Diariamente son atendidos cinco casos de maltrato o abuso sexual a niños y adolescentes.

El año pasado en Uruguay fueron atendidos 1.908 menores por agresiones, según el estudio sobre maltrato presentado por el Sistema Integral de Protección a la Infancia y a la Adolescencia contra la Violencia (Sipiav). El informe añade que 80 % de estos casos son recurrentes y nueve de cada diez están en fase crónica, mientras que 91 % de los ataques son perpetrados por familiares directos o personas que conviven con la víctima.

En el informe, coordinado por María Elena Mizrahi y Darcy Bataille, se destaca que en 2015 los equipos que trabajan en el territorio atendieron 1.908 niños, niñas y adolescentes en situación de violencia. Estas intervenciones no fueron producto de denuncias.

"Esta cifra a lo largo del año se traduce en un promedio de cinco situaciones por día, la mayoría de las cuales son por abuso sexual", indica el estudio. Poco más de la mitad de las víctimas son niñas y adolescentes mujeres, lo cual es un factor recurrente en los últimos cinco años.

El maltrato emocional conforma 46 % de los casos, seguido por el abuso sexual en 21 %, el maltrato físico 19 % y la negligencia 14 %.

También resalta el informe, empero, que todos los porcentajes, salvo el de negligencia, han disminuido respecto de años anteriores.

El 24 % de los registros es conformado por niños y niñas en edad preescolar, se agrega en el escrito presentado este lunes por la tarde en el edificio anexo al Palacio Legislativo, en la celebración del Día Internacional de la Lucha contra el Maltrato Infantil.

El estudio constató una baja captación de adolescentes afectados, factor que debe ser analizado en posteriores informes, según sus responsables. También se reconoce un posible subregistro en cuanto al abuso sexual masculino.

Con respecto a la frecuencia de los episodios, se observa que 80 % son recurrentes y en cuanto a la cronicidad (detectada en una fase de inicio o no) nueve de cada diez casos están en estado crónico al momento de ingresar al sistema. Esto complica el trabajo en la reparación del daño y la restauración de derechos, según los técnicos. El abuso sexual es el principal tipo de maltrato.

Respecto de quienes son los agresores, continúa la tendencia de los últimos cinco años, al encontrarse que en 91 % de los casos se trata de los familiares directos o personas que viven en el núcleo de la víctima.

La mayoría de los agresores son del sexo masculino y 50 % de ellos tienen entre 30 y 44 años.

El padre y la madre conforman los dos tercios de los agresores y un dato no menor es que los padres biológicos son los causantes de este maltrato en 38 % de los casos, mientras que las parejas de las madres son en 14 %. Poco más de 50 % de las víctimas conviven con el agresor, se asegura en otra parte del estudio.

Otro dato es que en 82 % de los casos se han incluido a las familias en el abordaje del problema, para dar cumplimiento al entendido de que la violencia es un fenómeno estructural.

Funcionamiento del Sipiav

A lo largo de los nueve años de actividad del Sipiav, la mayor parte de los casos en los que se registraron situaciones de violencia se encuentran comprendidos entre los 4 y 12 años de edad. Asimismo, desde 2015 se comenzó a discriminar la franja de hasta 3 años, registrándose ese año un incremento de estas situaciones llegando a 13 % del total.

En 2015, el sistema trabajó con 25 comités de recepción en todo el país, en los cuales participan más de 250 técnicos de las distintas instituciones estatales. También cuenta con un comité de gestión que se reúne desde hace nueve años todos los segundos martes de cada mes.

Los datos son tomados del Sistema Integral para la Infancia, que utiliza el Instituto del Niño y del Adolescente de Uruguay, que incluye un apartado de violencia del cual se toma la información.

En el 2014, tres cuartos de esos registros estaban completos, pero actualmente se alcanza a 86 % y esto permite tener una idea más cabal de las situaciones que viven los niños, explicaron los responsables del informe.

Asimismo, se detecta como una debilidad del sistema de información que solo se puede trabajar sobre un tipo de maltrato, cuando generalmente se dan varios a la vez.

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