La incertidumbre internacional detuvo alza de reservas del BCU

El agravamiento de la coyuntura financiera internacional observado en las últimas semanas afectó negativamente el nivel de reservas monetarias del país y quebró así el vertiginoso crecimiento registrado en lo que va del año.

De todas formas, los activos en poder del Banco Central (BCU) se mantienen en valores máximos a nivel histórico y se espera que retomen el comportamiento alcista una vez despejados los temores instalados en el hemisferio norte, en particular Europa.

En lo que va del año, las reservas se incrementaron en más de US$ 2.500 millones –esto es, un aumento de 34,5%– y superaron por primera vez la barrera de los US$ 10.000 millones.

El último día de agosto, las reservas alcanzaron el máximo histórico con US$ 10.558 millones y luego descendieron –con altibajos– hasta situarse la semana pasada en US$ 10.293 millones, según datos del BCU. 

El moderado descenso registrado en setiembre y octubre estuvo asociado al “deterioro del marco externo, que determinó cierta reversión del flujo de capitales hacia las economía emergentes”, según señaló un estudio realizado por la consultora Deloitte al que accedió El Observador.

El empuje que tomó el dólar en setiembre a nivel mundial –que en Uruguay lo llevó a ubicarse por encima de los $ 20– como consecuencia de la corrida de los inversores hacia la moneda estadounidense por el pánico a una nueva recesión, redujo las reservas del BCU por desvalorización de algunos activos –como los encajes bancarios en pesos– y por el retiro del mercado cambiario.

Por otra parte, los activos internacionales en poder de las autoridades no evolucionaron de forma pareja durante 2011, sino que el fuerte incremento se explicó por el salto de más de US$ 2.000 millones dado en el segundo trimestre.

Del alza experimentada entre marzo y junio, US$ 754 millones obedecieron a un aumento de los encajes, o sea, de la parte de los depósitos bancarios que deben conservarse de forma obligatoria en la arcas del BCU. 

El marcado aumento de las colocaciones obligatorias en ese período se explicó por la suba de la tasa de encajes bancarios decidida por las autoridades monetarias en el marco de la política antiinflacionaria. 

Además, la expansión de las reservas entre abril y junio se explicó también por la emisión de bonos nominados en yenes por US$ 495 millones realizada por el gobierno, lo que en contrapartida permitió engrosar los activos internacionales del sector público.

En tanto, las compras netas de divisas concretadas por el BCU en el segundo trimestre sumaron US$ 468 millones y también contribuyeron al aumento de reservas, aunque no fueron el motivo principal como sí lo habían sido en año anteriores, de acuerdo al informe de Deloitte.

La tendencia en la suba de las reservas del país en 2011 se enmarcó en un período de sostenida expansión, desde el retroceso exhibido por la crisis mundial de 2008. 

Los activos en poder del BCU acumularon un crecimiento de 71,9% en los últimos tres años, incluso por encima del aumento promedio registrado por los bancos centrales de América Latina en igual período (59,4%), según cifras que el economista Carlos Melconián, de M&S Consultores, presentó el viernes 21 en un evento organizado por la Asociación de Antiguos Alumnos del Instituto de Estudios Empresariales de Montevideo (IEEM), con base en los bancos centrales de la región. El de Uruguay fue el mayor guarismo regional, después del evidenciado por Brasil y Paraguay.

Todos los países de la región exhibieron un incremento de sus reservas entre 2008 y 2011, salvo Venezuela y Argentina, que cayeron 30,4% y 2,6% respectivamente. 

Argentina
El Banco Central de la República Argentina (BCRA) cerrará el año con reservas por US$ 45.000 millones, según estimaciones de M&S Consultores, lo que implicará un descenso de US$ 1.200 millones respecto a tres años atrás.

La moderada reducción nominal del nivel de reservas –pero fuerte en comparación al crecimiento de esa economía– se debe a una sostenida fuga de capitales, según explicó días atrás el economista.  “Todo el crédito del sistema bancario argentino asciende a US$ 62.000 millones y la fuga de capitales (en los últimos cuatro años) es de US$ 73.000 millones. Se fue un sistema bancario entero”, sostuvo el experto argentino en la charla organizada por el IEEM.

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