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El coronavirus también ha puesto límites a la lucha contra la plaga de langostas del desierto en el este de África, cuyo aumento sigue siendo alarmante.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura sigue buscando alternativas para acabar con este flagelo a pesar de las restricciones sobre el movimiento de personal y equipo como resultado de la pandemia de COVID-19.
En Etiopía, Kenia, Somalia, Sudán del Sur, Uganda y Tanzania, alrededor de 20 millones de personas ya están padeciendo hambre por culpa de la plaga. En Yemen, afecta a unos 15 millones, y un nuevo enjambre ha aparecido en Irán
Desde enero, la FAO ha tratado más de 240.000 hectáreas con pesticidas y capacitado a 740 personas en los países afectados para eliminar a las langostas y salvar la producción.
La langosta del Desierto se considera la plaga migratoria más destructiva del mundo y un enjambre único: un kilómetro cuadrado contiene hasta 80 millones de langostas. La FAO estima que el número de langostas podría aumentar otras 20 veces durante la próxima temporada de lluvias que vendrá pronto a menos que se intensifiquen las actividades de control.
La FAO teme un colapso en las existencias de pesticidas en cada país causado por las restricciones del coronavirus, y ha pedido más apoyo de los Gobiernos afectados, así como de la comunidad de donantes.
“Necesitamos confiar en una red de socios en el campo para recopilar información vital porque no podemos ir a todas partes debido a COVID-19”, afirmó el jefe de la FAO para la región.
©ONU
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