Diferencias entre zonas francas por proyecto que cambia régimen

Los cambios que estudia el MEF al régimen de zonas francas generan posiciones encontradas. En el sector algunos temen por su impacto en los exclaves ya existentes, otros ven positivo el apoyo al desarrollo de servicios y a instalarse en el Interior.


El cambio de nombre de las zonas francas a "zonas económicas especiales" y la definición de nuevos objetivos y limitaciones para desarrollar actividades en el régimen está en manos del Ministerio de Economía (MEF), que trabaja para enviar un proyecto de ley al Parlamento en los primeros días de enero. Esa cartera ya afinó los lineamientos: limitará el desarrollo de las actividades industriales, fomentará las de servicios, flexibilizará el requisito de porcentaje de mano de obra nacional (con porcentajes diferenciales y una nueva forma de cómputo) y dará más exenciones a desarrolladores en el Interior según un documento al que accedió El País (ver aparte).

Lo poco que ha trascendido al respecto generó mucha ansiedad e incertidumbre en la Cámara de Zonas Francas, que aún no pudo ver el texto que será enviado al Parlamento. Sin embargo, algunos explotadores de zonas francas más abocadas a los servicios ven los anuncios con beneplácito.

El director ejecutivo de Aguada Park, Francisco Ravecca, dijo a El País que los cambios anunciados son "positivos" y que facilitarán la instalación de exclaves de servicios en ciudades fronterizas con Argentina y Brasil. "Un call center de servicios en portugués a Brasil podrá instalarse cerca del límite de la frontera y podrá captar mucha más gente con conocimientos de portugués", ejemplificó.

A su juicio, lo mismo ocurrirá con los exportadores de software, ya que en Uruguay hay desempleo casi nulo en el área. "Si nos podemos nutrir de recursos humanos de Argentina y Brasil, es muy interesante", dijo Ravecca. El empresario consideró que también será una "oportunidad para los jóvenes de esas ciudades del Interior".

La intención del MEF de que el Ejecutivo establezca niveles mínimos de personal ocupado, de activos fijos u otros requisitos al momento de autorizar actividades comerciales y de servicios, le pareció bien a Ravecca "siempre y cuando sean razonables y sirven para fortalecer a las zonas francas". "Desde que fueron creadas Aguada Park y WTC Free Zone fueron creadas con ese concepto", remarcó.

Pero los cambios al régimen (que ya tiene 25 años funcionando) también generan preocupación en la Cámara de Zonas Francas, dijo a El País su vicepresidente, Orlando Dovat, (que además es presidente de Zonamerica).

"No sabemos qué alcance tiene el proyecto porque no fue elaborado en conjunto con la Cámara. Las informaciones que nos dio el ministro parecen buenas, pero pasan los días, se nos dice que se nos va a entregar y no se nos entrega. Con los titulares no hacemos nada, generamos más nervios y ansiedad", dijo Dovat. Así, son varias las dudas en el sector.

Una es si los cambios "afectan o no a las zonas francas establecidas". A Dovat no le pareció lógico que el Estado les diga que no podrán aceptar una industria que se quiera instalar en Zonamerica porque de ahora en más tendrán que estar a 40 kilómetros de Montevideo. "Pienso que no está en el ánimo del Ejecutivo ni del MEF perjudicar a las zonas francas ya existentes", afirmó.

En la Cámara tampoco les queda claro si los objetivos y beneficios que incorporará el MEF son para los explotadores o para los usuarios de las zonas francas. "Supongamos que una (zona) no cumple con los objertivos para las que fue autorizada, ¿a quién se va a castigar? No parece lógico que se castigue al usuario...", dijo Dovat.

Otro tema de preocupación es si cambiar el nombre por "zonas económicas especiales" dejaría a los exclaves sin aceptación del Código Aduanero del Mercosur. "Es elemental que no nos hagamos el harakiri con una ley que de golpe y porrazo, nos excluya del Mercosur. ¿Pero quién interpreta eso sin un texto legal?", se lamentó.
MARCELA DOBAL | El País Digital

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