Gobierno implementará en forma gradual etiquetado de alimentos tras consulta con industria y especialistas.

Las autoridades trabajan en el contenido de un decreto que determine el rotulado de alimentos que informe a la población sobre lo que consume. Las etiquetas, diseñadas en blanco y negro por recomendación de expertos, distinguirán los productos altos en grasas, sales y azúcares, con más calorías y bajo valor nutricional. El proceso incluyó un intercambio con la industria y su implementación se hará de modo gradual.


Alrededor del 60 % de la población de América tiene problemas de sobrepeso y obesidad, con la consecuente incidencia en las enfermedades no transmisibles, mientras que en el resto del mundo el promedio ronda el 35 %, advirtió Isabel Bove, asesora en nutrición del Ministerio de Salud Pública (MSP). La situación de Uruguay es aún más compleja, ya que se encuentra por encima del promedio del continente, enfatizó.

Bove entiende que detrás del aceleramiento del sobrepeso y la obesidad está el cambio de los patrones de consumo. “Se dejó de lado la alimentación tradicional, y lo que comemos y cómo lo hacemos cambió mucho”, apuntó. “Aparecieron una serie de productos que tienen exceso de grasas, sal y azúcar, que son muy densamente calóricos y con poco valor nutricional”, explicó.

Ante esta situación preocupante, el Gobierno desplegó una serie de acciones, que pasan por la promoción de la actividad física y el consumo de alimentos saludables. En este último aspecto, se decidió avanzar en el rotulado de los productos, lo cual implicó la definición de los límites de azúcar, sal y grasas. Para ello, se tomaron patrones internacionales con alta evidencia científica, como el perfil de nutrientes de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

La experta informó, además, que esto se concretará en etapas sucesivas hasta llegar a este modelo. En una primera instancia, se será menos exigente para que la industria pueda reformularse. Se estableció cuál era el tipo de sistema para advertir al consumidor y se definió uno parecido al de Chile, el que fue mejorado por la Escuela de Diseño de la Universidad de la República para que fuera más claro.

El rótulo dirá “exceso grasas”, “exceso azúcares”, “exceso sodio”, “exceso grasas saturadas”, y se imprimirá en blanco y negro. “La OPS aconsejó que no tenga color, dado que las etiquetas, de por sí, ya tienen mucho color”, explicó.

“Se eligió el sistema y los puntos de corte, y se sometió a consulta pública nacional e internacional por 60 días”, indicó.

“Recibimos todas las observaciones, la mayoría fueron favorables, y las que no lo fueron tanto provenían de la industria. Escuchamos a la industria en todo este proceso”, indicó la especialista, quien aseguró que muchas de las observaciones fueron razonables, como, por ejemplo, no considerar la grasa láctea como exceso de grasa, dado que tiene sus efectos benéficos, y subir los límites inferiores de azúcar para bebidas y mermeladas, además de los de sodio para los panes.  

El proceso
El proceso de trabajo en el tema rotulado comenzó en 2016, cuando el MSP convocó a un grupo de trabajo compuesto por todos los ministerios, la Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular, la Universidad de la República (Udelar), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y OPS. Esto derivó en la realización de una serie de estudios cuantitativos y cualitativos.

Luego del intercambio, el grupo entendió necesario desalentar el consumo de productos no saludables e informar de forma sencilla sobre los componentes. Dado que existían aspectos muy técnicos para establecer los límites de exceso, se decidió ir por la vía del decreto en la órbita de Presidencia. La normativa, que aguardan se apruebe antes de fin de año, contiene los detalles sobre el tema.

Bove, quien viajó recientemente a Washington, Estados Unidos, para participar de una instancia de consulta técnica sobre rotulado frontal de alimentos, organizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), aseguró que Uruguay fue el país que tenía más evidencia sobre “la percepción del consumidor de cuál es la mejor forma de informarle de lo poco saludable que son estos alimentos”.

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