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Los procesos de integración regional son cada vez más importantes y exigen abordajes capaces de comprender sus consecuencias e implicaciones, advirtió el canciller Rodolfo Nin Novoa en la celebración de este martes en Florida. Las mismas ideas que fomentaron aquel acto hace 190 años “las venimos a reivindicar nuevamente y necesariamente convergen en ciertos principios ordenadores de la política exterior del Uruguay”, añadió.
Nin Nova, como orador oficial del acto por el 190 aniversario de la Declaratoria de la Independencia, alertó que reivindicar de “manera genuina y moderna la nación y su soberanía tiene que asociarse con la convicción de que las trayectorias contemporáneas de las identidades nacionales no pueden desentenderse de las múltiples implicaciones de los procesos de globalización y trasnalización actualmente en curso”.
Agregó que, en un mundo que camina aceleradamente a un ordenamiento en bloques de países, los procesos de integración regional adquieren una importancia creciente y exigen cada vez más abordajes capaces de hacerse cargo de la cantidad de consecuencias e implicaciones.
Esto lleva a que los propios procesos económicos integradores no sean comprendidos debidamente en su complejidad, apuntó en otro tramo de su alocución en la Piedra Alta de Florida, ante legisladores de todos los partidos, autoridades militares, policiales y representaciones de distintas escuelas públicas y privadas de ese departamento y de Montevideo.
El acto fue encabezado por el Presidente Tabaré Vázquez, quien estuvo acompañado por su gabinete ministerial en pleno, por el intendente de Florida, Carlos Enciso, el titular de la Suprema Corte de Justicia, Jorge Chediak, y otras personalidades.
El canciller trazó un recorrido histórico sobre la fecha patria del 25 de Agosto y destacó que “podremos seguir discutiendo sobre los hitos de nuestra historia, pero ya no hay debates entre nosotros sobre que la independencia y la idea de nación conforman uno de los sustentos indispensables de nuestra República”.
“Esas ideas las venimos a reivindicar nuevamente hoy, y necesariamente convergen en ciertos principios ordenadores de la política exterior del Uruguay, gobierne quien gobierne”, puntualizó.
Es por eso que se vuelve necesario reiterar “bien alto que, por infinitas razones que le vienen de su historia, de su geografía, de los perfiles de su sociedad, hoy como ayer y como seguramente ocurrirá mañana Uruguay es internacional o no es”, indicó.
Ya no existe espacio para “un Uruguay ensimismado y de fronteras adentro, cerrado al mundo y con pretensiones de autarquía”, sostuvo, para a continuación señalar que, a partir de esto debe, evaluarse con los ojos bien abiertos qué significa estar y no estar en el mundo, tener un perfil dinámico y exitoso de inserción internacional desde el que sepamos construir un sentido fuerte de soberanía nacional tan arraigado como moderno.
Ello supone también contar con una cosmovisión a la altura de las exigencias de estos tiempos, sentenció.
Lejos de cualquier visión o acción dogmática, la definición e implementación de la política exterior uruguaya deberá poder combinar con sensatez perfiles de pragmatismo y de principismo escapando a la infértil presentación de dicotomías falsas entre ambos enfoques generales.
“El provincianismo es un vicio que sin duda no se puede permitir el Uruguay”, dijo el canciller.
“Entre nosotros la cuestión nacional siempre termina siendo la cuestión democrática, agregó, y “cuando nuestra sociedad lo ha olvidado, perdió su rumbo y cayó en sus períodos más oscuros”, advirtió.
A diferencia de lo que acontece en muchos países latinoamericanos y del resto del mundo, en Uruguay esta dimensión política de identidad nacional se ha asociado fuertemente al sistema de partidos en su conjunto y ha expresado una fuerte índole democrática e integradora de la sociedad.
El ministro dijo que casi podríamos hablar de la nación como un fruto de pacto republicano inacabado y renovable en forma permanente.
“Por ello es que hoy, sin rubor, podemos convocar a todos los uruguayos, vengan de donde vengan y sean cuales sean sus definiciones, a ser genuinos herederos del país modelo que soñó (José) Batlle y Ordóñez, de la comunidad espiritual que supo defender Wilson Ferreira Aldunate y de la patria artiguista del futuro que reclamó siempre Líber Seregni”, argumentó.
De ese pluralismo compartido es que podemos comprometernos todos, sin dejar de ser lo que somos, con los valores imperecederos de la independencia y la nación.
“Hermanados desde esa visión genuinamente nacional es que me permito convocar a todos a defender esos valores que ya comenzaban a prefigurarse como seña de identidad entre aquellos valientes de 1825”, finalizó diciendo el titular de la cartera de Relaciones Exteriores.
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