo con todos los actores de la comunidad, valorando particularmente el rol de las organizaciones sociales.
Al respecto, reflexionó que este proyecto permite acceder a instancias superadoras de aprendizaje y a la construcción de caminos de salida, sin excluir a nadie.
Venturiello recordó, que hace diez años, cuando la multinacional BOTNIA (hoy UPM) se instaló en el país y comenzó la construcción de su planta procesadora de pasta de celulosa, tuvo que recurrir a operarios extranjeros por la falta de mano de obra calificado. Hoy, con Montes del Plata, esa realidad es radicalmente diferente.
La Ministra de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, Arquitecto Eneida De León, comparó el éxito de este programa con la emoción que suele experimentar con la entrega de viviendas de interés social.
Al respecto, consideró que no basta con otorgar un techo, sino que también hay que promover y desarrollar el espíritu de solidaridad y el compromiso de los vecinos de los barrios donde está radicada esta propuesta educativa.
La Secretaria de Estado se comprometió a ampliar la cantidad de talleres para seguir nutriendo a este programa y a inaugurar a futuro nuevas experiencias de capacitación de construcción en seco, a los efectos de mejorar la oferta.
El alcalde del Municipio A de Montevideo, Gabriel Otero, quien acaba de comenzar su segundo período tras ser reelecto, elogió el tercer nivel de gobierno que, a su juicio, mejora sustantivamente la cercanía con las inquietudes, las expectativas y los problemas de los vecinos.
Al respecto, puso como ejemplo el barrio Cadorna de nuestra capital, donde se ha trabajando intensamente para solucionar las demandas en materia habitacional de los pobladores de los asentamientos, con la cooperación de personas capacitadas en los talleres que imparte la UTU.
Loreley Silva, que acaba de egresar del curso de instalación sanitaria y se apresta a capacitarse en electricidad, agradeció la oportunidad de adquirir nuevos conocimientos para ingresar al mercado laboral e incluso realizar reparaciones en su propio hogar.
Por su parte, Marion Márquez, que es referente de la Comisión Vecinal de Punta de Rieles, reveló que la demanda para inscribirse en los talleres superó las expectativas más optimistas, lo cual demuestra el interés y la avidez por aprender de ciudadanos que no han tenido la oportunidad de estudiar.
La ceremonia concluyó con la entrega simbólica de certificados a beneficiarios únicamente de Montevideo, ya que las largas distancias y las adversas condiciones climáticas impidieron el traslado de los residentes del Interior.
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