"Greetingman", una estatua que trae cola


"Adefesio" es la palabra que viene a la mente de quien contempla por primera vez la escultura, celeste, reverencial y desnuda, emplazada en la rambla del Buceo. Sin embargo, nadie usó esa palabra entre los artistas consultados y los vecinos del barrio.


La obra del artista coreano Young-ho Yoo, en estos días, es más visitada que La Diligencia del Prado o La Carreta del Parque Batlle, obras ambas del maestro uruguayo José Belloni.

En la tarde de ayer, bajo un cielo despejado y de un celeste luminoso, el guardaparques Cacho estaba ocupado a full, pero no por su propia función, sino debido a que decenas de visitantes le solicitaban sus servicios para sacarse fotografías en en el lugar donde se instaló la escultura Greetingman, criatura gigante del Botero oriental.

Según el guardaparques, uno de los tres que trabajan en turnos de 8 horas, hasta ahora sólo una mujer se manifestó indignada. Conversando en el lugar, se confirma en cambio que las opiniones están divididas y que eso no depende de las edades. Sonia, una señora que estaba acompañada por una hija adolescente y dos niños, dijo a El País que no le convencía mucho la obra, que no la entendía pero le hacía gracia. Su hija, Florencia, no se cansaba de tomar fotos y contradijo a la señora: "Es algo distinto. ¡Está genial! Montevideo está lleno de gauchos a caballo".

Sentado al pie de Greetingman, en posición meditativa y mirando al mar, Young-ho Yoo pasaba casi inadvertido para todos, hasta que Cacho le contaba a los espectadores quién era aquel hombre.

Una pareja de veteranos que se presentaron como vecinos del barrio, Gloria y Juan, confesaron que para ellos estuvo bien elegido el sitio para instalar la escultura, porque allí antes no había más que un monstruoso cartel de publicidad vial. También explicaron que les gustaría que el lugar siguiese siendo de acceso libre en el día pero que debería enrejarse y cerrarse de noche, "como se hizo con el monumento del Papa Juan Pablo II, cuando se trasladó a Bulevar Artigas, porque si no, le iban a sacar la cruz ".

Mientras Juan hablaba, se detuvo un patrullero policial y después un taxi. Sólo querían hacer fotos del Greetingman.

Otra señora mayor, Esther, que paseaba a un ovejero negro, el cual le tironeba de la correa para ladrarle más de cerca a la estatua, afirmó que todo lo coreano le llama la atención, "más ahora cuando están ingresando en Occidente con variadas manifestaciones artísticas, y también con terapias alternativas a la medicina tradicional", expresó. "Ahora hay uno acá, no recuerdo cómo se llama, pero dicen que lo deja a una como nueva con las agujas...".

Young-ho Yoo dijo que se siente muy reconfortado por el contacto directo con los uruguayos, por el intercambio, digan lo que le digan.

DESDE LAS AULAS. En la administración del vecino colegio Saint George`s, comentaron que en primera instancia sorprendió la instalación, porque no hubo ningún aviso de parte de la Intendencia.

Hasta hoy, las opiniones en la interna son variadas. El pasado sábado, cuando se realizó en el colegio la tradicional Fiesta de la Paz, al ver la cobertura en imágenes, no poco llamó la atención de los padres que en la gran mayoría de las fotos aparecía Greetingman, de cola expuesta y como vino al mundo. Pero al fin, los padres lo tomaron con buen humor.

El costo de la instalación de la escultura fue de US$ 24.000. La embajada de Corea y la Fundación Yongang, del Grupo Doosan de la República de Corea, realizaron el aporte en dinero para colocar la obra sobre la Rambla y la calle Solano López. La escultura de aluminio, que está pintada de celeste y tiene 6 metros de altura, expresa con su reverencia el respeto a la naturaleza y las personas.

Young-ho Yoo reunió parte del dinero para construirla vendiendo antes decenas de réplicas en miniatura.

Opiniones calificadas
Mariano Arana: "No aporta a enriquecer la ciudad"
"Ni por su tamaño, ni por su conexión, ni por su formulación, me parece un enriquecimiento para la ciudad", opinó el exintendente de Montevideo, arquitecto Mariano Arana. "Es una donación de un país pujante en el concierto internacional, pero este tipo de cosas siempre dieron lugar a un intercambio de ideas. Hubiera preferido que no se colocara allí, aunque entiendo los motivos. La mía es una apreciación de sensibilidad personal", agregó Arana.

José Belloni: "Parece algo vulgar, no me gusta"
El docente y escultor -nieto del creador de "La Carreta" y "El Entrevero", entre otros grandes monumentos- dijo que la obra "no parece algo interesante". Es más, la consideró "algo vulgar, que no tiene nada de extraordinario. Las escuelas son todas válidas, pero dentro de las escuelas hay cosas espectaculares, buenas y malas. En la escuela naturista de mi abuelo, había de todo. Lo que vi (por la escultura de la rambla), no me gusta", indicó.

Ramón Cuadra: "El tamaño no la hace monumental"
El escultor Ramón Cuadra dijo que la obra tiene un "valor plástico muy personal del lugar" (Corea) y que tiene dudas de "si dialoga bien con el entorno". Opinó que se trata de "algo presentado muy esquemáticamente" y aclaró que "la monumentalidad de una obra no se ve por el tamaño, sino por el espíritu que conlleva".

En este sentido, indicó que "esto puede verse, por ejemplo en pequeñas cabezas esculpidas por los egipcios".

El País Digital

Comentarios