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De Bremen a Tranqueras

El 17 de agosto llegan a Uruguay 42 jóvenes nórdicos y europeos que estudiarán por un año en liceos de Artigas, Rivera, Florida, etc. Familias anfitrionas los reciben voluntariamente, generándose emotivos vínculos afectivos para toda la vida.



“Este fue el mejor año de mi vida”, dice entre sonrisas Teresa, una estudiante nacida en Bremen, que hace un año se encuentra haciendo un intercambio estudiantil que la llevó de su Alemania natal a un liceo de San José. El viaje también la llevó al seno de una familla maragata que ahora será parte de sus afectos para el resto de la vida. Teresa Klarc, de 17 años, es una de las 6.000 estudiantes que la 0rganización Youth For Understanding (YFU), lleva por año a 50 países del todo mundo donde conviven con una familia que los recibe voluntariamente y estudian un año curricularmente. Los afectos en estas experiencias se vuelven uno de sus mejores tesoros y tanto los estudiantes como las familias salen enriquecidos cultural y emocionalmente.
El próximo 17 de agosto llegarán a Uruguay 42 estudiantes provenientes de Alemania, Holanda, Dinamarca, Noruega, Finlandia, Suecia, Suiza, Bélgica, Italia, Estonia, Estados Unidos, Letonia, Francia y Hungría. En tanto 22 estudiantes uruguayos viajarán a esos y otros países con el mismo programa.
¿Se imagina usted un alemán o finlandés yendo a clases en un liceo de Tranqueras, o en Artigas, Rosario o Flores? Además los estudiantes llegan sin saber español y de inmediato la organización comienza a enseñarle el idioma. “De todas formas es una etapa difícil para el estudiante, pero se trarta de una experiencia riquísima para su futuro. Imaginate con 16 años viviendo en un país del que no sabés nada de su idioma”, explicó a LA REPÚBLICA, Maite Salada, coordinadora voluntaria de YFU.
“Una vez estábamos tomando un café con una estudiante sueca, que pasó su intercambio en Artigas y afuera del local había una persona que estaba pasando frío. Le compramos un café para que se calentara un poco. La estuadiante sueca nos dijo entonces que esas muestras de solidaridad y cariño eran las cosas que nunca iba a olvidar de Uruguay”, contó Salada.
“Me encanta la vida que se vive acá, todo el mundo es muy sociable y muy abierto, y se vive una vida muy tranquila, mucho más que en Bremen. Al principio me costó un poco por el idioma pero lo fui agarrando hablando todos los días en el liceo, donde hice una cantidad enorme de amigos, estoy triste porque tengo que irme”, dice Teresa, que ya terminó su estadía de un año en Uruguay pero se encariñó tanto que se quedó aprovechando que ahora en Alemania estaría de vacaciones. Teresa partirá el 13 de agosto.

Alemanes, mates y bizcochos
“Es increíble a veces ver como se uruguayizan. Ahora tenemos a Kleiment que es alemán, pero llega con bizcochos y el mate a charlar de la vida. Tanto le gustó Uruguay que se le terminó el intercambio de un año y aunque vuelve a Alemania, volverá a Uruguay a terminar el liceo acá”, contó Salada. “A veces los vínculos que se generan con las familias son tan perdurables que los estudiantes que nos visitan los invitan a ir a su país. Es algo que pasa muchas veces”.
El tema de las familias anfitrionas es otra faceta interesantísima de este sistema. Las familias se ofrecen para ser anfitrionas pero voluntariamente, no recibirán ninguna compensación económica por ello. “Nosotros hacemos varias entrevistas con las familias, vamos a las casas y los preparamos para recibir al estudiante, como preparamos a los estudiantes para llegar a las familias. Normalmente antes que se conozcan cara a cara, cuando ya los asignamos, se conocen por Facebook o alguna red similar”, explica Salada. YFU es la más grande y una de las más antiguas organizaciones sin fines de lucro dedicadas al intercambio estudiantil. Desde 1951 en que fue creada YFU se ha transformado en uno de los programas más respetados dentro de las organizaciones educacionales del mundo entero. Se mantiene gracias al aporte de las familias de los estudiantes, cuyos fondos son dedicados para cubrir todos los gastos, salvo el pasaje y seguro de salud. Asimismo cada estudiante tiene varias opciones para conocer el resto de Uruguay, más allá del lugar donde le toque residir.
Además funciona gracias a sus voluntarios que trabajan coordinando y solucionando todo lo relativo a la organización. “Los voluntarios somos casi todos estudiantes que ya hemos viajado por este sistema y ahora nos sumamos como voluntarios. Yo viajé a Nueva Zelanda en 2002, empecé como voluntaria y desde este año soy coordinadora”, explicó Salada. Desde su creación han participado en los programas de YFU más de 200 mil adolescentes y jóvenes de diversas partes del mundo.
La República 

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