La despedida del murciélago


"Cuando haces una película sobre Batman intentas llegar a una audiencia muy amplia y ahora ya no te puedes esconder. Vamos a ver qué piensa la gente. La verdad es que he estado nervioso por todo el proyecto", reconoce el británico Christopher Nolan, realizador de El caballero de la noche asciende.


Nolan es uno de los directores más potentes y poderosos de la nueva generación de realizadores de la lista A de Hollywood. Pero con el estreno de su película llegó la hora de la verdad.

Con un trasfondo revolucionario, El caballero de la noche asciende está interpretada, como las anteriores, por Christian Bale en el doble papel de Batman y el multimillonario Bruce Wayne, que intenta mantener a Ciudad Gótica libre de criminales. Se desarrolla ocho años después de la segunda entrega y es un Bruce Wayne cansado, desorientado, en duda permanente. Duda hasta de los consejos de su fiel mayordomo Alfred (Michael Caine).

La de Ciudad Gótica es una sociedad que no funciona. El Estado no es capaz de garantizar la seguridad de los ciudadanos, y estos acaban dependiendo de la iniciativa de un millonario que en realidad no sabe muy bien qué hacer. "La película presenta todo tipo de situaciones paradójicas. Y para mí eso es lo interesante. Batman es en sí mismo una figura paradójica porque es heroico pero trabaja fuera de la ley. Eso plantea preguntas", explica Nolan, sin atreverse a picotear el surtido de quesos que le han traído a la suite del hotel Dorchester donde recibe al periodista.


"La gente que busque interpretaciones políticas no las va a encontrar", advierte. "Va a dar con interpretaciones equivocadas. Porque va en direcciones muy diversas en razón del espectáculo. En términos dramáticos, es muy interesante la idea de que Ciudad Gótica ya no necesita a Batman, pero te das cuenta de que esa estabilidad se ha basado en una mentira. La mentira, al final de Batman, el caballero de la noche, entre Batman y Gordon. Y mi sensación, en términos dramáticos, es que algo que se basa en la mentira nunca puede funcionar".

CONCIENCIA. Alfred es quizás el personaje más enigmático. "Representa la influencia de la calma. Es un personaje muy sensato. Es la conciencia de Bruce Wayne, con todas sus dudas. Es también el que cree que ha llegado el momento de decir la verdad. Y es el personaje que parece más desplazado a lo largo de toda la historia. Los demás están más condicionados por sus actos. Y eso es diferente respecto a las otras películas. En esta, Lucius Fox, interpretado por Morgan Freeman, y el comisario Gordon, encarnado por Gary Oldman, están atrapados por sus propias acciones, sus propias mentiras. Alfred es el único personaje que dice que ya basta, que eso no funciona. Y alcanza un punto de conflicto con Bruce porque ya no acepta la idea de que puede ser necesario estar fuera de la ley. Se siente culpable. Eso lo vuelve muy importante en la historia".

En esta tercera entrega se han hecho paralelismos entre la película y el 11-S. "Ninguna película que aborda una tema de atentados en una gran ciudad de Estados Unidos puede dejar de estar influida por el 11-S. Pero nada más. El hecho de que hayamos rodado en Manhattan hace la relación más evidente visualmente. Pero esto es Ciudad Gótica, no Nueva York", insiste el director.

A Nolan le saca de quicio que le hayan acusado de atacar de forma subliminal al candidato republicano a la presidencia, Mitt Romney. "Es pura paranoia. Lo que me interesa y sorprende de eso es el fenómeno de la gente que intenta analizar la película políticamente y no tiene en cuenta que hay otra gente analizándola desde la perspectiva opuesta. La película no es de derechas ni de izquierdas. No es en absoluto política. Lo que intenta es hablar de cosas reales del mundo de hoy, que significan algo para la gente y provocan reacciones en el público".

CONTRADICCIONES. Aunque las críticas están siendo buenas, a menudo se desliza el reproche de que esta tercera entrega provoca decepción. "La decepción es un concepto relativo. No puedo hablar sobre eso porque está relacionado con las expectativas de cada uno. Y si esas expectativas eran irreales, yo no puedo hacer nada", se defiende Nolan.

Hay quien dice también que es muy cerebral, sin corazón. "Si alguien ha visto la película y dice que no hay corazón en ella es que no la ha visto de manera correcta. La gente llora al final. Es una crítica ridícula. Uno de los problemas con las críticas es que son contradictorias. Y, por lo tanto, no pueden ser correctas", insiste.

Lo que no decepciona son las extraordinarias secuencias aéreas del arranque. "Lo hicimos lo más real posible. Con un par de aviones y un helicóptero rodando. Lo planeamos durante meses con un equipo muy bueno. Y fue todo sin problemas gracias a esa preparación".

A Nolan le interesa sobremanera el formato IMAX. "Si puedes sumergir a la gente en una secuencia de acción o en el imaginario de los personajes, eres capaz de acceder a una respuesta visual mayor. Y eso te permite amplificar las cosas. Puedes amplificar la tensión del héroe. La adrenalina. Llegar a las vísceras del público. Amplificar las respuestas emocionales. Es una herramienta muy poderosa para contar una historia", explica.

Y descarta que pueda haber una cuarta entrega de Batman, tras haber dirigido Batman inicia (2005) y Batman, el caballero de la noche (2008), mientras en el medio hacía El gran truco (2006) y El origen (2010). "No. Este es el final de la historia. Ha llegado el momento de hacer otras cosas". ¿Qué cosas? "Primero, irme de vacaciones. Y, después, no tengo ni idea".

Los efectos colaterales de una tragedia
La tragedia del cine de Denver, Colorado, en la que un tirador asesinó a doce personas e hirió a otras 58 que asistían al estreno de El caballero oscuro asciende ha afectado las jugadas de "marketing" de la película misma y de otros productos vinculados con la figura del Señor de la Noche.

La empresa Warner postergó el estreno del film en varias ciudades y anunció que aportaría algún tipo de indemnización a los familiares de las víctimas. Y la editorial DC Entertaiment decidió postergar un mes la circulación de su nueva aventura del Hombre Murciélago, Batman Incorporated Nº 3.

Según han explicado voceros de la editorial, el cómic en cuestión contiene elementos que podrían ser considerados delicados en el marco de la reciente tragedia. Según DC, no se trata de retener una historieta porque sea de Batman, sino por su contenido específico. Su propio dibujante, Chris Burnham, ha reconocido que algunas imágenes del episodio pueden resultar particularmente tétricas si se las lee sobre el fondo de las muertes en Denver".

Según se ha explicado, hay una escena en particular que hizo pensar al equipo que se estaba demasiado cerca de los trágicos hechos para mostrar algo así. Otros números de la editorial con Batman no han sido aplazados, incluyendo la entrega 110 de Batman: The Dark Knight.
EL PAÍS - MADRID | WALTER OPPENHEIMER

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