Vivir con el VIH: discriminación a niños y adultos en Uruguay

TESTIMONIOS. DENUNCIAN PERSECUCIÓN LABORAL, SOCIAL, FALTA DE PRIVACIDAD Y HASTA LA PRESIÓN A UN NIÑO EN UNA ESCUELA PÚBLICA

¿Cómo viven quienes fueron diagnosticados con VIH en Uruguay? Entre la discriminación y la falta de privacidad, algunos se ven beneficiados por las posibilidades que brinda la ciencia médica, pero son afectados por los prejuicios de la sociedad.

Quienes tienen VIH en Uruguay se sienten discriminados, apartados de la sociedad y muchas veces en soledad. Si bien los afectados por esta enfermedad afirman que se puede mantener un estilo de vida normal, desde la sociedad la visión es otra. LA REPÚBLICA entrevistó a cinco personas que conviven con el VIH.
Pablo Nalerio (38) es un activista por los derechos de las minorías sexuales y fue diagnosticado con VIH hace nueve años. Los primeros seis estuvo sin tratamiento y en los últimos tres años recibe medicación. "Yo tengo una exposición pública, me dedico a ser un activista y sé defenderme, pero otras personas no" dijo Nalerio explicando que "la discriminación es algo que se vive a diario". La discriminación, y la persecución son denunciadas constantemente por los colectivos sociales.
Si bien los avances médicos permiten que los portadores de VIH tengan una buena calidad de vida, la discriminación y los prejuicios es lo que perjudican la calidad de vida de los enfermos, según explica Clara (43) diagnosticada con sida que vive en el departamento de Soriano. Clara explicó que "se puede vivir, con cuidado de la salud, con la medicación, y teniendo conciencia del cuidado que se debe tener con el otro, en este caso con la pareja, pero eso no significa que no podamos convivir en sociedad como algunos piensan y por eso nos discriminan". En la década de 1980 y principios de los noventa, las creencias sobre la enfermedad y su transmisión determinaron que muchos enfermos de sida vivieran en el aislamiento. Actualmente se sabe que la enfermedad se transmite por transmisión sexual y sanguínea y que no elige sexo, género, religión o clase social.
Sin embargo la sociedad es la que discrimina al seropositivo. Nalerio relató que en Uruguay "aún seguimos padeciendo discriminación, en lo laboral, en lo social, y en el sistema de salud donde no se respeta la privacidad del paciente" señaló. "En Soriano, vivo en una ciudad pequeña donde todos nos conocemos. Aquí nunca dije que tenía sida, pero sé de una personas que murió que sintió el peso de su enfermedad, porque la despidieron del trabajo, no la dejaban entrar a bares, y era observada" relató por su parte Clara. Según Nalerio "la vida del portador del VIH y el enfermo de sida puede ser normal y de hecho tampoco afecta a las relaciones que se tengan. Por ejemplo, pueden haber parejas donde uno tenga VIH y otro no" sean o no del mismo sexo. También "hay casos de parejas que los dos tienen VIH" resaltó Nalerio. Ese es el caso de Martín L. (34) y Sandra A. (36) ambos portadores de VIH desde hace cuatro años. "Llevamos una vida normal porque se desconoce lo que nos pasa. Yo trabajo en una zona franca y si llego a decir que tengo VIH me van a despedir" explicó Martín, que es egresado universitario y que conoció a su pareja en un centro de salud. "Es como que estábamos pasando por lo mismo, y ahí nos conocimos", destacó Sandra. La pareja se cuida también a la hora de mantener relaciones sexuales "porque del cuidado de ambos es que podemos vivir una vida común y normal". La pareja no tiene hijos "primero porque no podemos, aunque podríamos buscar adoptar, pero la realidad es que no nos gustan los niños" afirma Martín.
Clara dijo a LA REPÚBLICA que "no pienso en morir, trato de disfrutar, vivo en pareja, que no es ni portador ni enfermo de sida, tengo dos hijos que por suerte están sanos, y son las tres personas que saben que tengo la enfermedad".

NIÑO RECHAZADO

* Los padres de un niño portador de VIH de una escuela pública de Montevideo tuvieron que cambiar a su hijo del centro escolar a causa de "la discriminación por parte de los padres de los otros niños" explicó Pablo Nalerio. El caso fue denunciado por los padres del escolar ante las autoridades de Primaria. El niño es portador de VIH transmitido por los padres. El niño que concurría a un centro educativo de Primaria tuvo que ser cambiado de centro tras las presiones recibidas por los padres de otros niños, relató Nalerio.

AYUDA MÉDICA

* Medicamentos. Según Nalerio, el tratamiento es dado por Salud Pública, aunque "en el sistema privado no se otorga" reclamó.

* Privacidad. Las asociaciones civiles pusieron en descubierto que algunos centros médicos no respetan la privacidad de los pacientes con VIH.

* Atención. Nalerio dijo que en muchos casos "se demoran veinte días en algunas instituciones privadas para acceder al tratamiento, lo cual es mucho tiempo".

 

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