Cultivos de Invierno: Presentaron informe sobre perspectivas para la zafra 2020/21

El informe apunta a contextualizar la nueva zafra de invierno que se inicia en el país, en una coyuntura de alta incertidumbre y afectada a nivel global por el COVID-19. 

El sector agropecuario no ha sido ajeno a los efectos de esta pandemia y en especial el mercado de commodities agrícolas que ya venía resentido a partir de la disputa arancelaria entre EEUU-China y la peste porcina. En momentos en que hay países que han restringido sus exportaciones de alimentos, Uruguay continúa trabajando para proveer alimentos en pos de la seguridad alimentaria.

Contexto general internacional

La dinámica de los mercados de granos se ha visto alterada en la coyuntura por los efectos derivados de la crisis sanitaria mundial. El severo detenimiento de la actividad económica conllevó a cambios en las pautas de consumo que incidieron en las cantidades demandadas de los distintos productos y, consecuentemente, sobre el comercio.

Adicionalmente, los flujos comerciales se han visto distorsionados por las diversas restricciones a la operativa logística que han surgido en los distintos países, como respuesta a la pandemia.

Naturalmente, el impacto que este escenario ha tenido sobre los diferentes granos no es el mismo en todos los casos.

La afectación de la demanda difiere según sea el uso principal de cada producto, consumo humano, consumo animal, elaboración de biocombustibles, elaboración de bebidas, etc. También se observan impactos diversos en función de la situación de países que resultan productores o consumidores clave de alguno de los granos. De manera que el escenario actual ha visto incrementado el habitual margen de incertidumbre existente en el análisis de mercado de los granos.

En el caso de los principales cultivos de invierno, trigo, cebada cervecera y colza, se identifican varias de las situaciones enunciadas. El trigo, cuyo destino principal es la alimentación humana (y en mucho menor medida alimentación animal); la cebada cervecera, orientada esencialmente a la elaboración de malta para la producción de cervezas (también con una proporción menor vinculada al uso en la alimentación animal); la colza, que tiene vínculos con varios mercados, la harina para la alimentación animal y el aceite, utilizado tanto para alimentación humana y como para elaboración de biocombustible.

En el caso del trigo, los informes disponibles para los balances globales de oferta y demanda (USDA, WASDE; mayo de 2020) indican que ocurrirá un aumento en las existencias globales al cabo del ciclo 2019/20 (julio/junio) y, además, las primeras proyecciones para el ciclo 20/21 también señalan una dinámica creciente.

El aumento en el ciclo 19/20 se estima en 5,6% alcanzando las existencias un total de 295 millones de toneladas al fin de la zafra (frente a 279 millones al finalizar 2018/19). La evolución mencionada es resultado de un aumento de la cosecha mundial que alcanzó a 764 millones de toneladas (vs. 731 millones en el ciclo previo), superando al consumo que se estima en 749 millones de toneladas. Las existencias también aumentan en término relativos al consumo, alcanzando el cociente stock:consmo 39,4% en 2019/20, frente a 38,0% en 2018/19.

En la región, las disponibilidades de trigo se mantuvieron en niveles excedentarios en el ciclo 2019/20, como resultado del balance entre las cosechas y el consumo de los dos principales protagonistas, Argentina y Brasil. En Argentina la cosecha resultó de 19,8 millones de toneladas (vs. 19,5 en el año previo), mientras en Brasil se estimó un leve descenso hasta 5,2 millones de toneladas (vs. 5,4 millones previos). Los consumos estimados son de 7,5 y 12,2 millones de toneladas, en Argentina y Brasil respectivamente, por lo que el resultado neto es de un excedente regional de 5,2 millones de toneladas (prácticamente idéntico al del ciclo previo). Es decir que la región, cuenta con una importante oferta exportable para colocar en mercados extraregionales durante el año 2020.

De ese modo, podría concluirse que los aspectos asociados a los balances de oferta y demanda para el ciclo 2019/20, tanto a nivel global como regional, constituyen un escenario de presión negativa sobre los mercados de trigo.

Las primeras previsiones para el ciclo 20/21, divulgadas por el USDA el pasado 12 de mayo, confirman la dinámica creciente de las disponibilidades globales de trigo. El balance entre oferta y demanda para el período julio/20 – junio/21 resultaría en un nuevo incremento de las existencias mundiales del cereal, al proyectarse una cosecha que volvería a superar el consumo mundial.

Las existencias culminarían el ciclo 20/21 con un incremento de 5,1% (310 millones de toneladas vs.295 millones al fin de 19/20) y también crecería la relación stock:consumo, hasta 41,2% (frente a un indicador de 39,4% en el ciclo previo)

Por tanto, el escenario que se conforma a partir de las primeras proyecciones 20/21 divulgadas por USDA mantiene la situación de presión bajista sobre el mercado del trigo.

