Talvi: se desaprovechó bonanza y hoy el país es "vulnerable" a crisis


Uruguay desaprovechó la exuberancia económica de los últimos años para mejorar su capacidad de producir y es vulnerable ante un recrudecimiento de la crisis europea por su déficit fiscal estructural de 6,1% y el financiamiento del gasto privado.


Esa fue la advertencia del director académico de Ceres, Ernesto Talvi. El economista se basó en datos históricos para anunciar que ante un contexto más adverso se observará "una reversión muy severa en los flujos de capitales" que arriban al país y otros emergentes, lo que "inevitablemente" afectaría la actividad económica y traería una fuerte devaluación, pero sin una crisis bancaria ni de deuda.

Por otra parte, Talvi resaltó que desde 1959 "no hay registro de condiciones externas tan favorables como las que existieron en los últimos años", lo que si bien se aprovechó para incrementar el ingreso nacional e interrumpir un período de 50 años de decadencia relativa frente a los países desarrollados, no se tradujo en una mejora en la capacidad de generar ingresos vía una mejor educación de la población, dijo.

"No es lo mismo mejorar los ingresos porque uno se saca la lotería a tener mayor capacidad de generar ingresos porque uno tiene buena formación. Lo primero no depende de nosotros, es un golpe de suerte. Lo segundo depende de nosotros y requiere un trabajo arduo, sostenido y persistente para lograrlo", afirmó el economista. En ese sentido, criticó el programa Promejora, que consideró "bienintencionado" pero "no es más que una caja de cosméticos para maquillar un sistema disfuncional".


También criticó el incremento "exponencial" en el número de rapiñas, mientras los hurtos no se redujeron.

Talvi comparó el contexto de "exuberancia" que se observa desde 2004 con precios de commodities elevados y afluencia masiva de capitales frente a dos episodios (1975-1981 y 1991-1997).

En esos casos, Uruguay, Brasil y Argentina se vieron beneficiados por la llegada de capitales, pero sus desenlaces (el primero con el default de México y el segundo con el de Rusia) "le pegaron de forma muy severa" a la región. El analista agregó que en el período que se inició en 2004, el arribo de capitales alcanzó los mayores niveles desde la posguerra.

Ceres estudió lo que ocurrió con 42 países emergentes en los dos períodos anteriores. Dijo que en el 93% de los casos se observó una reversión fuerte o severa en la entrada de capitales, el 69% tuvo una reversión fuerte o severa del crecimiento económico y el 77% finalizó con una devalución fuerte o severa del tipo de cambio.

Además, el 49% terminó con una crisis bancaria (con un costo fiscal promedio de 21% del Producto Interno Bruto) y el 33% con una crisis de deuda.

Esos últimos problemas los descartó para Uruguay. Aseguró que el país "está bien parado" del punto de vista financiero para hacer frente a posibles turbulencias globales, ya que posee más reservas internacionales que vencimientos a pagar en el próximo año y medio, por lo que podría aguantar "un vendaval relativamente largo".

Talvi señaló que la "exuberancia" que atraviesa Uruguay en sus indicadores de producción, pobreza, empleo y salarios no se deben a cambios estructurales del país, sino a "algo que por ahora estamos recibiendo de prestado" por la llegada de capitales que no encuentran atractivo en el mundo desarrollado.

Para el economista, la vulnerabilidad macroeconómica del país deriva de su "muy frágil" situación fiscal (ya que, pese al fuerte aumento de los ingresos estatales, el gasto público creció en mayor medida).

De hecho, dijo que pese al "boom de ingresos fiscales", el gasto público en Uruguay creció en exceso, lo que contribuyó al deterioro de las cuentas públicas. Advirtió que si se computaran los ingresos fiscales a valores sostenibles en el tiempo (restándoles el crecimiento extra provocado por el boom de actividad), "el gasto estaría hoy en 6,1% del PIB por encima de los ingresos de largo plazo", lo que consideró un factor de vulnerabilidad "muy alto". Esa estimación correspondería al déficit fiscal que en los 12 meses cerrados en marzo fue 2,7%, según datos oficiales.

Otro factor de vulnerabilidad que advirtió fue el elevado gasto privado por fuera del sector bancario, ya que ese sector sólo financia US$ 3.000 frente a los US$ 7.000 millones de afluencia de capitales cada año.
El País Digital

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