Ley busca evitar el ingreso de bengalas en espectáculos


La oportunidad de ir a ver a Peñarol jugar la Copa Libertadores era motivo de fiesta para la familia, pero un error de juicio, permitirle al niño llevar una bengala, hizo que terminara en llanto. El cohete estalló apenas encendido, llevándose en la explosión varios dedos de la mano del pequeño y sumiendo a los espectadores cercanos en el horror.


Este episodio, ocurrido en el Centenario el 9 de marzo de 2011, es del tipo que intenta evitar un nuevo proyecto de ley, impulsado por el diputado nacionalista Daniel Peña.

De ser aprobada, la norma prohibirá el ingreso de pirotecnia a los espectáculos públicos por parte de personas no autorizadas a hacerlo.

"El proyecto va a tener pocos artículos", explica Peña. "Uno tratará de definir lo que son los fuegos artificiales, otro la prohibición del ingreso y manipulación de estos por personas no autorizadas, y otro una pena para quien lleve ese artículo". "Estamos planteando penas alternativas que creemos necesarias porque ninguna norma sin pena se cumple", señaló.

La inquietud de Peña y sus allegados por evitar tragedias mayores, como las ocurridas en Argentina, impulsaron adelante una ronda de contactos con especialistas médicos que luchan desde hace años por regular el uso de pirotecnia.

"Lo que pasó en Cromañon o en el concierto de La Renga influye mucho, porque es cuestión de tiempo antes de que acá suceda algo", apuntó el diputado. "Queremos prevenirlo antes de que ocurra. No me gustaría estar hablando de este proyecto de ley el día que aquí tengamos que lamentar una tragedia. Los que tenemos la responsabilidad de legislar debemos hacerlo antes de esto", señaló.

A la víspera del clásico, la preocupación se ahonda. "Una bengala que caiga mañana de una tribuna a la otra no sólo genera un quemado, que bien podría ser fatal, sino también provoca el colapso de una tribuna llena en pánico", agregó Pena. "Que haya fuegos, pero que lo maneje personal autorizado", puntualizó. "No puede haber manipulación de elementos pirotécnicos, que son casi armas, por gente alcoholizado o drogada".

Secuelas que quedan para toda la vida

El doctor Héctor Juri, grado 5 y director del Centro Nacional de Quemados, y el doctor Gonzalo Fossati, Jefe del Servicio de Cirugía Plástica en el Hospital Pasteur y presidente de la Sociedad Uruguaya de Cirugía Plástica han esperado durante años una oportunidad como ésta.

Ellos son quienes se están encargando de apoyar la ley con su conocimiento técnico. "Estamos buscando cifras para tener números relevantes que apoyen al legislador", explicó Fossati. "No son fáciles de conseguir porque no siempre se consigna la historia del accidente".

Por más difícil que sea la tarea, Fossati comparte la necesidad de la norma: "Por fin nos estamos acordando de legislar sobre esto. Nunca pasa nada hasta el día que tengamos una desgracia parecida a la que tuvieron en Argentina en más de una oportunidad. Las probabilidades de que eventualmente pase un accidente grave en un espectáculo público son altas".

Sin tener cifras, pero basándose en su experiencia personal, Fosatti asegura que el número de accidente ha disminuido con los años, pero continúa afectando más a los niños. "Los accidentes graves siguen pasando, no son fatales, pero son graves para la calidad de vida, afectando cara y manos, con secuelas que quedan para siempre".

LUIS CABRERA - Ovación

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