¿El primer uruguayo con iPhone 5?


Ariel  David, un uruguayo de 40 años es director de una empresa de software con base en Nueva York, de los dos millones de iPhone 5 que se pusieron el viernes a la venta en el mundo, él tiene uno. ¿Es el primer uruguayo con un iPhone5? 



No tuvo que acampar frente a una tienda, ni hacer mucho sacrificio para que hoy, en el piso 45 del edificio en donde se encuentra su oficina, abriera con mucha emoción su iPhone 5 nuevito. El pasado viernes 14, a las cero horas, cuando se abrió la preventa, entró a la página de internet de una de las empresas telefónicas que lo vende, se hizo de un contrato y pasando su tarjeta solo le restó que llegue el paquete hoy, el 21 de setiembre de 2012.
Destacó que como hizo un contrato, pagó el precio subsidiado, 300, en vez de 800 por uno de 64 gigas.

Fanático del aparato, tuvo todos los iPhones, desde el primero hasta el último y por lo pronto muestra conformidad con lo que tiene. “El diseño es espectacular, similar al 4 que también era muy lindo. Pero este es más liviano, más fino y más alargado, la pantalla es más grande, que era algo que yo ya esperaba”.

Paradójicamente, hablando desde el celular más famoso del momento, Ariel estaba con mala recepción. Comentó que lo único que le hacía falta probar era el 4G, porque en el piso 45 de su edificio la recepción es muy mala y la comunicación se cortó.

Aplicación
Ariel hizo uso de una de las llamativas aplicaciones que tiene el iPhone 5. Por medio de una foto satelital uno puede mostrar en donde está ubicado. Desde ahí habló con El Observador.

Más fácil de lo que parece
Ariel agregó que toda revuelta que se hace en las puertas de las tiendas de Apple son infructuosas provocadas por personas que quieren salir en los medios, “no entiendo por qué”, dijo. Dijo que hubo mucha gente que hoy compró por internet su iPhone desde la comodidad de su casa y sin problema alguno.

Cuando uno es dueño de su número
En Estados Unidos, al igual que en otros tantos países desarrollados, el número de teléfono le pertenece al usuario y no a la empresa. Así, uno puede pasarse de empresa a empresa sin la engorrosa tarea de cambiar su número.

Se considera que es una práctica poco ética que la empresa pueda “atar” al consumidor por medio del número. Sino que uno debería contratar sus servicios por la calidad de estos.
Por esto, Ariel que tenía servicio de AT&T, con solo apagar su iPhone nuevo y prender el viejo, trasladó el  número de teléfono de un aparato al otro.
El Observador

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