“Favaro, Favaro… ¡me fracturé!”

Eduardo “Lolo” Favaro, el entrenador de Fénix, fue testigo privilegiado de la factura de tibia y peroné con desplazamiento que el domingo sufrió Antonio Pacheco y que sacudió el arranque del Torneo Apertura, que postergó cualquier análisis de fútbol tras la primera fecha.

A los 42 minutos, un choque de piernas cerca del medio de la cancha entre el panameño Eric Davis, de Fénix, y Pacheco, derivó en la lesión del capitán aurinegro, que el domingo volvía al club.

Inmediatamente que quedó tendido en el piso, Pacheco miró a Favaro, el entrenador que estaba al costado de la línea de cal, y le gritó: “Favaro, Favaro, ¡me fracturé!”. El técnico agregó a El Observador: “Le hablé al línea y al cuarto árbitro, y como no paraban el partido me mandé a la cancha. No me acerqué porque el cuarto árbitro enseguida me sacó de la cancha”.

En ese momento transcurrían 42 minutos del primer tiempo del encuentro Fénix-Peñarol, que los albivioletas ganaron 4-3.

Cuando Pacheco se retiraba en camilla, Favaro se acercó a saludar al jugador y el capitán de Peñarol le dijo: “Perdoná, perdoná”.

Favaro explicó a El Observador que cuando se produjo el golpe entre los futbolistas, sintió un choque de huesos.

El entrenador dispuso que Davis no ingresara para jugar el segundo tiempo. “El médico me dijo que el jugador estaba bien para continuar, pero entendí que era el momento para sacarlo y para evitar que el partido se enrareciera, aunque quedó claro que todo sucedió en una jugada casual”.

Para Fénix fue un gran domingo, porque el triunfo le permitió sumar tres puntos valiosos en la tabla del descenso, pero para el técnico quedó una “sensación rara”, por todo lo que aconteció.
El Observador

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