Avistamiento de ballenas francas en Uruguay se consolida como nuevo atractivo turístico.

La ministra de Turismo, Liliam Kechichian, sostuvo que el avistamiento de ballenas francas, que arriban a las costas de Maldonado y Rocha durante los meses de julio y octubre, se consolida como un atractivo turístico que cada año convoca a más visitantes. La jerarca reconoció que nuestro país ha avanzado en la normativa que protege a los cetáceos durante su permanencia en aguas jurisdiccionales nacionales.


Cada año, el avistamiento de las ballenas francas en las costas uruguayas “se consolida como un atractivo turístico que vincula a las personas con un recurso natural. El interés y el vínculo de la sociedad con estos mamíferos, crece”, afirmó Kechichian, este miércoles 23, durante el lanzamiento de la temporada de estos cetáceos que se realizó en la sede ministerial.

La observación de ballenas constituye una incipiente actividad turística en nuestro país, que consiste en el avistamiento de cetáceos en lugares abiertos en tierra firme, torres costeras y desde embarcaciones.

Las ballenas francas (Eubalaena australis) arriban a las costas de Maldonado y Rocha entre julio y octubre en busca de aguas tranquilas y templadas para reproducirse, amamantar y cuidar a los ballenatos. Los ejemplares adultos miden entre 14 y 16 metros de longitud, su peso varía entre 40 y 60 toneladas y se desplazan a una velocidad de entre 15 y 30 kilómetros por hora.

La ruta de las ballenas francas comprende la Antártida, incluye Puerto Madryn, en Argentina, y, luego de su presencia en nuestras costas, el trayecto culmina en Florianópolis, en Brasil.

“Estamos consolidando nuestra ruta de las ballenas francas y nada impide que en el futuro este producto, que trasciende los países (en el sur del continente), pueda establecerse en una ruta transnacional”, admitió la jerarca.

Kechichian reconoció que Uruguay ha avanzado en materia de normativa. El decreto n.º 261/2002 para el avistamiento de cetáceos establece que están prohibidas las actividades que impliquen disturbar, ahuyentar o molestarlos en las áreas de desplazamiento, nado, descanso, reproducción, cría o asentamiento.

Salvo casos expresamente autorizados, a menos de 300 metros de las ballenas no se permite nadar, bucear, circular con motos náuticas, pescar y la aproximación de embarcaciones no registradas.

En la presentación participaron, además de Kechichian, el subsecretario, Benjamín Liberoff; el director nacional, Carlos Fagetti; el director nacional de Medio Ambiente (Dinama), Alejandro Nario; el vicepresidente del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU), Fernando Rodríguez, y representantes de las intendencias de Maldonado y Rocha. También estuvieron presentes adolescentes de algunos de los hogares del INAU quienes, luego de un taller introductorio sobre las ballenas francas, viajaron al este del país con la finalidad de contemplar los cetáceos.

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