Con un final que el juego no merecía


Dos faltas en los últimos segundos generaron ciertos roces, pero nada hacía presagiar la batalla campal que se desató instantes después del pitazo final de Leodan González decretando el empate 3-3 entre Wanderers y Juventud en el Viera. De tal magnitud fue la pelea, que el árbitro decretó la expulsión de ocho jugadores de cada equipo.

El ambiente estaba caldeado, pero entre la hinchada bohemia y el árbitro -que no señaló un clarísimo penal sobre Gastón Rodríguez en los minutos finales-; no entre los jugadores, o al menos así parecía desde afuera. Sin embargo, como suele suceder, un golpe desató la locura. Puñetazos, patadas, jugadores en el piso, golpes por todos lados y a cualquiera. Uno de los más afectados fue el asistente técnico de Juventud, quien recibió una agresión desde atrás y tuvo que ser ayudado para levantarse del césped, varios minutos después de la trifulca.
También hubo un hincha de Wanderers herido por una pedrada durante los enfrentamientos, asistido por la sanidad bohemia debido a un corte en el cuero cabelludo.
Antes, en los 90 minutos de juego, Wanderers jugó desde el minuto 44 con diez hombres por la expulsión de De Souza y, así y todo, siempre tuvo el protagonismo. Pero, así es el fútbol, casi lo perdió cuando a los 85` Collazo puso el 3-2 para Juventud y recién lo empató a los 88` con una genialidad más de Maximiliano Rodríguez.
LAS ESTRELLAS
M. Rodríguez

Está en un gran momento. Velocidad, habilidad, dos goles.
M. Márquez
El volante central de Juventud quitó, entregó bien y anotó.
DIEGO PÉREZ|Ovación

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