Wilson y la CIDE.

Como un hombre que soñó el país para adelantarse al futuro y que tuvo la actitud necesaria para planificar un cambio, el Presidente de la Cámara de Representantes, Jorge Gandini, presentó a Wilson Ferreira Aldunate, a 55 años de la publicación del primer estudio económico del Uruguay elaborado por la CIDE.


El encuentro contó con la visión del Presidente de la bancada del Partido Nacional, Omar Lafluf, a quién Gandini calificó de “wilsonista por convicción y corazón”; del profesor Adolfo Garcé, que presentó el resultado de sus estudios de doctorado sobre el proceso de la CIDE; y del  contador Enrique Iglesias, activo participante de aquel proceso que se vivió en la década del 60.

Gandini recordó al caudillo en su pensamiento, visión y acción, más allá de su inquebrantable lucha por la libertad, e hizo mención a las cuatro o cinco fotografías que el país retuvo “en su vida de dignidad y lucha”. Se refería a la tapa de “Nuestro compromiso con Ud”, ingresando a la Casa de los Lamas; al famoso discurso que el entonces senador arrojara al rostro de la dictadura, previo a su exilio; a su saludo sonriente al pisar tierra uruguaya camino a la prisión; y al Wilson de la gobernabilidad en la explanada de la Intendencia.

El Presidente de la Cámara afirmó, no obstante, que antes de todo ello  hubo otro Wilson, el que ocupó el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca junto a García Costa y que, con Pivel Devoto y el propio Enrique Iglesias como Secretario de la CIDE, impulsaron la gran reforma.   

Lafluf y la generosidad del caudillo blanco

El diputado Omar Lafluf, en su exposición, destacó la generosidad del caudillo blanco puesta al servicio de lo que vendrá: generosidad de compartir ideas con los mejores sin importarle su condición política partidaria, generosidad para nunca especular sobre la utilización de las mismas por parte de otros gobiernos.

Luego recorrió distintas instancias y capítulos de la CIDE y advirtió sobre la necesidad de articular entre diferentes concepciones de país, a veces con enfoques antagónicos y resumiéndolo en un concepto que le recuerda a Wilson: ni revolución socialista ni giro indiscriminado al mercado.

En un relato cronológico de la CIDE, Lafluf señaló que fue Wilson quien impulsó el Secretariado Uruguayo de la Lana, la Estanzuela, la reforma en el servicio de extensión del MGAP, la creación de la dirección forestal, la dirección de suelos, la industria azucarera, frigorífica y láctea e, incluso, la producción forestal.

Garcé desmitificó fracaso de la CIDE

Luego fue Adolfo Garcé quien desafió una afirmación que muchos reiteraban y que refería al fracaso de la CIDE. A partir de allí fue desganando conceptos que, lejos de apoyar la afirmación, la destruían. Así, mencionó la incidencia de la CIDE en las políticas de vivienda, en el despegue de la economía, en la aplicación del 2º Plan de Desarrollo, al que calificó como un hijo liberal de la CIDE.

Garcé concluyó con una fuerte aseveración: ¡qué va a ser un fracaso!

Dijo que de ella surgieron los primeros datos sobre el país, “lo llenó de información, de ideas y de datos”. Manifestó además que fue vital para la reorganización de los Ministerios, para el pasaje de la Secretaría de Hacienda a la de Economía, para la creación de ANTEL y de OPIPA. También señaló que la Ley de Promoción Industrial del 74 fue hija de la CIDE.

En materia de educación señaló que se hablaba de extensión horaria, de enseñanza inicial para niños de 4 o 5 años y tiempo completo para niños de zonas carenciadas.

Adolfo Garcé sintetizó su ponencia afirmando que siempre vale la pena el esfuerzo por estudiar el futuro y fue más allá proponiendo que haya jóvenes que se entren en ello. Finalizó afirmando que la CIDE fue un puente que dejó un legado extraordinario, lamentando profundamente no haber conocido en vida a Wilson, no haber podido conversar con él.  

Enrique Iglesias sugirió egos más chicos y corazones más grandes

Este homenaje finalizó con palabras del contador Enrique Iglesias, quien inició sus palabras diciendo que Wilson fue un gran amigo y que la calidez con que lo trató siempre es uno de los capitales más grandes que le dio la vida.

Iglesias profundizó sobre tres valores de este personaje: su profundo nacionalismo y amor a la patria; su capacidad de sacrificio y de entrega como un valor excepcional y el haber sido un visionario positivo.

Luego, habló del mundo de hoy que es muy distinto y sobre la incidencia que tiene la tecnología y la globalización en una etapa difícil.

En ese sentido, dijo que el homenaje más grande que se le puede hacer a Wilson Ferreira, a su coraje cívico y a su capacidad de sacrificio, es construir sobre la estabilidad y acordar en los grandes temas nacionales. “Egos más chicos y corazones más grandes”, concluyó.

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