Base naval del puerto de Montevideo fue formalmente designada como teniente de navío Carlos Macchitelli

 Al designar formalmente con el nombre del teniente de navío Carlos Macchitelli el área naval del puerto de Montevideo, el ministro de Defensa Nacional, Javier García, destacó a la Armada Nacional como una institución que a lo largo de su trayectoria, tiene historias de entrega por la vida de los demás, con integrantes que son ejemplo de servicio al país y a la propia Armada.
El ministro García junto al comandante de la Armada Nacional, almirante Jorge Wilson, los contralmirantes de la Armada, las autoridades de la Administración Nacional de Puertos y familiares del teniente de navío Macchitelli, participaron de la ceremonia en la que se formalizó la designación de la base naval del puerto con con el nombre de teniente de navío Carlos Macchitelli, quien «lideró el equipo de rescate que intentó salvar a siete pescadores indefensos ante la furia del mar, ofrendando su vida junto a otros siete marinos orientales», en agosto de 1954, según reza la placa que fue descubierta por el ministro y la hija de Macchitelli.

En la ceremonia el contralmirante Otto Gossweiler recordó lo ocurrido en aquella ocasión. Dijo que se trató de «una de las tragedias marítimas contemporáneas que nos dejó las heridas más profundas, el naufragio del pesquero Isla de Flores, un día invernal como el de hoy, también viernes, pero 67 años atrás».

La tragedia

Ese día la información meteorológica no difería a la de muchos otros días previos: «Tiempo malo con lluvias y lloviznas. Vientos del Sureste al Suroeste fuertes y moderados». Nada alarmante para un invierno que había sido crudo como pocos. A las diez de la mañana, cuando llovía intensamente en Montevideo y el barómetro predecía un empeoramiento del clima, se recibió en la mesa central del SOYP (Servicio de Oceanografía y Pesca), un pedido de auxilio radiado por el pesquero Isla de Flores, que había quedado varado en el veril noroeste del Banco Inglés en situación peligrosa y solicitaba el envío de un remolcador capaz de hacerlo zafar de su posición. Pasadas unas horas los pescadores enviaron otro mensaje angustioso indicando que se hallaban sin máquinas, a punto de hundirse y rogando por una ayuda inmediata. La situación pasó de ser un caso de salvamento a ser de rescate, ya que comenzaba a vislumbrarse un potencial riesgo para vidas humanas», recordó el contralmirante.

Agregó que «fue entonces que la Armada Nacional decidió enviar en forma urgente al destructor Uruguay, el cual zarpó en medio de una niebla poco propicia. Recién a las cinco de la tarde -siete horas después de la varadura- el buque logró avistar al pesquero que se encontraba varado en la arena y el agua había entrado en su sala de máquinas. De nada había valido el alije de doscientas toneladas de pescado para alivianarlo. La marejada y el viento lo condenaban a un lento hundimiento. Fondeado a media milla, el comandante del destructor decidió intentar el rescate enviando a la embarcación del buque con una dotación de ocho marinos al mando del teniente de navío Carlos Macchitelli», puntualizó.

Continuó señalando que «una vez a bordo y luego de una inspección, dio la orden de abandonar el salvamento de la nave y embarcar a todos en el bote. En ese preciso momento se produjo un nefasto golpe de la fortuna que selló el destino de todos: la fuerza del mar rompió las amarras de la lancha y la estrelló contra el Isla de Flores, deshaciéndola. Ahora los náufragos y sus rescatistas quedaban solos en medio de la noche y del frío, con el pesquero escorado y barrido por el oleaje, a la espera de otro salvamento que tal vez llegara con las primeras luces del día siguiente. Pero para la mayoría de los náufragos, esa noche se hizo eterna. La furia del mar y sus gélidas aguas fueron cobrando una a una la vida de los marinos. En la siguiente tarde del sábado, y habiendo sido enviados otros tres buques a las acciones de rescate, finalmente tres sobrevivientes lograron retornar a puerto, mientras que trece marinos habían zarpado en una navegación eterna».

«Esta tragedia nos ha marcado profundamente y a raíz de ella, al año siguiente se creó ADES, la Asociación Honoraria de Salvamentos Marítimos y Fluviales; mientras que poco tiempo después la Armada creaba el Centro Coordinador de Búsqueda y Rescate en el Mar», expresó Gossweiler.

Ejemplo de entrega

El ministro García se refirió al acto señalando que «todas las instituciones que tienen historia son instituciones que viven por lo que hacen en el presente, cómo se proyectan, pero también por los recuerdos que tienen. Recuerdos como este, de entrega por la vida de los demás, entrega por el servicio al país y por el servicio a la Armada Nacional. En el caso del teniente Macchitelli y de otros compatriotas que murieron en ese entonces», sostuvo.

Agregó «y por ejemplo, ayer también, este es un mes de recuerdos dolorosos para la Armada, ayer recordamos 21 años de la tragedia del Valiente, así que es buena cosa siempre cuando uno proyecta hacia adelante no olvidarse que hay muchas mujeres y hombres que sirvieron al país y entregaron su vida al servicio de la patria», precisó el ministro.

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