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El pasado 10 de agosto con la presencia del Presidente de la República, Dr. Tabaré Vázquez, del Ministro de Defensa Nacional, Eleuterio Fernández Huidobro, del Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea, Gral. del Aire Washington Martínez, de autoridades nacionales, integrantes de las Fuerzas Armadas y del Instituto Policial, amigos y allegados a la aviación, se realizó el acto de recordación de los Mártires de la Aviación Militar Uruguaya.
La ceremonia de tan emotivo significado para todos los que formamos parte de esta gran Institución, tuvo lugar en el Panteón de la Fuerza Aérea en el Cementerio del Norte.
Iniciada la misma, hizo uso de la palabra en representación del Comando General, el Cnel. (Av.) Juan Méndez, posteriormente, el Comandante en Jefe de la F.A.U. acompañado por el Supervisor Aerotécnico Roberto Pintos, colocó una ofrenda floral al pie de los restos del “Cap. Juan Manuel Boiso Lanza”.
Inmediatamente, se realizó una “Salva de Honor” y finalizando la ceremonia la Banda de Músicos de la Fuerza Aérea ejecutó el “Toque de Silencio”.
Palabras del Cnel. (Av.) Juan Méndez
En un 10 de agosto pero de 1918, el Capitán Juan Manuel Boiso Lanza en los lejanos campos de Pou, Francia era uno consigo mismo, tripulando una aeronave Niuport se encontraba en el centro del espíritu de todo aviador militar, experimentando la libertad haciendo historia, pionero de su país, vanguardia de la patria, en el punto culminante de la profesión que abrazó.
En ese fatídico día, el Capitán Boiso Lanza toma el mando de la Escuadrilla del Silencio.
En la corta vida de la aviación militar otros se han sumado a la Escuadrilla, quizás demasiados. Todos ellos nos han dejado un sabor amargo al no retornar a la base, al continuar el vuelo hacia otros cielos, al irse tan pronto.
Es hoy y aquí, en este momento de pensamiento y recuerdo cuando debemos reflexionar sobre su partida, sobre el dolor que nos golpea al ver un lugar vacío en la mesa de vuelo, un casco abandonado, la pena inmensa reflejada en los ojos de un padre, una madre, un niño. ¿Qué sentido tiene esta pérdida? ¿De qué sirve este sacrificio? ¿Por qué tanto dolor?
Gabriela Mistral decía “Lo que el alma hace por su cuerpo, es lo que el hombre hace por su pueblo”, la Escuadrilla del Silencio lo ha hecho por su institución, por su patria.
Siendo fieles a ellos mismos, abrazando la profesión que amaban hicieron historia, historia de dedicación y sacrificio, historia de hechos heroicos, historia de vida, historia de muerte.
Con la vista en el horizonte y sus ojos brillando de emoción, con las manos en los mandos de sus máquinas hasta el último minuto, con sus corazones henchidos de grandeza, ellos son quienes le dan identidad a la Fuerza, son ejemplo de sacrificio y entrega, constructores de nuestra institucionalidad.
Gabriel García Márquez dijo una vez “la muerte no es el fin, el fin es el olvido”, como pueden estar muertos nuestros mártires si han construido algo más grande que ellos mismos. La institución toma forma a través de su sacrificio y el de tantos otros.
Ellos están en nuestro corazón, su historia es nuestra historia, ellos están con nosotros, sus acciones nos enorgullecen, su sacrificio nos honra, su recuerdo nos enaltece.
Entonces, la muerte no nos quitó a nuestros camaradas, a nuestros padres, hijos, hijas, esposos, esposas, amigos… la muerte los hizo inmortales.
A sus familiares, padres y madres, hijos e hijas, abuelos y abuelas, el vacío es imposible de llenar, ver ese dolor en su rostro ya me ha partido el corazón una vez, sepan sinceramente que esta institución, sus hombres y mujeres estamos con ustedes, que sus seres queridos nunca serán olvidados, y nunca morirán.
Así como ellos nos honraron con sus acciones, nosotros los honraremos con las nuestras, continuando la construcción que ellos han empezado, siguiendo el camino que la Escuadrilla del Silencio nos marca.
Porque engrandeciendo a la institución los hacemos más grandes a ellos, a la Fuerza y a la Patria.
A los integrantes de la Fuerza, levanten la vista al horizonte, vean entre las nubes a la Escuadrilla, sean parte de algo más grande y mejor que uno mismo dando todo de sí, por ustedes y por quienes vienen detrás, porque eso es la vida, dejar algo mejor cuando nos toque irnos, algo que; como a la Escuadrilla del Silencio nos haga eternos.
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