Autoridades de los tres poderes coincidieron en que Uruguay mantiene una democracia sana.

Representando al poder legislativo, Raúl Sendic destacó la necesidad de implementar normativas modernas para atender cambios como las nuevas modalidades delictivas y el comercio por medios electrónicos “deberíamos tener herramientas que nos permitan corren hacia adelante y no ir desde atrás”, dijo. Asimismo, el prosecretario Juan A. Roballo, afirmó que en los últimos 30 años, Uruguay logró consolidar una democracia sana.
Cerrando el evento “A 30 años de la restauración los desafíos de la democracia uruguaya”, se realizó un panel denominado “Los tres poderes y su relacionamiento” que contó con la participación del Raúl Sendic, en representación del Poder Legislativo; el prosecretario Juan Andrés Roballo, representando al Poder Ejecutivo y el ministro del Tribunal de Apelaciones, Edgardo Ettlin, por el Poder Judicial.

Sendic realizó una introducción al tema y concluyó en que la democracia, al igual que la sociedad, evoluciona de manera constante, porque “es un sistema dinámico”. A su entender además de los tres poderes (Legislativo, Ejecutivo y Judicial) existen otros como el económico, el de las corporaciones y el de los llamados “súper ricos” que pretenden comprar países enteros y representan un gran desafío para quienes tienen a su cargo la gestión de los gobiernos.

En cuanto a la relación entre los poderes, el vicepresidente dijo que han habido importantes cambios en los últimos años y que el poder ejecutivo ocupa una situación de privilegio que debe ser nivelada con los otros poderes. “No resulta natural que un poder tan importante del Estado como el legislativo no tenga una proyección estratégica de saber hacia adonde va; en la idea de cumplir con la función de modelar deberíamos tener herramientas que nos permitan correr hacia adelante y no estar corriéndola de atrás, como muchas veces ocurre”, reflexionó.
Asumió este tema como un objetivo en el cual trabajar y que tiene que ver en cómo se van conformando equipos de mayor capacidad en el trabajo legislativo y que también incluye la calidad del trabajo del legislador en relación con la sociedad y todo el sistema de respaldo a la gestión legislativa que debe fortalecerse. “Esta es una desigualdad importante con respecto a la disponibilidad de recursos que tiene el poder ejecutivo”, reiteró.

A su entender, la sociedad ha evolucionado de manera tal que requiere un mayor intercambio entre los poderes y sostuvo que aún existen carencias importantes entre el poder legislativo y el poder ejecutivo, y entre el poder judicial y el poder legislativo. “Tenemos un súper complejo de independencia que no permite ese intercambio para abordar desafíos nuevos”, lamentó Sendic.

Mencionó como estos nuevos desafíos las nuevas formas delictivas que se dan en el país que ameritarían un trabajo coordinado entre poderes para enfrentarlas, como está ocurriendo en el resto de América Latina, y la aparición de otras formas de comercio por medio de nuevas tecnologías de la información que generan nuevos desafíos "para los cuales no estamos preparados".

Asimismo, el vicepresidente dijo que el mayor desafío al que se enfrenta el Poder Legislativo es la nueva forma de participación que se está dando en la ciudadanía. Actualmente en Uruguay la representación se elige cada cinco años y el nivel de participación está disminuyendo como en el resto de la región y el mundo, donde ya se observa una “indiferencia creciente hacia la forma de elección en política, lo cual le quita representatividad a las propias instituciones que rigen la democracia”.

Por su parte, el prosecretario Roballo sostuvo que en Uruguay existe un sistema de “pesos y contrapesos” entre los tres poderes y que conjuntamente con el voto y el sistema de partidos son un esquema fundamental para el desarrollo de una democracia sana.

Una vez reinstalada la democracia en el país volvió el sistema de control entre los tres poderes “elemento fundamental para poder tener hoy un correcto funcionamiento de la democracia”. Mencionó al respecto herramientas como el veto, la interpelación, el juicio político o la sanción de leyes con carácter de urgente consideración, la declaración de inconstitucionalidad de alguna ley o el tratamiento presupuestal de los tres poderes.

Roballo aseguró que desde el año 1985 a la fecha no se ha hecho un uso abusivo de las herramientas mencionadas lo cual es una buena señal para la salud de la democracia uruguaya.

Con respecto al Poder Judicial y a su presupuesto, Roballo recordó como elemento importante y en el marco de la percepción de vulneración con la que se está catalogando a ese poder actualmente, que desde el año 2005 a la fecha, el presupuesto al poder judicial aumentó en un 70% , el tribunal de cuentas en el 75%, la corte electoral el 76% y el Tribunal de lo Contencioso Administrativo el 69%, “lo cual está muy por encima de lo que es la media en la Administración”.

El representante del Poder Judicial, Edgardo Ettlin, coincidió en que los tres poderes deben trabajar juntos porque la democracia se ejerce de igual modo por parte de los tres poderes.  A su entender, el siglo XXI ubica al poder judicial en un papel protagónico y este deberá acompasar los cambios mediante la capacitación de sus funcionarios (para los jueces es obligatorio), seleccionando un cuerpo profesional capaz mediante concursos de oposición y méritos e implementando una estrategia de gestión a 10 años.

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