La dinámica del mercado del trigo es también relevante para el mercado de la cebada, habida cuenta que su precio local se determina en función de una relación con la referencia internacional del trigo en Chicago. Sin embrago, también hay factores propios de la cadena maltero-cervecera que se tornan relevante en la coyuntura, como es el caso de la caída de la demanda de cervezas en Brasil por efecto de las distorsiones de la pandemia COVID-19, que redujo la elaboración del producto por parte de las cervecerías de ese país y ello ha derivado en menores compras de malta en nuestro país.

El International Grains Council (IGC) elabora y divulga diariamente un índice que recoge la evolución del precio de los granos en los puertos de exportación más relevantes para el comercio global. El índice general se denomina GOI  (Grains and Oilseeds Index) y está compuesto por cinco subíndices correspondientes a los principales granos (trigo, maíz, cebada, soja y arroz). De enero 2020 a fines a principios de mayo el GOI tuvo una caída de 5%. Ese comportamiento del índice general es resultado de los descensos registrados en los subíndices que describen los mercados de trigo, maíz y soja. En cambio, en ese mismo período se observó un fuerte incremento para el subíndice del arroz, de 17% .

En particular en el caso del trigo, cuyo índice refleja las variaciones de los precios de exportación en 10 puertos de origen en 6 países (EEUU, Canadá, UE, Australia, Rusia y Argentina), si bien durante el primer trimestre 2020 tuvo un descenso, finaliza los primeros días de mayo con un alza en los precios que lo ubica -2,6% por debajo de enero 2020 y 9,0% por encima respecto a principios de mayo 2019. 

Los precios de exportación del trigo presentaron durante 2019 un comportamiento muy diferente al observado el año anterior, ya que los precios en los puertos de Argentina estuvieron siempre por encima de los precios en los puertos del Golfo de México. A fines de 2019, si bien esta tendencia se revierte y los precios en los puertos argentinos caen abruptamente (mínimo de US$ FOB 198 en nov 19), a partir de febrero 2020 nuevamente los precios en puertos del Golfo se encuentran por debajo de los precios en los puertos argentinos. Respecto a su evolución, mientras los precios en los puertos del Golfo de México muestran una caída de 3,3% en este primer cuatrimestre -perdiendo 8 dólares por tonelada de punta a punta-, la situación en los precios de exportación en los puertos de Argentina es la opuesta, con un incremento de 8,0%, pasando de US$ FOB 226/t en enero a US$ FOB 244/t en abril -último dato disponible-.

En el mercado de futuros de Chicago (Chicago Board of Trade o CBOT según su sigla en inglés) la evolución resultó similar a la registrada por el IGC en los precios de exportación, con alta variabilidad e inestabilidad. En el caso del trigo CBOT se observó una baja de 8% en la cotización del contrato “diciembre/2020” entre la primera semana de enero y la primera semana de mayo (U$S 212/t vs. U$S 195/t). La cotización del trigo Kansas (contrato Dic/20) cayó 3,3%, de US$189/t a US$183/t en el mismo periodo.

Perspectivas a nivel local

Precios

En el mercado local, los precios siguen la tendencia internacional. En el primer trimestre del año 2020, la cotización local promedio del trigo se ubica en US$ 28 por tonelada por debajo del promedio del mismo trimestre del año anterior (170US$/t vs 198US$/t), desincentivando la siembra del cultivo por parte de los productores. Tanto en el mes de abril como en los primeros diez días de mayo, no se concretaron operaciones de venta.

En el caso de la cebada, los contratos con MOSA establecen una relación 100% con el precio del trigo en Chicago (CBOT), como precio mínimo para contratos de ¨diciembre/2020¨, puesto en planta de recibo. Por su parte, Ambev ofrece dos propuestas, por un lado, propone la posibilidad de marcar un precio fijo de US$ 200 por tonelada (por el cual se pueden fijar hasta 2000 kg) y por otro, una fórmula mixta: para el 70% de la cosecha la referencia es 100% del precio del trigo CBOT en el contrato “diciembre/20” y para el 30% restante se establece un valor “fijo” de US$ 215 por tonelada. En ambos casos, las condiciones comerciales incluyen descuentos y bonificaciones de acuerdo a determinados parámetros (proteína, grano quebrado, grano dañado, humedad).

Para la colza, el plan comercial 2020 de ALUR con destino a biodiesel destaca que el precio copiará 100% el precio de la soja en Chicago para el contrato mayo 2021. Se realiza un contrato por área donde se compromete todo el volumen producido en esas hectáreas. El precio incluye la bonificación de materia grasa y permite la fijación desde la firma del contrato hasta abril 2021. El recibo es Montevideo a partir de octubre 2020 y el pago se concreta 45 días corridos. Algunas empresas privadas, con el objetivo de exportación a Europa, proponen planes que toman como referencia el mercado de Matif (Francia). Otras empresas, con el objetivo de exportar a Israel para consumo humano, presentan un plan comercial que tiene como referencia 100% el precio de la soja en Chicago al que se le sumará un plus a definir entre 5 a 10%.

