Aguerre destacó que el país busca “vender confianza” mendiante productos de calidad


El ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Tabaré Aguerre, recalcó que las prioridades de las políticas públicas agropecuarias buscan "dejarles" un país desarrollado a los ciudadanos del 2030 con innovación, competitividad, sustentabilidad y equidad social. “La idea no es que Uruguay juegue en la cancha de la cantidad sino de la calidad”, aseguró.
Aguerre disertó en el almuerzo de la Asociación de Dirigentes de Marketing (ADM), realizado este miércoles 21 de noviembre, acerca de “El Uruguay agrointeligente como motor para un desarrollo sustentable y el papel de las políticas públicas". En el evento, estuvieron presentes el vicepresidente de la República, Danilo Astori, y el ministro de Industria, Energía y Minería (MIEM), Roberto Kreimerman.
 
La conservación de los recursos naturales, la inserción internacional de la producción, la adaptación al cambio climático, el desarrollo social con inclusión de la agricultura familiar son algunas de las metas en la que la cartera trabaja.
 
El jerarca también hizo mención a la trazabilidad y al sistema nacional de información agropecuaria como temas prioritarios a las que se suman las metas básicas para que el país siga creciendo en mercados, como lo son las políticas sanitarias —calidad e inocuidad—, la investigación e innovación, y la competitividad y las políticas de articulación institucional.
 
El titular del MGAP entiende que un país desarrollado tiene que construir los espacios propicios para que la agricultura familiar pueda incluirse en las cadenas de valor comercial con una inserción competitiva y desestimar el modelo de contención social adoptado por la debilidad estructural que puedan tener las dos terceras partes de nuestra población rural.
 
A su vez, destacó en este aspecto, la creación de la Ley de descentralización y las mesas de desarrollo rural, ámbitos locales donde los productores encuentran un lugar de debate y propuestas.
 
En otra instancia, Aguerre advirtió que hay que prevenir los riesgos de degradación de los suelos. “Científicamente hablando, apuntamos a una serie de políticas que mejoren la cartografía y la clasificación de los suelos del Uruguay, con planes de uso y manejo de estos, en función de la capacidad del uso que cada suelo tenga según la aplicación de un modelo desarrollado en el centro oeste de los Estados Unidos y validado, en los últimos 20 años, por la Academia y por el INIA en Uruguay”, indicó.
 
En relación a los aspectos de inserción comercial internacional, puntualizó que “la idea no es que Uruguay juegue en la cancha de la cantidad sino de la calidad”.
 
“Por lo tanto tenemos que tener modelos diferenciados de comercio exterior; una lógica para el comercio con la región y otra para los mercados globales. Tenemos que enfrentar los desafíos que surgen de nuevos patrones de competitividad, es decir, producir lo que quieren los que nos pagan más”, manifestó. 
 
A su juicio, la estrategia de la agroespecialización no es más que una táctica comercial y se basa en la construcción de competitividad estructural y sistemática que atiende las demandas emergentes. En este contexto sostuvo que ingresar en el mercado de Corea del Sur con carne bovina fresca, como lo hará Uruguay a partir de diciembre, también es construir competitividad.
 
Cambio climático y trazabilidad
El jerarca mencionó: "Debemos adaptar nuestros sistemas productivos a la variabilidad climática que ya existía antes de que empezáramos a sufrir estos impactos". Y añadió: “En este punto la estrategia es investigación y más investigación e innovaciones de adaptación al cambio climático además de nuestras alianzas con algunas instituciones internacionales para construir seguros modernos, por índices, financiar incentivos para la adopción de buenas prácticas e inversiones a nivel de los predios”.
 
En otro ámbito, y aludiendo a la trazabilidad, destacó la necesidad de “vender confianza”. “A mi me gusta mucho el logo del INAC que pasa de la pastura al código de barras, lo que simboliza la transformación del Uruguay agrointeligente, vender confianza es vender naturaleza, pero sobre todo es certificar los procesos”, explicó.
 
El jerarca reconoció que el Uruguay tiene distintos sistema de información geográfica “pero todos descoordinados” y adelantó que es su propósito la creación de un sistema de información en red que permita trabajar en el pronóstico de la cosecha, definir la matriz de vulnerabilidad y el monitoreo de las aplicaciones.
 
“A partir del año próximo las aplicaciones de agroquímicos serán monitoreadas de forma inteligente y prácticamente con una señal de satélite que cada aplicador envía y que la recibirá una computadora y quizás podamos terminar tal vez, en 10 o 15 años, en un sistema de alerta, en seguros por índices masivos y en un modelo de simulación que nos permita amortiguar una serie de efectos adversos que la economía agrícola pueda tener”, sostuvo. 

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