Identificar oportunidades y promover autonomía económica de las mujeres son desafíos para alcanzar equidad de género.

La autonomía económica de las mujeres es clave para reducir la desigualdad, concluyó la Comisión de Desarrollo Social Sostenible y Equidad de Género, perteneciente al Ministerio de Industria, Energía y Minería. A modo de balance de las políticas de género concretadas, destacó el apoyo al proceso de maternidad, la capacitación y la valorización del aporte femenino a las competencias de cada organismo estatal.


El año pasado se crearon capacidades institucionales para alcanzar los objetivos de desarrollo propuestos y se diseñaron programas para transversalizar la perspectiva de género y promover emprendimientos en comunidades locales de mujeres, a partir de experiencias internacionales para reducir desigualdades y aportar a la autonomía económica de las mujeres, resaltó Rosana González, coordinadora de la Comisión de Desarrollo Social Sostenible y Equidad de Género.

Bajo la consigna “Más igualdad, compromiso de Estado”, el Ministerio de Industria, Energía y Minería, a través de la Comisión de Desarrollo Social Sostenible y Equidad de Género, junto con el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) y las empresas Ancap, Antel, Correo Uruguayo y UTE rindieron cuentas y presentaron compromisos en la materia.

González explicó que el cometido de esta comisión es fomentar el diseño, implementación y evaluación de políticas, programas y proyectos.

El concepto de autonomía económica implica el derecho a percibir ingresos propios para superar la pobreza e independizarse. “Sin autonomía económica, difícilmente las mujeres puedan salir de esa situación de dependencia y de sufrimiento”, aseguró.

Subrayó que la equidad implica la necesidad de generar oportunidades e incorporar a jóvenes y mujeres en áreas estratégicas. En ese sentido, dijo que desde 2016 el referido ministerio fomenta la innovación, la educación para el trabajo, la competitividad, la valoración del aporte de las mujeres en la producción, el bienestar y la inclusión, entre otras dimensiones.

Por su parte, Mariella Mazzotti, directora de Inmujeres, reconoció que el trabajo por la igualdad de género es un tema que desde el Estado se asumió últimamente.

Afirmó que la igualdad de género es producto de una condición de la democracia y que es responsabilidad del Estado y de la sociedad visibilizar que existe ese problema, así como trabajar para revertirlo.  

La presidenta de Ancap, Marta Jara, indicó a su turno que 28 % del personal de la empresa estatal son mujeres y cumplen turnos rotativos. Si bien son minoría, el reglamento de provisión de cargos indica que las ternas para niveles jerárquicos deben incluir al menos a una mujer.

Sostuvo que Ancap implementa un programa de protección a la maternidad, con un acompañamiento previo al embarazo y apoyo en salud ocupacional que continúa durante un año. Este incluye una sala de lactancia, desarrollada en conjunto con el sindicato. Jara anunció que, entre los compromisos de 2017, se encuentra la certificación del sello “Calidad en equidad de género”.

En representación de Antel, su presidente, Andrés Tolosa, destacó que el trabajo de la firma estatal y del Comité de Calidad de Género mejoró distintas áreas de la empresa con énfasis en la equidad y aseguró que el personal se divide en partes iguales entre hombres y mujeres.

En el mismo sentido, la presidenta del Correo Uruguayo, Solange Moreira, señaló que, si bien 59 % de los funcionarios son hombres en esa dependencia estatal, la mayoría de los cargos gerenciales son desempeñados por mujeres reconocidas por su competencia en la materia.

Asimismo, indicó que en el Correo Uruguayo se han realizado protocolos sancionatorios por acoso laboral tanto a hombres como a mujeres. Como parte de las acciones de reconocimiento a las mujeres, anunció que este 8 de marzo el Correo emitirá un sello conmemorativo en honor a Juana de Ibarbourou.

Finalmente, el presidente de UTE, Gonzalo Casaravilla, repasó las acciones en esa empresa, resaltando la incorporación de un observatorio de equidad de género, el cual determinó la baja existencia de mujeres funcionarias en la empresa.

En 2009, se instaló en UTE un comité de calidad con equidad de género que trabaja en diferentes acciones, como la difusión del lenguaje inclusivo en la comunicación corporativa.

Casaravilla subrayó la importancia de la corresponsabilidad para generar mejores condiciones de equidad y valoró especialmente la importancia de la maternidad en la vida de las mujeres.

Al respecto, mencionó acciones como la habilitación de salas de lactancia, el fomento del derecho a licencias a madres y padres tras un nacimiento, la entrega de partidas para facilitar el acceso a centros educativos o de cuidados y el trabajo de una comisión para evitar el acoso sexual y laboral.

Presidencia.

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