Imagen de San Antonio de Aiguá se exhibe en el Vaticano

Una reproducción de San Antonio que pertenece al Museo San Antonio de Aiguá es exhibida en una muestra de las Misiones Jesuíticas de Guaraníes en el Vaticano donde permanecerá para luego pasar a Alemania y España. La obra es de madera tallada y policromada y tiene 19.1 x 8.3 x 7.2cm. 


La obra llegó a la estancia del abuelo de la fundadora de la ciudad de Aiguá sobre 1770 de mano de una mujer.

Misiones Jesuíticas de Guaraníes

Las misiones, también llamadas “pueblos de indios”, se instalaron en América desde mediados del siglo XV  con la anuencia de las coronas de España y Portugal. Su objetivo fue facilitar la evangelización de los grupos nativos americanos y estuvieron a cargo de diferentes órdenes religiosas como  franciscanos, mercedarios, domínicos y jesuitas.

Entre las más conocidas están las Misiones Jesuíticas de Guaraníes, a cargo de la Compañía de Jesús ( Jesuítas), quienes crearon y administraron numerosos pueblos de indios en un extenso territorio que incluía estancias ganaderas y yerbatales y comprendía áreas selváticas y de llanuras sobre los ríos Paraná, Paraguay y Uruguay.

Los creadores indígenas

La imaginería Misionero Jesuítica, una de las producciones materiales más diversificada y numerosa de las Misiones Jesuíticas de Guaraníes, está ligada estrechamente al objetivo de catequización y  fue manufacturada en los talleres misioneros.

Las mismas se copiaban de estampas o pinturas traídas de Europa. Su producción no se hacía en serie y la fabricación estaba en manos de indígenas escogidos por sus aptitudes.

Los sacerdotes artesanos o artistas eran los supervisores, colaboradores y hasta autores de imágenes en algunos casos. Se produjeron pinturas sobre madera, cuero, lienzo, etc., y esculturas en piedra o talladas en maderas nativas, que se pintaban con materiales traídos de Europa.

Las imágenes tenían dimensiones variadas y diferentes destinos: altares de las iglesias y capillas, procesiones y fiestas, culto doméstico y en actividades alejadas de los pueblos, tales como los viajes de comercio, los arreos de ganado y en los puestos y capillas de las estancias.

La necesidad de las imágenes

Eran parte de la transmisión del culto católico en las misiones y se relacionó con el valor realista y didáctico de las mismas para hacer comprensibles las creencias católicas. El catolicismo se consolidaba a través de la lengua guaraní –transcripta y modificada– y se reforzaba a través de las figuras de vírgenes, Cristos y santos.

La dispersión

Luego de la expulsión de los jesuitas, y en plena decadencia de las misiones, las imágenes sufrieron diferentes destinos. Muchas fueron destruidas, otras acompañaron las migraciones de los indígenas misioneros y algunas permanecieron en los pueblos.

Actualmente las imágenes se pueden encontrar en el seno de familias que las  heredaron de sus antepasados, en templos, en museos, en colecciones privadas y en casas de antigüedades para la venta

La llegada al Uruguay

El arribo de indígenas misioneros al actual territorio uruguayo en distintos momentos fue constante desde el siglo XV  hasta entrado el siglo XIX, contribuyendo al poblamiento rural y a la formación de muchos centros urbanos (Paysandú, Tacuarembó, Minas, Maldonado, Salto, Durazno, entre otros).

Muchos indígenas misioneros que llegaron aisladamente desde los momentos más tempranos, se transformaron en errantes de la campaña y mano de obra rural circunstancial. Se unieron a otros individuos que eligieron una vida vinculada con el medio rural y al margen de la sociedad establecida.

En el siglo XVIII, llegaron como pobladores de los puestos de las estancias misioneras; reclutados para integrar el ejército español; como constructores de fortificaciones y para fundar ciudades.

En las dos primeras décadas del siglo XIX, centenares de indígenas escapados de los pueblos misioneros en guerra van conformando campamentos y poblados espontáneos.

La obra del San Antonio de Aiguá es de madera (tallada y policromada) y tiene 19.1 x 8.3 x 7.2cm.

Origen: Misiones jesuíticas de Guaraníes, siglo XVII.

Propietario: Museo San Antonio de Aiguá, Maldonado

Todos los elementos que acompañan a la imagen -retablo, medallones, estampas, rosarios y otros accesorios- no proceden de las Misiones Jesuíticas de Guaraníes y son de los siglos XIX-XX.

La información que se comparte fue obtenida del Museo de Arte Precolombino e Indígena (MAPI) de Montevideo bajo cuya responsabilidad la obra viajó hacia el Viejo Mundo.

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