Mujica: “Tal vez nunca hubo tanta desigualdad”


Abatir la desigualdad y la pobreza, sostener la ética política, marcar las prioridades del gasto estatal con enfoque en lo social, que el consumismo capitalista no rija las estrategias de gobierno y defender la diversidad de opiniones fueron los concepto centrales expresados por el Presidente José Mujica en la III Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que comenzó este miércoles en Costa Rica.

No debería haber nadie en situación de pobreza en América Latina, “porque la naturaleza nos dio demasiados recursos”, sentenció el Presidente de Uruguay, José Mujica, largamente aclamado de pie por sus pares de la región al concluir su discurso de unos 20 minutos de duración en la sesión plenaria de apertura del encuentro regional. 

“Sin pedir cuentas al imperialismo yanqui (estadounidense) ni a la prepotencia europea, porque eso es de suyo, en el fondo ha sido incapacidad nuestra y el desacuerdo” entre países lo que llevó a que aún casi 30 % de la población latinoamericana sufra esta situación, cuestionó.

El mandatario comenzó su alocución, pasadas las 21:00 horas de Uruguay, agradeciendo al pueblo costarricense, que tanto ha dado a la historia de América, para luego manifestar que se siente con la pesadumbre de que en Uruguay todavía 0,5 % de sus 3,3 millones de habitantes vivan en la indigencia y más de 10 % en la pobreza. 

La Cumbre de la Celac, que finalizará este jueves con el traspaso de la presidencia temporal del bloque de ese país a Ecuador, fue convocada tras la consigna “Construyendo juntos” para poner en el centro del debate planes de combate contra la pobreza y de ataque a la corrupción.

Además de Mujica y el mandatario anfitrión, Luis Guillermo Solís, participan de la reunión sus pares Michelle Bachelet, de Chile, Dilma Rousseff, de Brasil, Evo Morales, de Bolivia, Raúl Castro, de Cuba, Juan Manuel Santos, de Colombia, Rafael Correa, de Ecuador, Daniel Ortega, de Nicaragua, Otto Pérez Molina, de Guatemala, y Nicolás Maduro, de Venezuela, entre otros.

La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, no viajó por estar aún convaleciente de una fractura de tobillo, y tampoco lo hicieron Enrique Peña Nieto, de México, Ollanta Humala, de Perú, y Horacio Cartes, de Paraguay.

Mujica ubicó a Uruguay como el país más igualitario en un continente cuyo pecado principal es la desigualdad. “Por eso siento dolor y el peso de la deuda social que tenemos por delante”, apuntó.

“Nadie puede negar que la riqueza ha crecido enormemente (en la región) y que hemos suturado parte de la pobreza, pero tal vez nunca hubo tanta desigualdad”, advirtió.

En esa línea, añadió que hay personas que deberían vivir 230 años gastando un millón de dólares por día para consumir lo que han acumulado. “Si esperamos que el mercado suture las desigualdades nos vamos a encontrar exactamente con lo contrario”, aseveró.

Política con mayúscula

En su oratoria de unos 20 minutos, el Presidente uruguayo quebró una lanza a favor de la política “con mayúscula no de la politiquería”, cuestionando el fenómeno de la corrupción, al que lo considera natural e inherente al sistema capitalista. 

“La gran clave que desató la civilización (…) y que nos ha dado este progreso material, científico y tecnológico tan fantástico, ha sido el capitalismo”, un sistema contradictorio “capaz de crear riqueza, pero con enorme pobreza moral en sus entrañas”.

“No podemos esperar que, si llevamos en la maleta el capitalismo y no lo enfrentamos desde el punto de vista ético y moral, no tengamos corrupción, que es casi la consecuencia lógica”, aseguró.

“Los hombres no somos de plástico”, por lo tanto es muy importante confiar más en la política, para lo cual hace falta construir a largo plazo herramientas que habiliten la selección de dirigentes que vayan “no atrás de un triunfo material, sino de un triunfo moral”, planteó. 

“Hay una cosa que no tiene precio ni sustitución; a la alta política no se debe entrar para hacer negocio ni para vivir mejor, sino para comprometerse con el cariño y causa de la gente”. Sostuvo que debe saber elegir las personas y esa es la tarea de los partidos. 

“En los largos procesos de transformación de una sociedad se necesita la construcción colectiva y el compromiso de una ética”, arengó.

Se debe erradicar la idea de que todos son iguales. “Todo no es lo mismo; he visto hombres y mujeres entregando la vida por un sueño y eso no se compra ni se vende”, afirmó.

