Extinguen fuego en refinería venezolana


Los pobladores de los alrededores de la refinería de Amuay, una de las mayores del mundo, recibieron hoy con alegría la noticia de que las autoridades lograron extinguir el fuego en los tres tanques, más de dos días después de la explosión que mató a 41 personas e hirió a 151.


Tras labores intensas, los bomberos controlaron el fuego que se registró en los tanques de combustible de la instalación petrolera, informó la estatal Agencia Venezolana de Noticias (AVN).

"Extinguido en su totalidad el fuego en el tanque 204", informó José Uray, trabajador de operaciones de Amuay, a la televisora estatal al anunciar que había sido controlado el fuego en un tercer tanque que se incendió el lunes.

En la madrugada los bomberos ya habían logrado apagar el fuego en los otros dos tanques en los que se desató el incendio el sábado al parecer como consecuencia de una fuga de gas.

Un funcionario de la estatal Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA), que habló bajo condición de anonimato porque no está autorizado para hablar con la prensa, dijo que los bomberos permanecían trabajando en el tanque 204 para lograr enfriarlo por completo.

Los bomberos están enfocados en enfriar por completo los tanques hasta que desaparezca el riesgo de que las altas temperaturas desencadenen una combustión descontrolada de los hidrocarburos. A ratos desaparece del firmamento el humo que emana de los tanques.

"Que felicidad más grande, nos sentimos felices después de tantos días de angustia y miedo, por fin no vemos ese candelero ahí frente a nuestras casas", dijo Hilda Castellanos, ama de casa de 48 años, quien relató que a partir de las 02.30 (0700 GMT) del martes, "empezamos a ver como la llama se hacía cada vez más chiquita".

"Le damos gracias a Dios que estamos vivos y yo como un líder de la comunidad de Alí Primera", una barriada obrera aledaña a la refinería de Amuay.

Horas antes, el presidente Hugo Chávez dijo en un mensaje en Twitter que el fuego en uno de los tanques se había extinguido.

Las escenas de pobladores sonrientes, conversando animadamente en las calles, contrastaba con el desolador ambiente de la noche anterior, cuando en las calles del Alí Primera y el vecino sector de La Pastora, localizado justo frente a los depósitos en combustión, reinaba el silencio en casas a oscuras.

Algunos de los residentes del lugar optaron por abandonar la zona, temerosos de que con la irrupción de un tercer incendio el fuego llegase finalmente a sus hogares, ya maltrechos y con las paredes agrietadas y las rejas retorcidas por la onda expansiva de la explosión del sábado.

"Hay que agradecer que ya hay más tranquilidad, aquí en el sector los dos primeros días era catastrófico, teníamos mucha angustia por todas las cosas que pasaron, mucha gente se fue, abandonó sus casas. Ahora esperamos que nos den el apoyo para reconstruir todo", dijo Edgar Médina, de 23 años, quien junto con su padre despejaba con una pala los escombros que bloqueaban el paso a su humilde vivienda.

La fiscal general Luisa Ortega Díaz informó el lunes que resta un muerto por identificar y que de los heridos sólo tres decenas permanecen hospitalizadas.

Los residentes de un barrio próximo a la refinería dijeron que no tuvieron ninguna advertencia antes de la explosión. Entre los fallecidos figuran al menos 20 agentes de la Guardia Nacional que prestaban servicios de custodia en la refinería. El puesto militar fue arrasado por la explosión.

En horas de la mañana los tanques incinerados continuaban siendo rociados con agua, junto con los depósitos cercanos de combustible que no hicieron combustión y son objeto de refrescamiento.

AP

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