Gremio denuncia acuerdo con BQB por frecuencias de Pluna

Los sindicatos de trabajadores de la exaerolínea de bandera uruguaya Pluna y de la Organización de Técnicos Aeronáuticos del Uruguay (OTAU), acusan al empresario argentino Juan Carlos López Mena, dueño de la aerolínea BQB, de haber acordado la adjudicación de frecuencias vacantes ante la posibilidad de que no existan oferentes en la subasta de siete aviones Bombardier del 12 de setiembre. Ello, según afirmaron los trabajadores en un comunicado, “empaña” el remate con el cual el gobierno pretende generar fondos para pagar las deudas y, a la vez, promover la creación de una aerolínea de bandera que asegure conectividad.

“Los trabajadores ven con honda preocupación que la subasta a realizarse el 12 de setiembre se vea empañada por los crecientes transcendidos no oficiales y los comentarios surgidos desde la empresa BQB a nuestros afiliados, referidos a que las frecuencias y las líneas ya les estarían adjudicadas ante la eventualidad de que no existieran oferentes”, señalaron los exfuncionarios de la aerolínea en un comunicado.

Si ello no fuera así –insisten los trabajadores– “sería bueno preguntar el porqué del pedido de pilotos a la organización que los agrupa para volar próximamente aviones (Bombardier) CRJ, similares a los que cuenta en su flota la exPluna”.

Los funcionarios y técnicos de la aerolínea cerrada el 5 de julio por insolvencia financiera afirmaron también que BQB “jamás” se contactó con ellos y, a la vez, realizó entrevistas laborales en forma individual a quienes integran la bolsa de trabajo creada de acuerdo a la ley que aprobó el Parlamento para contemplar la situación de Pluna.

“Este accionar no hace más que demostrar que existe una clara intención de prescindir de nuestra organización, la bolsa de trabajo y un inocultable menosprecio por los trabajadores sindicalizados y su organización”, dijo el sindicato de funcionarios de la exPluna. Además, se pidió una entrevista “urgente” al PIT-CNT por lo que se entiende es una “clarísima discriminación y provocación” hacia los sindicatos.
El Observador

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