Intolerancias y xenofobia 

En otro tramo del discurso, Mujica indicó que algunas sociedades, por poseer una alta tecnología, no se pueden “imponer a otros pueblos aplastando la tolerancia con intolerancia, porque “lo que cosechamos no es democracia sino fanatismo”. 

Así explicó la xenofobia existente hoy en países centrales contra los inmigrantes, sudamericanos y africanos, a lo que se le debe sumar el miedo al terror de aquellos que “están enfermos de odio” y que responden con la inmolación, “entrando en una lógica de estupidez y ceguera que constituye uno de los peligros mayores que tenemos por delante”.

“Está reapareciendo una derecha, que no derecha sino que es fascista, en el corazón de Europa”, y eso es una verdadera alarma y lección política, alertó. “Hay que aprender a vivir con lo que es diferente, con una política sana de verdadero respeto con lo que se discrepa”, aconsejó.

Para el mandatario uruguayo, cumbres como esta de la Celac sirven fundamentalmente para profundizar una amistad y una relación que nos llena de confianza y por lo cual los gobernantes podemos convivir aunque pensemos distinto y tomar decisiones conjuntas.

“Vale la pena sacrificarse por el hecho de ver a los compañeros que están en el mismo Vía Cruz, que pueden pensar distinto a uno pero con el cual se puede construir un nosotros de enorme intimidad”, observó. 

Gastos prioritarios

Los gobiernos deben analizar las prioridades de gastos y esfuerzos en la balanza de pago, de la misma manera que un hombre común de la calle debe solucionar sus problemas primarios antes de comprar a crédito siguiendo “el consumismo atroz que crea el sometimiento del mundo rico”, apuntó.

Afirmó que se debe gastar más en la enseñanza tecnológica, científica y técnica. El problema no tiene solución sencilla porque es una batalla cultural, “pero nunca te liberarás si padeces las consecuencias de la cultura que te somete”, exhortó. 

Finalmente el mandatario, que dejará su lugar el 1 de marzo a su correligionario Tabaré Vázquez, sostuvo que vale la pena comprometerse con la vida y dar paso a gente que supere la gestión, “porque los mejores dirigentes son aquellos que cuando se van dejan un conjunto de personas que nos superan con ventaja”.

Coincidencia de gobernantes 
El director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, el brasileño José Graziano da Silva, al hablar antes que los gobernantes, precisó que aún 37 millones de latinoamericanos y caribeños siguen con hambre, ante lo cual insistió en que es un tema prioritario superar ese drama. 

En ese marco, presentó un plan, elaborado en conjunto con la Asociación Latinoamericana de Integración y con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), para atender y superar la situación de malnutrición de muchos sectores, en el que tiene un rol central la agricultura familiar y los programas escolares de alimentación. 

Graziano dijo que este programa será un importante instrumento para acelerar la llegada de un futuro sin hambre ni pobreza extrema en la región, que lo ubica entre 2020 y 2025. 

Por su parte, la secretaria general Iberoamericana, Rebecca Grynspan, instó a que las identidades nos unan en lugar de dividirnos, “porque si no se vuelven un caldo de cultivo para la violencia”.

Aplaudió el espacio que la Celac representa y celebró las acciones para combatir la pobreza y la desigualdad sin que uno afecte al otro. “Ningún otro continente logró bajar ambos indicadores al mismo tiempo”, aunque aún 28 % de la población sufre esa situación. 

Por su parte, Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, dijo que la única cifra aceptable para la pobreza y el hambre es cero.

Aseguró que la inequidad solo se reduce con política pública, pues el mercado no solo no cierra las brechas sino que es “desigualador”, e instó a mejorar la inversión en ciencia y tecnología y en infraestructura y aumentar la conectividad.

El presidente de Cuba, Raúl Castro, recordó que América Latina y el Caribe conforman la tercera economía mundial y que su crecimiento constante de los últimos años permitió afrontar la crisis financiera global y posibilitó una reducción de la pobreza y el desempleo que trajo dignidad a muchas familias. 

Por eso desarrollar la unidad en la diversidad, seguirá siendo el primer propósito y una necesidad ineludible para esta región porque los problemas del mundo se agravan.

A su turno, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, comenzó su mensaje con un reconocimiento a la labor y el legado del Presidente Mujica. “Le doy un abrazo a un querido amigo, que le pasa la posta a otro amigo, Tabaré Vázquez”, agregó. 

“Gracias Mujica por todo lo que nos ha enseñado”, dijo, tras lo cual aprovechó la oportunidad para saludar a Rousseff y a Morales por haber renovado ambos sus respectivos mandatos presidenciales. 

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