Los campeones tendrán un balcón en casa


Se volvieron a ver, no casualmente, sino por la fecha, aunque -según lamentaron- el reencuentro no se da anualmente, sino cada tanto.

"¿Cuántos años tenés?", le preguntó Enrique Saravia a Jorge Cardaccio, y el "Bocha" arrancó repreguntando, "¿de verdad?", para enseguida decir, como resignado, "y…55", tras lo cual el "Quique" recordó, promoviendo una carcajada generalizada: "El Hugo (De Léon) al final se calentaba con eso; un día (en el 89) `saltó` y dijo: `¡Al final, el único que cumple acá soy yo, carajo!`. Es que a esa altura, un añito menos, pesaba".
Así, con sentimiento fraternal y sin nostalgia, se reunieron Juan Martín Mujica, Rodolfo Rodríguez, Waldemar Victorino, Felipe Revelez, Juan Carlos "Cacho" Blanco, Eduardo De la Peña, William "Pato" Castro, José Rosauro Cabrera, Wilmar Cabrera, Ricardo "Murmullo" Perdomo, Juan Carlos "Palito" Mamelli, el "Indio" Héctor Morán, Domingo Pérez, y los ya citados Enrique Saravia y Jorge Cardaccio.
No hace falta decirlo: son los campeones de América y del mundo de Nacional, de 1971, 80 y 88, con alguna inclusión casi paternal como la de Domingo Pérez, porque según diría Waldemar Victorino en el momento que Eduardo Ache llegó a saludarlos, "Nacional es nuestra casa".

Se cumplieron 24 años de la conquista de la Libertadores en 1988 y por eso se juntaron en el predio del San Eugenio Universitario -cedido por Morgan Martínez- para hacer un brindis, una chorizada y un asado, y jugar fútbol-tenis entre risas, anécdotas y abrazos.
"Murmullo" -que tiene campo en San José, como buen maragato- llegó y pidió hielo, pero no para el whisky, sino "para ponerme en la pierna, vengo de jugar un partido de veteranos y salí desgarrado"; De la Peña revivió la monopólica obsesión que tenía Carrasco por patear todas las faltas cercanas al área rival, contando que "un día en Cali, tiró y la clavó en un ángulo, pero el juez le dijo que iba de nuevo porque no había pitado… Juan la acomodó y cuando llegó a la pelota, ¡y la reventó a los palcos!"; y Rodolfo Rodríguez, también hacendado, pero en Durazno, sostuvo en una charla de fútbol que "el único cuadro de petisos que puede jugar hoy es el Barcelona; y el único petiso de antes sería Aguilera, porque cuando lo iban a marcar, ya la había largado".
Fue el sábado. Un día especial para ellos, si acaso; es que a media tarde cada un retomó su camino en la vida, sabiendo que -cualquiera sea el resultado electoral- tendrán un palco entre las tribunas Abdón Porte y José Ma. Delgado. En el Gran Parque Central. En Nacional. Por siempre, su casa.
JORGE SAVIA|Ovación

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