En el caso de la carinata, el plan que ofrece UPM utiliza como referencia de precio el valor de la colza en el mercado Matif (contrato febrero) y ofrece bonificaciones por determinados parámetros (volumen de producción por hectárea contratada, uso de estiércol como fertilizante) junto a la posibilidad de realizar fijaciones anticipadas.

Estimación de área y producción

De acuerdo a la información relevada, se estima que el área de cultivos de invierno 2020/21 será similar a la de la zafra anterior, y alcanzaría a 480 mil hectáreas, con comportamientos diferentes en los distintos cultivos que componen el perfil de invierno.

A la fecha, se confirma una reducción en el área de siembra de cebada, la cual se estima podría ser de tan sólo 150 mil hectáreas, habida cuenta del impacto del COVID-19 en el consumo de cervezas en Brasil y, por lo tanto, en las necesidades de malta de la industria en el país vecino.

En cuanto al trigo, la expectativa de siembra es a la baja respecto al año anterior, estimándose 225 mil hectáreas (5% menos que en 2019/20), considerando los escasos márgenes del cultivo y los problemas de calidad e inocuidad que ha presentado el grano en las últimas zafras.

La colza será el cultivo a destacar este invierno. Si las condiciones acompañan y lo permiten, las expectativas para el cultivo son muy buenas y se esperan al menos 10 mil hectáreas adicionales respecto a la zafra anterior (75 mil hectáreas), que totalizarían 85 mil hectáreas junto a la carinata (10 mil hectáreas). Desde el punto de vista comercial, el cultivo presenta un contrato con reglas claras (mercado local o exportación), con una logística que aprovecha la infraestructura y maquinaria ociosa en esa fecha, y un manejo que viene ajustándose año a año, levantando limitantes e incorporando tecnología. La incidencia que tiene en la fecha de siembra del cultivo de segunda y la mejora en el control de determinadas malezas también son elementos muy valorados por el productor.

Exportaciones

De acuerdo a la información de Aduanas, las exportaciones de granos de invierno y derivados 2019/20, (considerando los meses de nov-abr) alcanzaron casi US$ 147 millones, 27% menos respecto al mismo periodo de la zafra anterior (US$ 200 millones). Durante nov19-abr20, las exportaciones de colza totalizan 59 mil toneladas por US$ 24 millones, un 10% menos en volumen y 7% menos en valor que la zafra anterior. En el caso de las exportaciones de trigo, se observa una disminución mayor a 60% tanto en el volumen como en el valor exportado, concretando negocios por
apenas 106 mil toneladas y US$ 21,5 millones. Para la cebada, se constata que el volumen exportado a la fecha es similar al de la zafra anterior, con una importante caída de 31% en el precio percibido por tonelada. Respecto a la exportación de derivados, las exportaciones de harina de trigo totalizan durante nov19-abr20, 8,5 mil toneladas por US$ 3 millones, cifras aproximadas a las registradas durante mismo periodo 2018/19.

Con referencia a la malta, las exportaciones alcanzan a 176 mil toneladas por US$ 93 millones durante nov19-abr20, reflejando una caída de 10% en ambos conceptos respecto a la zafra anterior. La apertura mensual de la información da cuenta de una importante caída (77%) en las exportaciones de malta durante el mes de abril, la cual es probable se reitere en los próximos meses dada la situación generada por la pandemia del COVID-19. Respecto al desempeño de las firmas exportadoras, Ambev registra una caída de casi 12% tanto en volumen como en valor respecto a las exportaciones durante mismo periodo de la zafra anterior. En el caso de MOSA, las ventas caen 8% en promedio, tanto en volumen como en el valor total exportado.

Comentarios finales

La nueva zafra de invierno se inicia en el país, en una coyuntura de alta incertidumbre y afectada a nivel global por el COVID-19. La caída de la actividad económica mundial incidió en una menor demanda de productos y desvíos del comercio. Las tensiones entre EEUU y China continúan. Los precios de los commodities presentan alta variabilidad con tendencia general a la baja. Tanto a nivel global como regional, los balances de oferta y demanda para el ciclo 2020/21 constituyen un escenario de presión negativa sobre los mercados de trigo.

En este marco, se estima que el área de cultivos de invierno 2020/21 alcanzaría a 480 mil hectáreas, similar a la zafra anterior, y asumiendo rendimientos promedio, el volumen de producción descendería 7%. Las perspectivas para la colza son muy auspiciosas estimándose un incremento de al menos 10 mil hectáreas respecto a la zafra anterior. Por el contrario, las estimaciones de siembra de cebada marcan un importante descenso de 9% y en el caso del trigo, el área se reduciría 5% respecto a 2019/20.

De acuerdo a la información de Aduanas, las exportaciones de granos de invierno y derivados 2019/20, (considerando los meses de nov-abr) alcanzaron casi US$ 147 millones, 27% menos respecto al mismo periodo de la zafra anterior (US$ 200 millones).
Informe: ©MGAP

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